Marcos Díaz: “Nadar y ser funcionario es lo mismo”

Marcos Aurelio Díaz Domínguez (Santo Domingo, 1975) no es un tipo de mitades. Su vida, según él, se ha caracterizado por entregarse por entero a cada proyecto en el que se involucra.

Marcos Aurelio Díaz Domínguez (Santo Domingo, 1975) no es un tipo de mitades. Su vida, según él, se ha caracterizado por entregarse por entero a cada proyecto en el que se involucra. Su papel como viceministro de Deporte Escolar y Universitario se lo ha tomado muy en serio, tanto que ha dejado a un lado la natación, el deporte que le brindó fama y que labró su imagen como uno de los personajes más queridos y bien valorados en República Dominicana.

El crossover del Marcos atleta al Marcos funcionario no le ha estorbado en lo más mínimo. Es que su filosofía de vida se ha encargado de unir cada eslabón para que la transición haya sido puro trámite. “Nadar y ser funcionario es lo mismo”, dice Díaz, quien recibió a elCaribe en su despacho del Ministerio de Deportes. “Se puede ver como algo muy diferente, pero en cuanto a los fundamentos es lo mismo. Hay que hacer sacrificios, tener preparación, tener una visión de hacia dónde tú quieres llegar y armar un equipo, porque lo que te da éxito en la natación es lo mismo que te da éxito en cualquier proyecto de la vida. Lo que ha cambiado es el escenario, aquí estamos secos y allá estamos mojados”, afirma.

Díaz ya habla como todo un político, aunque su sonrisa y su fino trato hacia el prójimo no han cambiado en lo absoluto. Eso sí: la piscina sólo existe en sus recuerdos. Es que desde su nado de despedida, el nueve de junio de 2013, se pueden contar las veces que ha entrado al agua. De hecho, en lo que va de año, el ex nadador de ultra distancia confiesa que solo ha entrado a la alberca una vez.

El poco tiempo que tiene libre es para su familia y para otros deportes. “Me puse a investigar y en deportes de mucho sacrifico es difícil ver que alguien lo continúe como hobbies”, cuenta.“Tú juegas tenis, tú juegas tenis de mesa, tú juegas baloncesto, pero no juegas natación, tú practicas la natación”.

Es entendible. Marcos tuvo una carrera de once años en la que los regímenes y sacrificios le privaban de hacer ciertas cosas, así que cuando imaginó su retiro deportivo también pensó en otras actividades “más divertidas”, ajenas a la natación. “El deporte es parte de mi vida”, afirma. “No me imagino sin deporte.
Me he mantenido corriendo y yendo al gimnasio, además de que de vez en cuando surfeo, que es la gran pasión de mi familia. Siempre he estado vinculado al mar, a la playa”, expuso.

El funcionario mantiene prácticamente su mismo físico (161 libras). Apenas anda con cinco o seis libras por arriba de su peso de competencia, nada mal para un funcionario. “Tenía claro que no quería ser uno de estos nadadores que engordan cuando se retiran”, afirma. “Sabía que tenía que reeducar mis hábitos alimenticios, porque ya no paso esas largas horas entrenando”.

Eso no significa que en algún momento le haya pasado por la cabeza regresar a la faena acuáticas. Para nada. Díaz se nota súper convencido de que cumplió su etapa como deportista y extraña poco sus días de glorias.

Marcos sigue recibiendo invitaciones para competir en eventos de natación. En algún momento, apunta, aceptará volver al agua, pero cuando eso suceda no será ninguna travesía ni tampoco competencia, sino que lo hará de manera simbólica o benéfica.

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