MACASÍA, Elías Piña.- En Macasía la dominicanidad antes se moría “ahogada” entre dos ríos que vierten sus aguas en Haití, pero ahora militares y civiles han sido integrados en un proyecto que hace posible una vida sostenible en comunidad.Granjas de conejos, de gallinas ponedoras y crianza de chivos, viveros de árboles frutales, una clínica de Atención Primaria, una planta purificadora de agua y doce viviendas dotadas de las condiciones indispensables han hecho del pueblito de Macasía un remanso en medio de un entorno cálido y agreste.
El asentamiento agropecuario lo impulsa la Dirección de Promoción de las Comunidades Fronterizas del Ministerio de las Fuerzas Armadas en colaboración con la Iglesia católica y el sector privado a través de la Fundación de Desarrollo Fronterizo (Fundefront).
La comunidad se beneficia del proyecto mediante un mecanismo de integración, individual o colectivo, en el fomento de la crianza de conejos, gallinas ponedoras y cabras para su consumo o comercialización, y también participa en la siembra de los árboles frutales que son propios del suelo y clima de la zona.
El proyecto de viveros frutales hace hincapié en el fomento de tres variedades de mangos típicos de la frontera, como son el Yamaguí, Madam Francisca y el mango Blanco.
El general Rafael Emilio Luna Pichirilo, director de la entidad militar, explicó que el proyecto de esa manera contribuye al desarrollo económico y social de la región debido al carácter de integración comunitaria.
En la actualidad, un grupo de mujeres han sido beneficiadas con la donación de conejos para su reproducción y consumo, constituyendo una opción de ingresos en familias que anteriormente carecían de recursos hasta para su manutención.
Además de la participación en el manejo de la granja, la Dirección General de Promoción de las Comunidades Fronterizas les asiste en la vacunación de los animales para la prevención de enfermedades.
La granja consta de 800 conejas, incluyendo alrededor de 200 madres, cuyas crías ya se comercializan en las zonas turísticas de la región Este, generando recursos para la expansión del proyecto.
En el manejo de los viveros forestales se cuenta con la colaboración de técnicos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, quienes instruyen sobre el tratamiento y preservación de las especies que serán sembradas en toda la región fronteriza.
Pero el proyecto de Macasía es sólo el primero de una serie que serán implementados en toda la frontera. De hecho, la Dirección de Promoción de las Comunidades Fronterizas ya trabaja en el segundo proyecto, el cual será instalado en la comunidad de Guaroa, próximo a la ribera del río Artibonito.
“La idea es de integración comunitaria fronteriza y está concebida para que los proyectos sean instalados en toda la región, como una manera de que estas comunidades sean sostenibles”, explicó el general Luna Pichirilo
Fundación de Desarrollo
El agua para consumo humano, que anteriormente constituía la principal fuente para contraer enfermedades gastrointestinales, es donada a la comunidad tras ser tratada en las instalaciones militares.
De igual modo, el centro de salud, dotado de equipos modernos, dispensa las atenciones a los pacientes y desarrolla programas preventivos de enfermedades, a fin de garantizar la salud de la población.
La Fundación de Desarrollo Fronterizo la preside Juan Vicini y la integran, además, el obispo de San Juan, José Dolores Grullón Estrella y los empresarios Manuel Estrella y Manuel Grullón, quienes económicamente asisten al proyecto en la construcción de los viveros y las granjas, así como en las demás instalaciones que sean requeridas.
Ahora, al menos, Macasía respira, tiene vida y sus habitantes se sienten orgullosos de su dominicanidad.