Recuerdo que al ser nombrado Vicepresidente Ejecutivo de la CDEEE en agosto del 2009 el precio del barril de petróleo rondaba los USD85.00. Recomendé al presidente Leonel Fernández que hiciéramos un seguro de cobertura que en inglés se conoce como “hedge”.
Esto se utiliza mucho en aquellos productos cuyos precios están sujetos a volatilidad y de esta forma se asegura el precio por un periodo de tiempo que permite presupuestar y generar grandes ahorros.
El Presidente inmediatamente se entusiasmó con la idea e incluso se llegaron a traer expertos de Estados Unidos y un banco extranjero localizado en el país nos dio mucho apoyo, pero desgraciadamente la idea no prendió en el equipo económico y el no hacerlo le ha costado al país en cinco años cerca de USD1,200 millones.
Esto así porque si promediamos el costo del barril de petróleo a USD100.00 en los últimos cinco años, la facturación promedio de las distribuidoras en USD170 millones mensuales y que la canasta de combustibles es cerca del 50% diesel y fuel oil #6, el ahorro anual hubiese sido de cerca de USD240 millones.
Esto es sin mencionar cual hubiese sido el ahorro de haberse tomado el seguro de cobertura o “hedge” cuando el precio del petróleo cayó a USD42.00 fruto de la crisis hipotecaria del 2008.
Traigo esto a colación en estos momentos porque la situación mundial está dada para un aumento sustancial del precio del barril que podría sobrepasar los USD140.00 y con esto no pretendo ser alarmista, sino motivar a que busquemos opciones que mitiguen el posible impacto negativo sobre la economía.
Los economistas hacemos con frecuencia análisis de los mercados basados en los comportamientos de las variables; no somos infalibles y muchas veces nuestros errores los achacamos a factores del mercado y no a fallas de nuestros análisis.
Para mí los precios del petróleo son algo que vengo monitoreando por muchos años, no solo por cómo afecta la estabilidad de un país no productor de petróleo, sino que mi empresa es impactada en sus materias primas por la variación del precio del crudo, ya que estas, en su inmensa mayoría, son derivadas del petróleo.
Tal y como están la condiciones geopolíticas no es descabellado esperar que aumenten los precios del petróleo. Analicemos Medio Oriente. Focalicemos a un grupo llamado “Estado Islámico de Irak y Al Sham”. Sham significa Damasco y todos los territorios adyacentes.
Este grupo, que se conoce por sus siglas en inglés como ISIS, es mucho más radical que Al Qaeda y su líder Abu Bark Al-Baghdahi repite: “Obedéceme siempre que yo obedezca a Dios”. De hecho, han venido conquistando importantes territorios y su radicalismo los podría llevar a atentar contra los campos petroleros, conscientes del efecto negativo mundial que esto causaría en las economías occidentales.
La crisis entre Rusia y Ucrania podría ser otro factor desestabilizador para los precios del petróleo y otra variable a tomar en cuenta es el hecho de que la economía mundial se está recuperando. Sin dejar pasar por alto las economías emergentes y la propia Latinoamérica, que a pesar de la crisis mundial ha logrado mantener niveles de crecimiento importantes.
De acuerdo con un informe de JP Morgan el crecimiento de la economía norteamericana en el segundo semestre podría estar cerca del 4.5% impulsada por un aumento lento en el primer semestre, debido a factores no económicos como el crudo invierno de este año, terminando con un aumento al final del año de cerca de un 2.5%.
Esto no solo tendría efecto en los precios del petróleo, sino que podría tener consecuencias en la tasa de interés cuyo aumento sería perjudicial para la deuda en dólares y para el nivel de precios en general, ya que dependemos fuertemente de esta moneda.
Algunos dirían que esta situación puede ser compensada por los grandes yacimientos de shale gas o gas pizarra y las exportaciones de este gas de Estados Unidos, pero hay que recordar que este combustible no estará disponible hasta cercano el 2017. A toda esta situación adversa habría que agregar la incertidumbre de la permanencia del acuerdo de Petrocaribe.
La situación económica de Venezuela es insostenible, con la mayor inflación a nivel mundial y carencia de productos básicos, lo que nos lleva a la conclusión de que en algún momento no muy lejano tendrán que modificar este acuerdo que sin duda ha sido de gran beneficio para los países que como nosotros no producimos petróleo.
Para sustentar aún más nuestro análisis es necesario recordar que en el verano del 2007 los precios del petróleo alcanzaron los USD140.00 el barril, por lo cual pensar que una situación similar o peor podría ocurrir entra dentro de las posibilidades de cualquier análisis serio.
Estamos a tiempo todavía. Este seguro de cobertura no debería ser solo para el sector eléctrico, sino para todos los combustibles que importamos para evitar efectos adversos en los precios de todos los productos y un deterioro grave de nuestra economía.