Tan pronto comenzamos la conversación, reveló que no se imagina haciendo otra cosa que no sea arte. La vida entre lienzos, rodeado de pintura y con la cabeza llena de ideas, sueños e ilusiones, a los que más tarde da vida, convirtiéndolos en impresionates expresiones de su talento, sigue siendo su razón de vivir.Muchos años han pasado desde que dio a luz a su arte, años que se reflejan en su andar lento y cansado, más de diez lustros dedicado a crear obras de arte, han hecho nido en su piel. En el blanco conjunto formado por su tez, su cabellera y su larga barba, sobresalen inquietos y juguetones sus profundos ojos verdes. Pero el tiempo, que se lleva todo a su paso, no ha logrado doblegar su espíritu.
Guillo mira fijamente, y a veces no hacen falta las palabras para enterdele. Desde que se despierta, y casi como un rito, enciende la radio, la música clásica no falta en la casa a ninguna hora. Eso sí, a las 12 en punto del mediodia, se sienta a la mesa a difrutar su almuerzo.
Estamos sentados en la sala, su voz es muy baja, a veces inentendible, pero no para Amalia, su esposa y compañera de ilusiones por más de 33 años, que comprende hasta lo que dicen sus gestos. Gracias a ella es posible esta entrevista.
Es ella quien parece interpretar el sentir más profundo del hombre que ha hecho del color el vehículo para transportar sus sueños y contar sus historias. Desde pequeño, la pintura se convirtió en lo más importante y en su medio de expresión por excelencia.
Cómo olvidar su primer cuadro, aquel que pintó cuando aún era un jovencito, cuya protagonista fue una iglesia de Santiago, pintura que hoy se encuentra en manos de un coleccionista de esa ciudad.
A los 17 años contrajo matrimonio con Rosa García, con quien tuvo una hija llamada Rosa Albeni. Después, se casó con Ana Rojas, con quien procreó cuatro hijos, Willy, Miguelina, Fanny y Ángela, y con Amalia Linares, su esposa actual, tiene cuatro hijos, Guillermo, Miguel, Francisco y Amalia.
En este diálogo recuerda su infancia, los juguetes y objetos que fabricaban sus padres y que más tarde él pintaba para venderlos en las calles de Santiago, así como los memorables viajes por el mundo y las personalidades con las que coincidió a lo largo de su vida.
1. Mocano
Nací en San Víctor, Moca, provincia Espaillat. Llegué a tener cierto dominio del violín. Luego, ingresé a estudiar Bellas Artes en la Escuela de Artes de Santiago de los Caballeros, en el año 1950. En 1952 fui nombrado profesor y radiqué mi residencia en Santo Domingo en el año 1955.
2. La vida en casa de los padres
Mi padre se llamaba Francisco Guillermo Pérez y mi madre, Ana Luisa Chicón de Pérez. Fui el único varón de ocho hermanos. Mis padres eran muy fuertes, me castigaban porque yo era muy travieso, me daban mi pela. Aprendí el arte de mi padre. Mis padres me enseñaron a hacer objetos de madera que luego yo pintaba con pintura de aceite y los vendía por las calles en Santiago de los Caballeros. Yo tenía como ocho años. Mi padre instaló en la casa una fábrica de dulces caseros con la cual sostuvo a nuestra familia.
3. Años de estudios
Estudié en la escuela pública México, en Santiago de los Caballeros. Estuve en el Seminario Católico Padre Fantino del Santo Cerro en La Vega, pero lo abandoné para dedicarme a la pintura. También cursé estudios de música y religión. Por espacio de 6 años tomé clases de violín y teoría musical en Santiago. Soy graduado de la Escuela de Bellas Artes de la ciudad de Santiago. También realicé estudios de pintura en el taller de Yoryi Morel, mi primo.
4. Ruta de las exposiciones
Todas han sido importantes para mí. Desde el año 1950 he participado en diversas exposiciones colectivas en la Sociedad Amantes de la Luz de Santiago. También participé en la V Bienal, que fue realizada en el Palacio de Bellas Artes en Santo Domingo. Algo inolvidable fue haber participado en la ejecución de los murales para la Feria de la Paz y los trabajos de decoración de esta feria. En el año 1958 presenté mi primera exposición individual, en el Palacio Nacional de Bellas Artes, que también fue llevada a la ciudad de San Cristóbal.
5. Reconocimientos
En 1960 participé en la X Bienal de Artes Plásticas en el Palacio de Bellas Artes y obtuve el premio de la Universidad de Santo Domingo por la obra Composición en azul. He recibido numerosos reconocimientos, por ejemplo en el Concurso de Arte Eduardo León Jimenes. He participado en exposiciones individuales nacionales e internacionales. He viajado por Estados Unidos, el Caribe, Europa y Asia. Me han distinguido en dos de las bienales celebradas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y la Editora El Caribe, C. x A. En 1970 y 1971 recibí menciones de honor en el Festival Internacional de la Pintura en Cannes Sur-Mer, en Francia. Me siento muy agradecido y feliz.
