Cuando se desplazaba en una yipeta por la autopista Duarte, entre Piedra Blanca y Bonao, “franqueando” una camioneta con 400 kilos de cocaína, fue detenido el mayor Miguel Rodríguez, jefe de la Unidad Antinarcóticos de la Policía Nacional en San Francisco de Macorís.En el operativo de esa tarde del 6 de agosto de 2010 también fueron detenidos cuatro colombianos y dos dominicanos, integrantes de una red de narcotráfico internacional que utilizaba el país como trampolín para enviar luego la droga a México, Europa y Estados Unidos.
Un año atrás, a las tres de la madrugada del 3 de enero de 2009, a orilla de un cañaveral del municipio de Los Llanos, en San Pedro de Macorís, donde momentos antes una avioneta bombardeó 1,245 kilos de cocaína, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) apresó al coronel de la FAD José Luis peña Segura, quien declaró que se encontraba en el lugar porque se detuvo a “orinar”, aunque en el argot de los agentes en realidad el oficial lo quehacía era “aparar” la droga.
Entre el 2004 y lo que va de 2012 un total de 7,456 kilos de cocaína y 14.5 kilos de heroína se decomisaron en operaciones de narcotraficantes en complicidad con militares. En ese mismo período alrededor de 2,000 militares y policías fueron apresados y sometidos a la Justicia por su implicación con la droga.
La cronología alarma: En septiembre de 2004 fue detenido el coronel, Lidio Arturo Nin Terrero, cuando junto a Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, trasladaba a la región del Cibao un cargamento de 2,146 kilos, un operativo que marcó el punto de partida para el desmantelamiento de una poderosa red de narcotraficantes que posteriormente fueron reclamados en extradición por Estados Unidos.
A raíz de la matanza de Paya, Baní, el 4 de agosto de 2008, fueron procesados y condenados dieciséis oficiales y alistados de la Marina de Guerra y dos de la Policía Nacional.
En marzo de 2010, la jueza de la Atención Permanente de Puerto Plata, Adriana Vásquez Jiménez, dictó medidas de coerción de un año de prisión preventiva contra cada uno de los doce militares destacados en el aeropuerto Gregorio Luperón, quienes fueron acusados de un cargamento de 33 kilos de cocaína que sería enviado a Toronto, Canadá.
Con anterioridad, la DNCD envió por ante la Fiscalía del Distrito Nacional a cerca de una veintena de oficiales de los distintos institutos castrenses, así como de la Policía, “por evidentes nexos vínculos con la red que dirigía en el país el narco puertorriqueño José David Figueroa Agosto.
A esa misma red fue vinculado el coronel José González y González, muerto a tiros por un grupo de sicarios dentro de la cabina de la yipeta que conducía, el 24 de diciembre de 2010, en un hecho donde salvó la vida milagrosamente Madeline Belliard, esposa de la víctima. No menos gráfico del grado de permeabilidad de militares y policías por parte del narcotráfico, fue el caso del cabo Juan Emilio Féliz Salvador, miembro del equipo de ciclismo de la FAD, detenido en el aeropuerto Las Américas con dos kilos de cocaína encubiertos en dos chassis de bicicletas, cuando pretendía abordar el vuelo 856 de la aerolínea Jet Blue, con destino a Nueva York.
Más recientemente está el caso del teniente coronel de la FAD, Francisco José Espinal Muñoz, apresado en el vehículo que conducía por miembros del G-2 de las Fuerzas Armadas en el tramo que une a Jimaní-Neiba con 49 pacas de cocaína (409 libras de marihuana).
Preocupación y profilaxis
De los tantos casos de militares y policías envueltos en drogas, en el 2010, Marino Vinicio Castillo, asesor en materia de drogas del Poder Ejecutivo, planteó una “depuración criminológica” en las Fuerzas Armadas.
Valiéndose de informaciones de un oficial de inteligencia de la Embajada de los Estados Unidos, a quien no identificó, pero de quien dijo le había revelado que había al menos dos generales de 17 militares de alto rango implicados en el narcotráfico, Castillo calificó de preocupante el grado de conexidad castrense con los capos de la droga.
Y, al efecto, la depuración se hizo: 5,400 militares fueron expulsados, de los cuales 185 prestaban servicio en la DNCD, de acuerdo con el relacionador público de entonces, coronel Alcides Rodríguez Veras .
De los 32,400 miembros que para la época tenía el Ejército Nacional, más de 4,000 fueron sacados por su vinculación en conductas delictivas (el 20% implicado en expedientes de drogas).
La FAD no fue la excepción: alrededor de 1,000 miembros fueron expulsados durante la purga de las filas de la institución.
La Marina de Guerra, escenario de los más sonados escándalos de ajustes de cuenta, sicariatos y conexidades con grupos de narcotraficantes, expulsó a 885 de sus miembros.
Antes de la designación de Rolando Rosado Mateo, en la DNCD fueron transferidos a sus respectivas instituciones militares 4,200 oficiales y alistados por sospecha o comprobación de vínculos directos con redes del narcotráfico internacional con ramificaciones en el país.
Esa depuración abarcó a los encargados del organismo en el Cibao, algunos de los cuales fueron sometidos a la Justicia, como el oficial de Montecristi que incautaba la droga y luego la vendía.
Complicidad
Por el tráfico de droga en las cárceles, la DNCD ha dado a conocer 25 sometimientos de militares y policías.
Implicados
El desmantelamiento de las redes de Paulino Castillo y Figueroa Agosto fueron implicados 78 oficiales y alistados.
Relación de militares implicados
- 126 militares y 39 policías en el 2004
- 235 guardias y 69 agentes en el 2005
- 206 soldados y policías en 2006
- 198 marinos y soldados en el 2007
- 176 militares en el 2008
- 187 agentes y militares en el 2009
- 390 agentes y guardias en 2010
- 175 militares en el 2011
- 36 militares y policías en el 2012