Hace varias décadas los matrimonios de nuestros antepasados eran muy prolíferos de tal manera que soy de un matrimonio donde mis padres tuvieron 9 hijos, de los cuales lamentablemente han fallecido 5 y los padres de mi esposa Esperanza, quien me ha acompañado con cariño y esmero en mi salud y comportamiento durante 55 años, tuvieron 8, de los cuales lamentablemente han fallecido 3, de tal manera que el porcentaje en nuestro país era de aproximadamente 3.5% que como consecuencia de las recomendaciones del Departamento de Orientación Familiar, el uso de preservativos y el seguimiento del método del ritmo que siguen los cristianos-católicos se ha reducido bastante ese porcentaje.
Mi nieto mayor Jorge Nicolás Segura Persia y su esposa Rossemar Báez, acaban de tener una bella niña que resulta para mí y mi esposa Esperanza, nuestra primera biznieta y la primera nieta de mi hija Iris y su esposo Jorge Luis.
Nosotros hemos disfrutado ampliamente a nuestros nietos que aunque nos transforman la casa cuando nos visitan son tan buenos que hace varios años un amigo en el Hotel El Embajador me decía que los nietos son tan agradables y fácil de disfrutar que si lo hubiera sabido los hubiera tenido primero que los hijos”.
Su nacimiento se produjo en la Clínica de Medicina Avanzada Dr. Abel González el pasado día 25 de abril.
Nuestra alegría aumenta porque los padres de Rossemar son muy buenos y excelentemente familiares, y para nosotros han sido una gran alegría al unirnos a esa distinguida familia quienes el día del nacimiento estaban vueltos locos y brindando champagne, vinos y Whisky muy alegremente.
Mi esposa Esperanza y yo somos devotos seguidores y defensores de la Virgen María y a ella invocamos cuando se nos presentan algunos problemas, por lo que ha sido de gran satisfacción que la niña naciera con el nombre María del Mar, pues la mayoría de nuestros 4 nietos les fueron asignando el nombre de María como son: mi hija María de Jesús, mis nietos Inés María, María Nicole, Erika María, Bianka María y al varón le pusieron Erik de Jesús, en recordación de nuestro querido Jesús, el hijo de María.
Muchos son los motivos para usar el nombre de María, Madre de Nuestro Señor Jesucristo, sin embargo, para darle mayor énfasis debo transcribir parte del artículo de Monseñor Benito de la Rosa y Carpio, Arzobispo de la Diócesis de Santiago, cuando expresa:
“Encontramos en la celebraciones litúrgicas cristianas expresiones como esta: “Eres bella y hermosa, Hija de Jerusalén: subes al cielo como la aurora cuando amanece” (Fiesta de la Asunción de la Virgen María, 15 de agosto); como también peticiones iguales que la siguiente: “Sol de justicia, a quien María Virgen precedía cual aurora naciente, haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia” (una de las preces para celebraciones de la Santísima Virgen María).
Monseñor de la Rosa y Carpio, como buen hijo de Higüey, cuna de nuestra Señora de La Altagracia nos trae las letras de su Serenata a la Virgen:
“Era un mes de enero, 1995 en Santo Domingo, capital de la República Dominicana, noche de una esplendorosa luna llena. Mi mente voló hacia Higüey, sede de Nuestra Señora de la Altagracia, donde yo había nacido, había pasado mis primeros quince años de vida y de la Basílica de la Altagracia como sacerdote, durante doce años. Justamente allí, desde el espacio abierto de esta Basílica, posé mi imaginación en el cielo higüeyano y exclamé:
Luna de Enero
Flor de un naranjo
Agua de Mayo
Rosa de Octubre
Reina querida,
Virgen María,
¡Oh, mi Altagracia!
Esperanza y yo estamos viviendo nuestra última etapa de la vida y aspiramos seguir trillando el camino de ayudar al prójimo y seguir laborando cristianamente a favor de las instituciones de servicio que desarrollan una labor social y cristiana en defensa de nuestros semejantes, como son: los ancianos, los hándicap, los Talleres de Oración y Vida por mencionar solo unos pocos de nuestra querida Parroquia Jesús Maestro.
Aunque Dios, Nuestro Señor, es el dueño de la vida y puede disponer de ella en cualquier momento, esperamos nos conceda vivir algunos años más para ver crecer y disfrutar a María del Mar, porque por nuestra edad no es posible verla educarse, enamorarse y casarse, que esperamos sea dentro del Credo Católico-Cristiano, donde nacimos y crecimos con gran satisfacción.
Que Dios y la Virgen María te bendigan y te trace el camino del buen comportamiento y la honestidad que practicamos tus antepasados.
¡Bendiciones!