Desde el 1996 el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que el próximo 15 de diciembre cumplirá 43 años de fundado, entró en una nueva etapa, por primera vez llega al poder y al mismo tiempo empieza a caminar sin la figura que lo fundó y lo lideró hasta el 1994, el Profesor Juan Bosch. Desde entonces ha transcurrido un ciclo de 20 años, en ese periodo cambió el PLD y también el sistema de partidos. Para el 1996, el PLD era la tercera fuerza política y hoy es el principal partido del país, los principales partidos del sistema, el Revolucionario Dominicano (PRD) y el Reformista Social Cristiano (PRSC), ya no son los bastiones electorales que fueron hace dos décadas.
También cambió el liderazgo político. La diferencia es que el PRSC, el PLD y el PRD tenían líderes fuertes y que ganaron la confianza de la sociedad y el electorado, Joaquín Balaguer, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez. En el nuevo ciclo político, solo el PLD ha generado liderazgos, Leonel Fernández y Danilo Medina. La figura del expresidente Hipólito Mejía se ha visto mermada por su gestión de gobierno que terminó en crisis y los conflictos, divisiones y derrotas electorales del PRD, procesos en los que ha sido protagonista. A pesar de eso, el exgobernante sigue siendo una figura de peso en la política nacional y en el 2012 obtuvo el 47% de los votos.
En tanto, Luis Abinader, excandidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), es todavía un ensayo, pues su ejercicio político es prácticamente nuevo, igual que el PRM, que a pesar de su buen desempeño electoral por ser su primera participación, está lejos de tener el arraigo que en su momento tuvieron partidos como el PRD y el PRSC.
Todos esos acontecimientos han colocado al PLD como el principal partido del sistema, lo que confirma que desde el 2006 tiene el control de todos los órganos del Estado que se adquieren por el voto popular, pues ha ganado todas las elecciones por encima del 50% de los votos. ¿Qué sigue ahora en el PLD? ¿Cuál es el futuro de esa organización?
De tantas interrogantes que surgen sobre el futuro partido oficial, porque es el principal sostén del sistema partidista y de la misma democracia, solo una cosa es visible, que hay una lucha permanente de sobrevivencia de sus principales líderes, Leonel Fernández y Danilo Medina.
Al mismo tiempo la historia de ambos habla de que han tenido la capacidad de ponerse de acuerdo desde que han dominado el ciclo político que inició en el 1996. Pero al mismo tiempo hay otra realidad, las heridas son cada vez más profundas y por tanto más difíciles de curar.
De cara al 2020
Una nueva lucha política está planteada en el país y en el PLD de cara a las elecciones del 2020. Cuando se escuchan las opiniones sobre lo que sucederá en el partido oficial, si son figuras ajenas al PLD, plantean una especie de guerra a muerte por la candidatura presidencial entre Fernández y Medina que más o menos se recoge en esta cita: “La reelección ya está montada y Leonel esta vez no se va a quedar tranquilo”.
Si las opiniones provienen de peledeístas, lo que se observa es silencio entre los imparciales, pero el rostro delata preocupación. Lo cierto es que lo que suceda en el PLD preocupa a los peledeístas y no peledeístas, unos porque basan su posible éxito electoral en una división del partido oficial, los peledeístas temerosos de perder el poder y otros porque les preocupa el futuro del sistema de partidos y la democracia misma.
Dentro del propio PLD hay quienes han planteado que el presidente Medina estaría en los aprestos de volver a modificar la Constitución para presentarse a una tercera candidatura presidencial y que incluso eso ha frenado el cumplimiento del acuerdo del Comité Político, relativo a una modificación constitucional para hacerla más rígida a futuras modificaciones como planteara Fernández.
El manejo desde el poder
En los tiempos de Fernández en el poder, el PLD se convirtió en la maquinaria electoral que es hoy en día y conquistó la mayoría de los puestos electivos, tanto a nivel congresual como en el municipal.
Además, en los ocho años de gobierno de Fernández la lucha política no alcanzó los niveles del proceso político reciente y que producto de eso el PLD quedó dividido en término real, aunque no formal. Cuando Fernández fue presidente el punto más crítico fue en el 2007, en la lucha por la candidatura presidencial y lo más engorroso del proceso fue la inolvidable declaración de Medina de que “me venció el Estado”.
Para el 2012, cuando la Constitución le prohibió a Fernández volver a presentarse como candidato presidencial, el presidente del PLD se mantuvo imparcial en la lucha por la lucha por la candidatura, e incluso apartó de su gobierno a todos los aspirantes con el objetivo de que compitieran en igualdad de condiciones.
Esa medida favoreció a Medina, que en ese momento era la figura más influyente en el PLD después de Fernández, además por su peso en el poder logró mantener la mayoría de sus cuadros en el Gobierno, especialmente en el nivel medio.
La era de Medina en el poder se inició en el 2012, y bajo su liderazgo el PLD volvió a conquistar la mayoría de los cargos electivos en las pasadas elecciones, aunque perdió cuatro senadurías que ganó en el 2010, San Pedro, El Seibo, Puerto Plata y San José de Ocoa. También perdió la alcaldía de la capital, la más emblemática del país, pero ganó la plaza de Santiago, que el PLD no había conquistado en sus tiempos de éxitos electorales.
En esta nueva etapa, la lucha entre Fernández y Medina también es mucho más profunda porque sectores dentro del propio PLD han responsabilizado al gobierno de las protestas que se hicieron contra Fernández en el 2012 por el déficit fiscal que denunció el propio gobernante e incluso dirigentes como Franklin Almeyda han señalado al oficialismo como los responsables de la acusación del narcotraficante Quirino Paulino Castillo contra el presidente del PLD.
…Y ahora
A tres años y medio de las elecciones del 2020, pero a dos y medio para la escogencia del candidato presidencial del PLD, que generalmente toma esa decisión un año antes de las elecciones, el panorama no luce despejado. Si la política siguiera el curso natural en base a las actuales reglas del juego, salta a la vista que Leonel sería el candidato del PLD, pues internamente no ha surgido una figura de peso que pueda competir con el expresidente.
Sin embargo, el recién finalizado proceso político, dejó como enseñanza que no hay regla que no pueda ser variada, sobre todo con buena estrategia. Ya se han levantado las voces a lo interno del PLD que anuncian las pretensiones del presidente Medina de una nueva reforma para ir por un tercer periodo presidencial.
En ese hecho descansa la clave del futuro del PLD. Como presidente, Medina sigue teniendo altos niveles de aceptación y su liderazgo dentro y fuera del PLD sigue creciendo. Para el 2020, tiene la opción de embarcarse en una nueva reforma, de apoyar un candidato dentro del PLD o mantenerse al margen, pero de su accionar dependerá en gran medida el futuro del PLD. l
La renovación que exigen los dirigentes del PLD
Las actuales autoridades nacionales del PLD fueron electas en el 2001 y producto de los acuerdos del 2015 para la reelección del presidente Medina su mandato se prolongó hasta el último trimestre del 2020. Bajo la dirección de Fernández, el PLD ha empezado un proceso de dinamización interna desde que concluyó el proceso electoral del 15 de mayo.
Entre los cambios figuran la formación política obligatoria para los miembros del PLD que aspiren a ser dirigentes. El Comité Político se reúne con más frecuencia y para principios del próximo año se contempla convocar al Comité Central, con la finalidad de aprobar los reglamentos que están pendientes y que fueron mandatos del último congreso Comandante Norge Botello, que aprobó 15 temas para dinamizar al PLD.