6. Carrera académica
Dirigí la Escuela de Bellas Artes de Santiago y de La Vega. Tuve el honor de haber sido profesor en la Escuela de Arte de la universidad APEC. Me desempeñé como profesor de Arte en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, en la Facultad de Arquitectura y Artes. Dirigí e impartí talleres de arte en la Galería Guillo Pérez Artes e Interiores. En 1968 participé en la exposición colectiva de Arte Moderno en el Chase Manhattan Bank y en la de pintura en una galería del centro comercial Meycy. En el año 1970 realicé mi XVI Exposición Individual en la Galería Francesa del hotel San Juan, en la isla de Puerto Rico.
7. La realidad de un sueño
En 2002 inauguré mi galería personal D’Guillermo con una exposición individual. Me sentí muy honrado al formar parte, con mis pinturas, de la puesta en circulación de la Colección de tasas y platos representativos, en Casa Cuesta. En 2006 participé en una exposición presentada en el Rockefeller Center de la Ciudad de Nueva York. Ese año realicé un aexposición individual con el tema Los flamboyanes, inspirada en la protección del medio ambiente. Estuve un poco apartado de las exposiciones, hasta que en el año 2009 retomé mi trabajo participando en Fiart, la primera feria de artes plásticas internacional realizada en el país y en la que participan reconocidos maestros de la pintura.
8. Un gran honor
Me conmovió mucho cuando en el año 2010 fue inaugurada la exposición en homenaje a mi obra en el Museo de Arte Moderno, como parte de las actividades realizadas en la XIII Feria Internacional del Libro. La exposición contó con 55 obras y fue auspiciada por el Ministerio de Cultura, el Museo de Arte Moderno, el Banco Popular y la Dirección General de la Feria del Libro. Nunca olvidaré ese honor y el reconocimiento de mi pueblo. Me siento feliz y querido por los dominicanos. Creo que han valorado mi trabajo.
9. Viajes y personalidades
He viajado por muchos países del mundo, de cada lugar guardo un recuerdo hermoso. De cada país que he visitado guardo gratos momentos. Creo que lo más importante de esos viajes fue haber podido conocer a personas como Salvador Allende, a quien visité en el Palacio de La Moneda. Otro viaje importante e inolvidable fue el que realicé a La Habana, Cuba, donde fui recibido con gran distinción y con muchos honores. Allá tuve el honor de almorzar con Mariano Rodríguez, un ícono de la pintura caribeña que también trabajaba el tema de los gallos. En ese viaje, sostuve un encuentro con el presidente cubano Fidel Castro.
10. Dominicanidad
Amo mi país y agradezco el amor y el respeto que los dominicanos me han profesado siempre. En mis pinturas reflejo temas alusivos a la nacionalidad dominicana, como monumentos coloniales, marinas, figuras, paisajes, flores, hojas de plátano y gallos. Siempre me preguntan por qué pinto gallos y siempre respondo que porque me gustan. Me gustan mucho los gallos, aunque lo de los gallos es un elemento que llegó después a mi pintura, en realidad ellos no son mi tema central. Mi verdadero eje temático es la caña de azúcar y todo lo que tiene que ver con la zafra. Amo el campo y todo lo que tiene que ver con él, es en el campo donde radican mis raíeces como artista.
Viajando su arte por el mundo
En 1974 participó en la XIII Bienal realizada en el Palacio de Bellas Artes y obtuvo el premio por su obra Hojas y Espacios. Fue jurado del Concurso de Pintura y Escultura del Royal Bank. En 1976 participó como actor en la obra infantil La Niña y el viento. Al siguiente año, realizó la Exposición Colectiva a beneficio de la maternidad y formó parte de la Exposición Colectiva en el Chase Manhattan Bank. En 1979 sus obras estuvieron presente en la exposición colectiva con pintores latinoamericanos en el Museo de La Habana, Cuba, en el evento Carifesta. En 1985 participó en el encuentro dominico-italiano en la Galería Pat Haffman de Nueva York. Entre los años 1986 y 1990 participó tanto en exposiciones individuales como colectivas en varias ciudades, entre las que se encuentran Panamá, Tegucigalpa, Miami y Buenos Aires. En 1989 fue condecorado con la medalla Pro-Arte Nacional por el Ateneo Amante de la Luz de Santiago de los Caballeros. En 1991, el gobierno dominicano lo condecoró con la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella en el Grado de Caballero y el Ayuntamiento de Santo Domingo lo reconoció como Ciudadano Munícipe. En 1992 realizó la exposición Individual Homenaje a las Culturas Precolombinas de América en el Lehmann College University de Nueva York. En 1994 expuso en la colectiva Sacro en Modena en el Castillo de Volpaia, Italia y en la individual Símbolos del Caribe, en CaribArt Gallery, Nueva York.