En todas partes, como declaró el jefe del máximo organismo policial dominicano, se elaboran perfiles de diferentes clases, con los cuales se auxilian las instituciones civiles, militares y policiales, de servicio, educativas, bancarias, productivas, delictivas, porque tales perfiles les facilitan la elaboración de planes de corto, mediano y largo plazos y ayudan en la ejecución de acciones de campañas de urgencia que sean necesarias para resolver crisis o evitar su agravamiento.
Pero el uso de perfiles no entrega autoridad a ninguna institución, llámese Policía Nacional o se autodefina como parapolicial, para violar los derechos ciudadanos. El uso que acostumbra dar la PN, aunque hayan estado haciendo lo mismo desde cuando las fuerzas invasoras yankis la crearon como Constabulary, es decir, como organización paramilitar encargada de auxiliar a los militares invasores en la persecución de los ciudadanos dominicanos opuestos a la ocupación del país, patriotas a quienes los yankis veían como delincuentes y llamaban gavilleros.
Desde entonces, nuestra policía, y sus jefes han actuado como persecutores de la ciudadanía mediante el uso de perfiles, como si la correspondencia entre los parámetros del perfil y los datos del ciudadano fueran un hecho judicial. Y no es así. La culpabilidad la determina un miembro del Poder Judicial, en juicio público, mediante sentencia definitiva. El perfil delincuencial facilita la identificación de posibles culpables, pero tampoco es función de la policía arrestar a un sospechoso. La orden de arresto es también función que corresponde al Poder Judicial.
La violación de los derechos ciudadanos por parte de los agentes miembros de la agencia del orden público que llamamos Policía Nacional, es quizás la más frecuente de las conductas que exhiben: si el agente anda buscándosela, como es muy usual, y se topa con un adolescente que anda con una funda o paquete, detiene al joven y si el contenido es un objeto que desea se lo quita con cualquier excusa disfrazada de violación de la ley, por ejemplo un artefacto para fumar usado en todo el mundo, de alto valor monetario, es cosa preferida. Si el joven le dice, que ese artefacto no es ilegal, el agente le responde con la pregunta ¿quién es el policía? A veces el agente se convierte en bondadoso e invita al despojado a buscarlo en el cuartel, y llevarle una suma de dinero para recuperar su hooka. Lo mismo hacen constantemente a los muchachos con las motos y con cualquier objeto de valor cargado a mano que el agente considere atractivo.
Últimamente los agentes que patrullan mi barrio han añadido a su irrespeto y confusión de rol, la detención y prisión de los adolescentes que caminen por las calles de la comunidad después de las diez de la noche. ¿Quién es responsable del cumplimiento de la ley por los agentes policiales y por la Policía Nacional como institución? Parece que a nadie importa que esta institución sea lo que debe ser, y que deje de hacer lo que no debe hacer.