La construcción del nuevo santuario del Cristo de los Milagros, en la ciudad de Bayaguana, va lenta, pero sin parar. La enorme estructura en concreto armado se yergue curva e imponente, mientras el martillar de una veintena de hombres y el chillar de las varillas que se doblan y cortan se siente apenas como un murmullo en las afueras del pueblo.
El santuario que debía haber sido inaugurado el 28 de diciembre del año pasado es hasta ahora una enorme mole de concreto, gris, pero da la idea de que a Jesús, el Cristo milagroso, se le tiene presente en Bayaguana.
Un joven del pueblo se lamenta que el templo no haya sido concluido, a pesar de que cuando se inició su costo se estimaba en unos RD$300 millones. “Aquí no sabemos si nos reímos o nos lamentamos, porque esos cuartos ni con milagros aparecen”, comenta.
Pero hay optimismo. No obstante verse retrasado, ya al templo se le compraron los pisos, los vitrales, puertas y ventanas. De la estructura falta la cúpula, que se fabricará en tierra y se armará arriba.
Mientras, por el retraso en los trabajos, el paso del tiempo ha hecho que miles de pesos en madera de andamios se hayan perdido. Están tan podridas, que el vicario Neftalí Brito Benítez no duda en decir que él no le recomienda que nadie, a ningún trabajador, se suba a ellos.
La estructura se levanta en un predio de 150 tareas, y ya terminado contará de la casa del sacerdote, un anfiteatro, verjas perimetrales, biblioteca, centro de oración, un campo agrícola experimental, salón multiuso y espacios para talleres de capacitación, así como otras facilidades para los peregrinos.
El solar fue donado por Antonio Mendoza, que vio en ello la forma ideal para que los residentes de Bayaguana pudieran levantarle un merecido al Santo Cristo de los Milagros, y a la vez poner fin a una litis que tenía con el ayuntamiento municipal por la propiedad del solar.
El comienzo
La construcción del nuevo santuario responde a la necesidad de acoger de forma cómoda a los cientos de peregrinos que cada viernes día primero y los miles que los 28 de diciembre se trasladan a este pueblo a pedir algún milagro al Santo Cristo.
El templo actual, el San Juan Bautista de Bayaguana, apenas acoge a 200 personas, y el nuevo está planeado para al menos 1,500 sentadas, y más de 2,000 apretujadas.
Fue ideado en el año 2000, y la feligresía hizo los primeros aportes para iniciar la obra, calculada en RD$400 millones. Es así como el mismo pueblo pagó el diseño arquitectónico, los planos y adquirió los materiales para sentar las bases del santuario, que se levanta sobre la base de 348 pilotes hincados bajo tierra para darle resistencia sísmica a la estructura.
El arzobispado lo asume
Pero una obra de tal envergadura resulta una carga muy pesada para una población como la de Bayaguana, con altos niveles de pobreza.
Es por ello que fue asumida por el Arzobispado Metropolitano, ya que el santuario está dentro del área de influencia de la provincia eclesiástica de Santo Domingo, y en el año 2008, el entonces Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, ofició una misa en presencia del presidente Leonel Fernández anunciando el inicio de su construcción.
En medio de la ceremonia, Fernández le comunicó al Cardenal que el Gobierno asumirá la mayor parte de la inversión de la obra, y promesa similar hizo en su momento el presidente Danilo Medina, ocasión en la que se anunció que sería inaugurada el 28 de diciembre del pasado año.
Pero hoy día la obra avanza con lentitud. En lo que debería ser un verdadero movimiento de hombres trabajando, maquinarias moviéndose, un ir y venir, lo que se observa es un panorama tan gris como el concreto que le da vida.
Apenas 20 hombres trabajan en las alturas, pisando tablones viejos y sin observar la más mínima regla de seguridad laboral, sin sus arnés y corriendo el riesgo de caer al vacío, pensando, tal vez, que nada le pasará si se accidenta, pues se dicen ser fieles creyentes de los milagros del Cristo por el que trabajan.
El santuario está ligado a la ocurrencia de milagros
Un santuario es un templo o un sitio al que peregrinan numerosos fieles de una determinada religión o iglesia, y donde se veneran divinidades porque se tiene la convicción de que ésta ha hecho algún milagro o que en el templo ha ocurrido algún hecho único. Y este santuario también tiene su historia. Se cuenta que la imagen del Santo Cristo de los Milagros apareció en 1494 en el río de la comunidad de Yaguana y fue encontrada por una niña quien tenía una madre ciega y luego recuperó la visión, siendo este el primer milagro atribuido al Cristo. La imagen fue trasladada a lo que hoy es Bayaguana, allí se levantó la humilde capilla que para 1608 se convirtió en una iglesia parroquial con la colaboración económica de los creyentes. Hoy día los feligreses le atribuyen cientos de milagros.
Pedido
“Cristo amado, concédeme salud para mí y los míos, para quienes me rodean, porque tuyo es el poder y la gloria”. ¡Amén!
