El problema del analfabetismo (3 de 3)

La post-alfabetizaciónLa experiencia comprobada por los proyectos que se quedan en la mera alfabetización, es que si no se continúa con la denominada post-alfabetización, los alfabetizados vuelven a ser analfabetos…

La post-alfabetización

La experiencia comprobada por los proyectos que se quedan en la mera alfabetización, es que si no se continúa con la denominada post-alfabetización, los alfabetizados vuelven a ser analfabetos por desuso, principalmente los que residen en las zonas rurales, quienes no tienen la forma de seguir practicando los progresos que alcanzan en las campañas de alfabetización, lo que no sucede con los iletrados de las zonas urbanas, quienes sí pueden continuar practicando aunque sea mecánicamente los progresos obtenidos en los procesos de alfabetización, porque siguen leyendo los múltiples letreros que ven en las ciudades, como son: “Banco de Reservas de la República Dominicana; Universidad de la Tercera Edad (UTE); Supermercado Nacional, Escuela Básica Guatemala”, y otros que instintivamente les permite practicar lo aprendido en la acción alfabetizadora.

Por lo afirmado precedentemente, se hace necesario, después de saber leer y escribir, la implementación de un bien planificado y sistematizado proceso de post-alfabetización, que debe comprender áreas como las siguientes:

1.- Que los alfabetizados se matriculen en las escuelas nocturnas organizadas y apoyadas por el Ministerio de Educación en las que podrían cursar la educación básica, recibiendo una formación acelerada en un período no menor de cuatro años, al tomar en cuenta el aporte de conocimientos que trae el adulto a la escuela como consecuencia de los conocimientos que tiene fruto de la experiencia que le da la vida y en cuyos cuatro años aprueba el equivalente a los ocho años de la Educación Básica, considerada por la  Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano como la educación mínima a que tiene derecho todo ser humano.

Hasta 1970 para este nivel educativo el adulto debía cursar ocho años de estudios, pero desde ese año y como consecuencia del asesoramiento de la Misión de Asistencia Técnica Domínico-Venezolana, que estuvo presente en el país cuando me tocó ser director general de Educación de Adultos, y para que los adultos no recibieran su formación básica con los mismos métodos y libros de textos que se utilizaban con los niños, lo cual no era más que un contrasentido, estructuramos esta modalidad educativa en tres niveles donde el primer nivel comprende el primero y el segundo grado refundidos, con la condición de que el adulto debía estar alfabetizado para inscribirse en este nivel. El segundo comprende el tercer y cuarto grado refundidos y el tercero comprende el quinto  y el sexto grado refundidos y el cuarto nivel comprendería los cursos séptimo y octavo grados refundidos, en una educación acelerada, recomendable en el caso de la educación de adultos.

2.- Aquellos adultos que por sus ocupaciones familiares y laborables se vean impedidos de asistir a las escuelas públicas o privadas, pueden matricularse en los cursos por correspondencia, con más de 40 años de existencia, y aprobados por el Decreto 1306-bis del Poder Ejecutivo, en el que se  han graduado de bachilleres más de 40 mil dominicanos.

3.- Otra alternativa que tienen los adultos es matricularse en el Acelerado Programa de “Prepara”, en el que muchos adultos pueden cursar el bachillerato dominicano en dos años y matricularse en las universidades nacionales.

4.- Una opción valedera es que los alfabetizados se inscriban en los cursos técnicos de corta duración que imparte el Centro de Estudios Técnicos José Reyes, u otro similar, por el que han pasado alrededor de 75 mil adultos, fundado por el licenciado Pedro Castillo, quien trabajó conmigo por varios años en el Programa de Educación de Adultos y se especializó en México y Venezuela.

5.- Las mujeres adultas que se alfabetizan pueden inscribirse en las denominadas Escuelas de Capacitación Femenina donde se imparten cursos de corte y costura, repostería, manualidades, belleza y otros, de los que han egresado muchas mujeres que se dedicaban a acciones deshonrosas, como es la prostitución, quienes se han regenerado abriendo cursos para producir el sustento familiar, con lo aprendido en este tipo de escuelas.

6.- Los jóvenes campesinos, principalmente los hijos de agricultores que han recibido tierras del Instituto Agrario Dominicano o del Ministerio de Agricultura, pueden asistir a programas organizados para el desarrollo de la agricultura y la pecuaria, pues legalmente ellos son los herederos de las parcelas a quienes el IAD les asigna tierras para sus labores agrícolas.

Paralelamente a la preparación en el campo agropecuario, a estos jóvenes se les debe ayudar para que asistan a las escuelas nocturnas para adultos para que en cuatro años puedan cursar su educación básica, equivalente a ocho años de educación.

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