Las celebridades usan todo a su favor para llamar la atención y acaparar portadas. Ahora más que nunca. De vez en vez también lo hacen para sumarse a campañas de protestas o “favor de”, ya sea a través de su música o cualquier comentario.
Sin embargo, en estos últimos meses las protestas se han tornado capilares, por así decirlo, evidenciando nueva vez el poder de la imagen para enviar un mensaje.
El mundo de Oriente se conmocionó, para bien y para mal, con la victoria del drag queen Conchita Wurst, el alter ego de Thomas Neuwirth, de 25 años, en el Concurso de la Canción Eurovision. Y es que lo que podría llamar más la atención que la voz de Conchita, sería la barba que luce vestido de mujer y con una melena digna de cualquier telenovela Mexicana.
“Fue una victoria no sólo para mí, sino también para quienes creen en un futuro sin discriminación y que se base en la tolerancia y el respeto”, dijo.
Wurst ha dejado su barba como sinónimo de tolerancia.
De igual forma, hace varias semanas la controversial cantante Rihanna lució un peinado de nudos africano, muy popular en los 90s, como modo de apoyo a la campaña de #BringBackOurGirls –a la que también se ha sumado el Papa Francisco–, para el retorno de las más de 200 niñas nigerianas secuestradas.
El Día de las Madres los peloteros de grandes ligas usan bates, pelotas e uniformes de rosado, para crear conciencia por el cáncer de seno, pero esta vez Carlos Gomez decidio teñirse la barba de rosado también.
Hace unos años, uno de los nuestros también alzó su melena de protesta, o mejor dicho la dejo crecer. El cantante Sergio Vargas, dejó crecer su rizada cabellera como promesa o protesta a favor del arreglo de las calles de su ciudad, Villa Altagracia.
