“Como la boca de un lobo”. Con esta expresión es como puede describirse la avenida del Parque del Este,una de las avenidas que rodean el Faro a Colón, después que el reloj marca las siete de la noche. Al llegar esta hora, la gente comienza a retirarse del lugar donde más temprano habían acudido a ejercitarse, a acortar el camino para trasladarse a Los Tres Ojos, o simplemente a lavar sus vehículos.
Y no es para menos. Las historias de asaltos, agresiones a los vehículos y otros actos delictivos, hacen que cada vez menos personas se atrevan a transitar por esta zona en horas de la noche.
Aldo Suero, es uno de los jóvenes que acostumbran a ejercitarse en la avenida, lo hace dos veces al día, en la mañana y en la tarde. La diferencia entre una hora y la otra, es que en la tarde, si no encuentra compañía no hace el recorrido. “Cuando vengo de noche, vengo con mi perro, porque por aquí, con esa oscuridad, por la falta de bombillos, esta vía queda en manos de los ladrones”, dice.
Afirma que en más de una ocasión ha tenido que auxiliar a una persona a la que acaban de atracar. “Para la extensión de la avenida, la vigilancia policial es insuficiente y, muchas veces, los mismos policías son víctimas de los atracadores”, afirma Pablo Peguero. Durante el día, un grupo de jóvenes se gana la vida lavando vehículos y aunque algunos de ellos desmienten la ocurrencia de hechos reñidos con la ley, bajo el alegato de que ellos les brindan protección a sus clientes, reconocen que después de la seis de la tarde comienza a mermar el número de personas allí, ya que prefieren dejar el lavado de sus autos por temor a esperar la noche en ese lugar.
José Peña lava su camioneta en el Parque del Este siempre y cuando se la entreguen antes de las seis de la tarde. “En esta zona hay miles de historias de personas que son perseguidas por otros vehículos para atracarlos y esta oscuridad se la ha puesto más fácil a los delincuentes”, expresa. A juicio de Adán González, que lleva cerca de cuatro años lavando vehículos en la avenida, los robos, violaciones y atracos a los transeúntes eran comunes, pero eso terminó después que comenzaron a operar los lavaderos de vehículos. Pero, al igual que los demás, se retira antes de que llegue la noche.
Los residentes en la avenida Iberoamericana, que se encuentra paralela a la avenida del Parque del Este, están con el grito al cielo, ya que si un miembro de su familia, por alguna razón debe estar fuera de la casa al final de la tarde, se sienten intranquilos y preocupados por los peligros que les acechan a quienes tienen que atravesar la vía.
Los comerciantes no son la excepción, pues no solo son el blanco de los delincuentes, sino que se ven obligados a cerrar las puertas de sus negocios porque “el que no ha comprado lo que necesita antes de las nueve de la noche, no se atreve a salir al colmado”, dijo Rafael Pujols, propietario de uno de los pocos colmados que aún mantienen sus puertas abiertas en el sector.
Isabel Sánchez, residente próximo a la avenida Iberoamericana, lamenta que ella y sus hijos tengan que permanecer encerrados, por temor a ser víctimas de los delincuentes, que dice, están en sus aguas en las oscuras y desiertas vías que rodean el Faro a Colón. El cúmulo de basura, a pesar de los contenedores que la Alcaldía ha colocado a lo largo de las avenidas, es otra dificultad que deben enfrentar quienes se desplazan a pie o en vehículo, ya que tanto los residentes, como los que van a llevar la basura allí aprovechando la falta de iluminación, arrojan toda clase de desperdicios, incluyendo animales muertos.
Los vecinos afirman que en muchas ocasiones se han dirigido a las oficinas de Edeeste para que sustituyan las lámparas quemadas, pero tan pronto la reemplazan, los desaprensivos se las roban o las destruyen.
Testimonios
Aldo Suero
Transeúnte
“Antes venía sin problemas, pero ahora cuando vengo de noche, vengo con mi perro, porque por aquí, con esa oscuridad por la falta de bombillos, esta vía queda en manos de los ladrones. La gente aprovecha la oscuridad para tirar animales muertos”.
Henry Pujols
Comerciante
“Esa avenida, aún con luz es oscurísima, imagínate cuando no hay energía eléctrica. Varias veces han atracado personas y eso afecta mucho, porque después de la siete de la noche nadie quiere salir y la vigilancia policial es insuficiente”.
Hansel Manuel Lluberes
Lavador de vehículos
“Los clientes vienen hasta las cinco de la tarde, porque después de esa hora ellos no quieren estar en la zona porque se pone muy oscuro y tú sabes cómo están los crímenes en todo el país. A la gente le da miedo venir a lavar el vehículo muy tarde”.
Rafael Pujols
Comerciante
“A las nueve de la noche tenemos que cerrar el colmado, por temor a ser atracados. Además, la gente ya después de las siete de la noche no quiere salir a la calle. Pedimos a las autoridades que resuelvan esta situación, ya que la vía es ideal para la delincuencia”.