Antes de empezar a redactar esta entrevista recordé una herramienta fílmica, de contar la historia comenzando por “el medio” y luego, disponer una lluvia de imágenes que te lleven al comienzo. Pues utilizaré este recurso para contar la historia de Massiel Arias, dominicana, de 25 años, la menor de cinco hermanos y la única mujer; y mejor conocida como Mankofit, la divertida entrenadora personal, certificada por la National Academy Sports Medicine-NASM (Academia Nacional de Medicina Deporiva).
A ella me la presentó virtualmente una amiga. Su casi millón de seguidores en Instagram, sobre los 100 mil en su cuenta @Mankofit_Challenge, en la misma red social; sumados a los aproximados 45 mil en Twitter y los casi 25 mil en su recién creado fanpage de Facebook (todo en poco menos de un año) la alzan como la reina del fitness en las redes sociales. Entonces, esto le da el estatus de celebridad, uno que a ella le cuesta aceptar, pero que aunque no lo quiera, ya es parte de su vida.
Entonces, aquí llega la parte del flashback, antes de este crecimiento vertiginoso, Massiel, cariñosamente Massy, era una adolescente de 13 años que emigró junto a dos hermanos a los Estados Unidos, específicamente Nueva York. Como todos los que se van de aquí para allá, lo hicieron persiguiendo una mejor calidad de vida, junto a su padre. A los 17 años, siendo la única de los “Arias” que decidió quedarse en EE.UU. para perseguir el “sueño americano”, sucedió algo inesperado para toda la familia: a uno de sus hermanos le diagnostican cáncer terminal. Aquí, los médicos sólo le pronosticaban dos semanas de vida. ¿La salida? Volar a NY y buscar una segunda opinión.
Massy cursaba su primer año en la Universidad (estudió Biología en Queens College), quería ser médico; trabajaba y además, siendo la única de su familia que aprendió un buen inglés, le tocó cuidar a su hermano, algo que hizo sin pensarlo dos veces, aún cuando ello requería que prácticamente viviera junto a su hermano en el hospital. “Sabía que no moriría”, nos confiesa. En este proceso se dio cuenta de que la Biología no era su pasión. “En mi estadía en el hospital, viendo a los niños en el departamento de oncología, se me fue el deseo. Me di cuenta que no tenía la sangre tan fría, como dicen”, agrega.
Entonces, ¿cuál será el deselance de esta historia? Esta agilucha dormida, amante de la comida sabrosa (como ella misma dice, “afortunada o desafortunadamente es uno de mis hobbies”) y de las galletas de Levain Bakery, nos comenta que no sabe qué sucederá, pero de lo que sí está conciente es de que está en el camino correcto; y no duda, que un futuro no muy lejano, cuando el mundo cierre los ojos y piense en fitness, vea la imagen de Massiel Arias, aquella niña dominicana que con esfuerzo triunfó gracias a la medicina que la ayudó a enfrentar la depresión: el ejercicio; algo que inició a través de las redes sociales y se volvió su pasión.
¿Por qué el apodo de Mankofit? El nombre se lo debo a un amigo japonés que estudió conmigo en la universidad. Él usaba esta palabra, Manko, que significa vagina, para relajar a las mujeres del grupo.?En ese entonces no sabíamos qué significaba, pasado el tiempo averigué el significado. Algo a lo que él hacía referencia de una forma negativa, lo volví algo positivo.
¿En qué te cambió el proceso de la enfermedad de tu hermano? Sin duda, su proceso me hizo más fuerte. Me dije, si mi hermano pasó por todo esto, cómo me voy a quejar de ciertas cosas.
¿Extrañas no vivir a plenitud tu adolescencia? No, para nada. Lo poco que tengo lo he sabido valorar, vengo de abajo, universidad, ahora yo me sostengo económicamente, siempre he sido muy independiente. Creo que nuestra generación no es así, sino más bien haragana, no valora. Si pudiera volver atrás, haría exactamente lo mismo. No me arrepiento de lo vivido.
¿En qué crees? Creo en Dios, porque lo de mi hermano fue un milagro, porque estando sola en los Estados Unidos, nunca me ha sucedido nada malo; porque se me han cerrado más puertas de las que se han abierto, ya que no soy el tradicional molde de cómo debe verse una mujer. Creo en Dios porque me ha demostrado que todo lo que te trazas como meta, lo puedes lograr.
Su “nueva vida” también viene con nuevos trabajos. Actualmente Massy tiene entre su clientela a la cantante Lala y al pelotero dominicano José Reyes. Mientras el modelo y actor, Tyson Beckford ha confesado ser su fanático.
¿Por qué empezaste a entrenar? No lo hice porque quería desarrollar más músculos o para rebajar. De hecho, siempre fui delgada, talla doble cero; siempre me han dicho “La flaca”, pero desde la pubertad he sufrido de depresión. A raíz de lo de mi hermano y otros procesos que llegaron a mi vida, toqué fondo. Dejé mi trabajo como visual merchandiser, no me bañaba, no me peinaba, no comía, no tenía ganas de salir. Entonces mi mamá vino a NY y prácticamente me hizo una intervención. Asistí a terapia y comencé a ejercitarme. Nunca quise medicarme, a pesar de saber que tenía un desbalance químico. No creo mucho en los medicamentos, quizá tiene que ver con mis estudios de Biología. En fin, empecé a ejercitarme porque quería que eso me ayudara a combatir lo que me estaba sucediendo mentalmente. Quería mejorarme.
