En un comentario de su sección El Termómetro, elCaribe de anteayer mostró su extrañeza por la coincidencia de que en los últimos días hayan sido publicadas varias encuestas de preferencia electoral. “Es como si se hubieran puesto de acuerdo”, señaló. Quien escribió ese comentario seguro que no lo sabe, pero casi todas esas encuestas son originadas en un mismo lugar y con igual patrón: atribuirle un alto posicionamiento que no tiene el candidato-presidente, para desmotivar a votantes favorables al cambio, y provocar una alta abstención en la que pudiera colarse la reelección.
La campaña reeleccionista sabe que entre Medina y Abinader ninguno tiene 50%, ni menos de 40% o más de apoyo, y que la competencia entre ellos se aprieta, proyectando un posible empate, sin descartarse una victoria opositora en la misma primera vuelta. Por eso la proliferación y coincidencia de tantas encuestas dirigidas a “construir” en el imaginario de los electores indefinidos y opositores blandos, el razonamiento de que “Si Danilo se va a imponer como quiera, no hago nada con ir a votar”. Según reveló en rueda de prensa y en un artículo publicado en acento.com en febrero el director de campaña de Luis Abinader, Roberto Fulcar, esa operación sigue un libreto de Joao Santana, asesor de campaña de Medina. Fulcar reveló que la operación de “construir” falsos resultados de encuestas se hacía desde un despacho en Palacio donde opera lo que llaman sus hacedores “La Mesa de Encuestas”, que va otorgando resultados a diferentes firmas con un posicionamiento “inalcanzable” de Medina.
La faena fue también denunciada por el diputado Vinicio Castillo Semán, en la Z-101, declarando que el presidente-candidato está por debajo del 50% de apoyo y que la proyección de sus encuestas indica segunda vuelta. Dijo más: reveló que el patrocinador de todas esas encuestas es el ministro de la Presidencia, José Ramón Peralta, a quien felicitó por la faena. La estrategia fue develada tan temprano como el 29 de noviembre por César Medina en Listín Diario, informando que varias firmas encuestadoras incluyendo a la “Gallup, esta última con nomenclatura local pero encabezada igual por Rafael Acevedo, trabajan por encargo del Gobierno o de personeros suyos”. Escribió también Medina que “la Gallup, que encarga el Grupo de Comunicaciones Corripio para su publicación, no se hará hasta finales de enero por estrategia política y de mercado”. Esa revelación es del segundo semestre de 2015 cuando se comprobaba el desplome de la favorabilidad de Danilo ante un electorado decepcionado por verlo una y otra vez resaltando los males de la reelección, y luego imponiendo una cuestionada reforma constitucional y defendiéndola porque convenía a su ambición personal. Los focus group hechos entonces indicaron que esa caída de la favorabilidad presidencial era muy difícil revertir, y de ahí entonces lo de “sustituir” esa realidad por la percepción que trata de montar desde entonces La Mesa de Encuestas.