La total despoblación de las ciudades costeras del norte y oeste de la Española, ejecutada por Antonio de Osorio, gobernador y capitán general, cumpliendo Real Orden de 1603, produjo grandes pérdidas de bienes y de ganado vacuno, porcino y caballar, y de la principal fuente de sustento económico para el habitante de la zona devastada, el contrabando ejercido por navegantes y marineros franceses, holandeses e ingleses, que adquirían en Europa mercancías para vender en América a mejores precios que los establecidos por el monopolio de la Casa de Contratación. Pero también fue determinista la alianza de la Santa Sede y España, y su compromiso de combatir a los herejes, que en este caso hacían asequible las versiones protestantes del libro sagrado.
En “Buccaneers and Pirates of Our Coasts”, Frank R. Stockton -relato dirigido a niños- narra el desarrollo de acontecimientos posteriores a las devastaciones de forma sencilla y asequible: “Algunas de las islas … (caribeñas)… especialmente Santo Domingo, fueron casi completamente abrumadas por el ganado salvaje de varios tipos… (porque) … los españoles… (mataron)… la casi totalidad de los nativos, y habían dejado el interior (de la isla) a hordas de ganado salvaje (cimarrón) que había crecido rápidamente… Pero las naves mercantes que salieron de Europa a esa parte del mar Caribe, eran conducidas por marineros burdos y atrevidos, y cuando se dieron cuenta de que… (la isla)… tenía abundancia de ganado vacuno, no dudaron sobre (la conveniencia de) allegarse a sus puertos para rellenar sus bodegas. (de carne seca por ahumado -proceso sobre el cual los aborígenes tenían experticio- para comerciarla en tierra firme), (traducción y paréntesis míos).
Se establecieron originalmente en San Cristóbal, St. Kitts ahora. Sin embargo, la competencia entre súbditos de las monarquías europeas que procuraban obtener ventajas del descubrimiento, junto al descuido español, produjeron que hubiera una cantidad tal de naves acudiendo a Santo Domingo para conseguir carne de bucán, reseca por humo en técnica taína, que de pronto la isla se encontró sin gente suficiente para cazar, descuartizar, secar y ahumar, y cargar en las naves, ancladas en algún puerto seguro, el producto de su gestión, para venderlo en tierra firme, que los obligaba a tener que realizar todas las actividades y funciones de producción y comercio, desde su base en San Cristóbal y Nevis, donde originalmente se establecieron aventureros europeos sin representación nacional, pero con lenguaje y orígenes diferentes. Francia, Holanda e Inglaterra eran el origen, por lo cual, cualquiera contradicción que entre ellos surgiera, era resuelta mediante quejas o peticiones a la madre patria, o por las decisiones de éstas.