¿Cómo se dio lo de mostrar fitness a través de Instagram? Vi que era una plataforma nueva y empecé a subir fotos poco a poco. Mientras iba al gimnasio me fui educando, investigando sobre el tema. No tuve entrenador, yo misma me hago mi comida, pues después que terminé la carrera de Biología tomé varias clases en el French Culinary Institute (Instituto Culinario Francés) y veía mucho el reality Top Chef. De hecho, quería audicionar para el show. Todo se dio muy natural, realmente. Volviendo al Instagram, recuerdo que puse una foto de mi abdomen y todo el mundo empezó a preguntarme qué hacía para lograrlo, y así se sumaron más seguidores. Lo que hacía, y aún hago, es compartir lo que me había funcionado. Ahí me dije, esto es lo que me gusta.
Sigues anclada a la moda, pues en tus fotos te vemos con “lo último” para la actividad física. La ropa con la que me ves me la envían, esa es una de las ventajas de este éxito social. Antes era muy vanidosa, quería el mejor zapato, la última cartera… Ahora, por ejemplo, aún conservo y uso de vez en cuando las zapatillas deportivas que llevé durante todo un año. Me sigue gustando la moda, pero ya no soy como antes. Ando todo el día en ropa del gym, que es con lo que trabajo. Cuando me visto y me maquillo todo el mundo se sorprende.
¿Qué crees que piensan de tu físico? Como te dije, yo tenía el cuerpo ideal, ese que promueven los medios, y aún así me sentía insegura. Ahora soy un prototipo diferente, tengo tatuajes, soy más musculosa. ¿Sabes?, mucha gente que me dice que me veo como un hombre pero esos comentarios no me importan porque no estoy haciendo esto para nadie, lo hago por mí. Me siento cómoda con mi cuerpo.
“La gente pensaba que era rica, que lo tenía todo, pero soy una persona común y corriente que se trazó metas, las logró y no se ha detenido; sigo hacia adelante”
Perteneces a la “Generación Y”, que, entre otras cosas, se define como una que necesita el reconocimiento, y eso es algo que han podido canalizar las redes sociales. ¿Tú necesitas la fama? Todo lo que yo hago y publico es porque quiero ayudar, porque cuando necesité la ayuda no la tuve a mi alcance. Si fuera el caso contrario ya fuera rica con todas las propuestas que he tenido. No hago promociones ni shotouts pagados. Sería una hipócrita si estuviera haciendo algo en lo que no creo, únicamente por la fama.
¿Te imaginaste este éxito? La verdad es que no, pero aún no he tenido la oportunidad de enviar mi mensaje, pues hay quienes sólo miran la imagen y no la información. Sé que la oportunidad llegará.
¿Y cuál es ese mensaje? Yo abogo por los derechos de la mujer, quien tiene que sentirse bien como ella es. No tienes que ver una foto y decirme “me gusta tu cuerpo”; suena contradictorio porque de eso vivo. Tienes que ser lo que tú y solamente tú quieras ser, anclada a un concepto de salud integral.
¿Sientes presión por el éxito obtenido? Lo que siento es una responsabilidad, divertida, pero sigue siendo una responsabilidad. Por otro lado, ya no puedo ir a los gimnasios comerciales, voy al que está en mi edificio, que es privado. No puedo comer nada que no vaya con mi dieta. Mi vida ha cambiado.
Entonces, contario a lo que dices, sí eres una celebridad. Bueno sí (risas). Estoy trabajando con una compañía que se llama Beyond Genetics, desarrollando un proyecto donde podrás conectarte live desde tu móvil y la computadora para hacer tu rutina diaria de ejercicios.
¿Qué le dirías a quien tiene como resolución para el 2014 un estilo de vida saludable? Todo lo que planificas a corto plazo no dura, porque harás cosas extremas para llegar a ello, y luego volverás al punto de partida. Eso destruye al cuerpo.
Y no es que estarás como un esclavo comiendo sólo ensaladas, pero debes saber que será un paso a paso. Si quieres rebajar, hazlo no por el hecho de perder peso, sino porque quieres mejorar. Hay que moverse, hay que comer limpio, hacerlo un estilo de vida y darse sus gustos de vez en cuando. En cuanto al gimnasio, no hagas sólo cardio, para lograr resultados necesitarás de las pesas.
Entrando al tema “hombres”, ¿no sienten miedo de acercarte a ti? ¡A cada rato! (risas). Sin embargo, si me ves en persona no soy tan corpulenta como luzco en las fotos y videos, me veo como una atleta. Claro, no tengo celulitis, mis piernas están duras, tengo los six pack… Levanto (pesas) como un hombre pero soy muy femenina.
¿Tienes pareja? Sí, pero mantengo mi vida personal muy privada. Sí les puedo decir que él hace lo mismo que yo. Estamos en el mismo medio.
¿Cómo te cuidas? Como limpio. Voy cinco veces a la semana, por hora y media al gimnasio y hago entrenamiento de resistencia, cardio, yoga, crossfit, he hecho de todo. Yo soy orgánica, lo único que bebo es multivitámico, glutamina y aminoácidos.
¿Esta es tu vida o sólo es una transición a otra cosa como sucedió con la Biología y la Gastronomía? Esta es mi vida, y he podido combinar las dos cosas que mencionas con lo que hago ahora. Actualmente estoy realizando otra certificación.
¿Cuándo visitas la isla? Estoy pensando ir en febrero y hacer algo en favor de los niños con cáncer. Con lo poquito que tengo, quiero empezar a devolverle a mi país. Poner mi granito de arena.
“Muchos dicen que luzco como un hombre, pero no me importa; estoy haciendo esto por mí y me siento cómoda con mi cuerpo.