“Sólo el Señor tiene la justicia y el poder”. Is. 45: 24.
Al final de cuentas esa es la conclusión: “Sólo el Señor tiene la justicia y el poder”. Desde el más poderoso e influyente hasta el más humilde y silente, todos veremos la justicia divina. Desde el más incrédulo hasta el siervo fiel de la Palabra de Dios, todos tendremos ante nuestros sentidos la manifestación del poder del Señor.
Puede ser que todas nuestras experiencias de vida sean tan reales, tan ciertas, tan naturales, tan humanamente perceptibles, que no nos estemos dando cuenta de la creación y del poder supremo de Dios, pero un día habremos de reconocer que antes del principio hubo más, hubo Dios, que después del fin hay Dios, que en cada milagro del nacimiento de una persona hay Dios, Dios creando, Dios haciendo, Dios obrando, Dios salvando, Dios ejerciendo poder y Dios haciendo justicia.