Ha escrito Miguel Guerrero (MG) que Leonel escogió a Miguel para dividir el PRD; que el acuerdo para mejorar la Constitución le dio un liderazgo que no poseía y que una candidatura suya en 2016 perdería. Esas opiniones, que vienen a tomar partido en las divergencias que enfrentan a Hipólito Mejía con Miguel Vargas, obligan a recordar que si a alguien escogió el PLD, no sólo Leonel, para dividir al PRD fue a Hipólito, cuando en la convención del 6 de marzo de 2011 le metieron en las urnas más de 364 mil votos PLD-PRSC, imponiéndolo como candidato presidencial.
Dice MG que en 2009 Miguel no tenía liderazgo, pero en 2007 ganó la nominación presidencial con un 80 por ciento; en 2008 obtuvo un 41 por ciento frente a un candidato presidente, y en septiembre de 2009 gana la presidencia del PRD con más del 96 por ciento de un plebiscito de la militancia.
Sobre una próxima candidatura presidencial de Miguel, y a contracorriente de la campaña del PPH y el eco mediático de gente como MG, en las últimas encuestas conocidas, Penn, Schoen y Gallup-Hoy, Miguel supera a Hipólito en preferencia de la gente.
La fuerza del liderazgo de Miguel en el PRD reside en que es el único dirigente que ha impulsado el relevo generacional, enfrentado la ambición continuista desmedida de Hipólito y la generación fallida que lo acompaña, y en que representa una propuesta para sacar al PRD del caos y la frustración, adecuarlo a los nuevos tiempos que vive nuestra sociedad y convertirlo en una fuerza triunfadora.
Algunos creen que artículos como el de MG se explican en que tenemos oráculos cuyos presupuestos maniqueístas determinaron que es Hipólito, y no Miguel el líder del PRD, y también quien debe ser, otra vez, su candidato presidencial en 2016.
Yo, que apenas soy un escribidor sobre datos de la realidad, me limito a desmontar por piezas los infundados supuestos del ofuscado Guerrero.