Aquí te dejamos con lo último de Pharrell 

En Occidente se ha difundido como  una  “verdad”  la versión de que  Marilyn Monroe (1926-1962)  fue una mujer  frívola y caprichosa.  Que murió al ingerir una sobredosis de barbitúricos. En la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, la desaparecida URSS, en círculos  oficiales  la veían como una mujer amiga y solidaria. En Memorias de Andrei Gromiko (1909-1989),  el canciller soviético durante 28 años, y protagonista de alta política durante más de 50 años,  describe la primera vez que la vio, “aunque no nos conocíamos de antes, habló como si fuéramos viejos amigos”.

Cuenta que al final de una recepción de la delegación soviética en Washington  la saludó fuera de todo protocolo. Nunca olvidó cuando ella le extendió sus manos  por primera vez. Contó a sus hijos que había estado hablando de verdad con Marilyn. “La Monroe estaba entonces en la cima de su carrera y era un ídolo de la pantalla en muchos países, siempre sonriente y feliz”. José Jasd (José Antonio Sánchez Delgado) llegó a Estados Unidos de América, muy joven. Logró entrar al mundo de Hollywood como fotógrafo. Luego se acreditó  como actor.

En los  años 70 retornó al país y fundó en Radio Televisión Dominicana, canal 4  “El Mundo Maravilloso de José Jasd”. El contenido del programa era historias y anécdotas de las celebridades del cine de su tiempo de éxitos. Me dijo en Radio Universal, 1984: “el día que le di el primer beso a Marilyn estuve a punto de caer de rodillas. Era una mujer impresionante  y dulce”.

El librero Fabián Tello Alvarado (Macalé), estampa de la Zona Colonial de Santo Domingo, contó que conoció a Marilyn en 1954 cuando estaba casada con el astro del béisbol Joe Dimaggio. Se acercó al pelotero para pedirle el autógrafo de la dama. Marilyn le preguntó si quería un autógrafo suyo y Macalé respondió que sí. A partir  de ese instante nunca olvido su sonrisa y el amor que sentía por Marilyn. Colocó fotos de ella en todos sus espacios visibles. Su librería Macalé estuvo con fotografías de momentos estelares de la vida de Marilyn, hasta después de los primeros meses del fallecimiento de Macalé, el 7 de mayo de 2005. Recreaba la sonrisa que le regaló  Marilyn cuando le pidió su autógrafo.