He dado seguimiento desde el pasado viernes a la investigación del compañero periodista Neftalí Ruiz acerca del caso del prospecto Juan Manuel Matos, quien falleció el pasado jueves en Palenque, San Cristóbal.
Se sospecha de los esteroides como causa de su muerte. Quisiera pensar en otra cosa, pero el camino siempre me lleva a las sustancias prohibidas debido al cuadro que presenta el caso y a la cultura del engaño que persiste en República Dominicana. Aquí nos despertamos pensando en cómo engañar al otro. Es una reflexión que siempre he aplicado en todos los aspectos de la vida.
Si bien hay versiones de que la salud del jovencito no andaba muy bien, no es menos cierto que cuando se habla de prospectos y de muertes súbitas todos de inmediato pensamos en esteroides.
No quisiera adelantarme a emitir un juicio errado sin antes esperar los resultados oficiales de la necropsia a Matos, pero sea por esteroides o no, necesitamos un mayor control de las autoridades sobre este particular.
El uso abusivo de esas sustancias entre deportistas cada vez más arrebata vidas sin que nadie se interese.
Uso el término deportista porque muchos nos quedamos únicamente en peloteros, pero nos olvidamos que en los gimnasios del país es uso rampante de esas sustancias es toda una tradición y ni hablar de los fisiculturistas profesionales, quienes gastan mucho dinero para “ayudarse” a los fines de ganar una competencia en la que la mayoría de las veces sus premios ni siquiera cubren la mitad de lo gastado.
El caso del prospecto Matos pudiese ser uno más de los tantos que se han dado en el país y es obvio que son considerados como “aislados”. Me pregunto si habrá que esperar que fallezca un roster completo de un programa cualquiera para que las autoridades pongan ojo en el asunto.
Los padres también deben bajar un poco la guardia en este asunto, en el que a mi juicio, tiene un grado enorme de responsabilidad. Muchos presionan tanto que llevan a sus hijos hasta allá y otros, incluso, permiten que los entrenadores suministren esteroides con la finalidad de alcanzar una firma.