Desde muy pequeño, Víctor Víctor descubrió su pasión por la música. Su padre le enseñó a tocar las primeras notas musicales. Con el tiempo, y por las circunstancias del momento, llegó a la política y se acrecentó en él un espíritu revolucionario, debido al irrespeto a los derechos humanos en aquel entonces.
El intérprete nos dice que sueña con un país y una sociedad que lo represente. “Aspiro a ver el país limpio. Esta nación está sucia y llena de gente mala con poder. Sucia de dinero mal habido, corrupción, y los mismos que roban son los que imponen la justicia”.
“Quiero una sociedad de gente educada y con valores. No quiero que seamos como Suiza o Noruega, pero sí anhelo que seamos caribeños con dos valores fundamentales: el amor y la solidaridad. Pero el amor de verdad, el que promueve la práctica de la solidaridad. Hay que fundamentar una sociedad basada en estos dos aspectos. Incentivar el desarrollo de grupos de gente joven pensante que tengan la capacidad de amar. Este sentimiento los llevará a concebir ideas prácticas en la vida de una sociedad solidaria. Cuando se es solidario se logra una revolución económica, social, política y cultural”, asegura Víctor.
1. Mi niñez
Nací en Santiago, soy hijo de José Víctor y Avelina Rojas, somos cuatro hermanos: Jorge, Miguel, yo y después Vilma. Cuando tuve sentido de la vida nos mudamos a Los Pepines, en Santiago. En mi niñez hice muchas travesuras, fui un muchacho muy inquieto. Nos tocó después, ya entrada la pubertad, la muerte de Trujillo y me correspondió entonces vivir ese momento de mucha politización. Inmediatamente mataron a Trujillo se inició la lucha con los remanentes que quedaron, entonces como que desde ahí la política me gustó.
2. Músico
Desde los nueve años yo tocaba guitarra, porque lo aprendí de mi papá que era guitarrero. Él me enseñó un par de notas musicales y luego aprendí a tocar de todo. Después me junté con un par de amigos, fueron creciendo mis conocimientos y tocábamos en el parque como grupo. Luego me hice bachiller, seguí haciendo música y me encontré con Tony Núñez y Eduardo Vega, quienes me enseñaron muchos acordes, Milito, el padre de Wilfrido Vargas, también me enseñó mucho acerca de la música.
3. Mi llegada a la capital
Llegué a la ciudad de Santo Domingo cuando iba a iniciar la universidad. Me matriculé en la UNPHU, donde hice tres años de Medicina, pero hubo un hecho que marcó a todos los estudiantes del país. Eran los 12 años de Balaguer y en ese entonces mataron al profesor Eladio Peña de la Rosa. Por ese hecho todas las universidades estaban paradas, menos la UNPHU. Entonces, a mí se me ocurrió parar la docencia, toda la culpa recayó en mí y otros tres compañeros y fuimos expulsados de allí. Luego de esé hecho hubo una semana de protestas. Yo estaba estudiando Medicina en la UNPHU porque era el camino para llegar a Psiquiatría, la carrera que me gustaba. Entonces, dos años más tarde comienzan a impartir en el país la carrera de Psicología y me inscribo en la UASD, me faltaron dos o tres materias para graduarme.
4. Primeras composiciones
A los 17 años yo escribí mis dos primeras canciones, tituladas “Como tú una flor”; mejor conocida como “La confusión” y “El camino de los amantes”, conocida también como “La casita”. Ambos temas los grabó primero El Bolerista de América, Felipe Pirela y luego, otros artistas internacionales. Después estando en la UNPHU, yo grabé estos temas, que se hicieron muy populares. Este hecho me abrió camino a la música y de ahí empecé a hacer gira por la ciudad.
5. Mentores
Luego de hacerse famosas estas canciones yo venía desarrollando la idea en mi mente de que podía ser cantante y hubo un hecho importante en eso; fue que Bienvenido Rodríguez, quien grabó mis canciones, me reclutó para Karen Record, y yo fui entonces director de producción de Karen. Ahí conocí gente importante en la producción musical internacional, por eso digo siempre, que si yo le debo a alguien el poco o mucho conocimiento que tengo en producción musical se lo debo a Jorge Millet, en los hechos prácticos y un gran arreglista. Y a Bienvenido Rodríguez, quien me creo la idea.
6. Militancia política
Estando en la música seguía mi relación política con la Juventud Revolucionaria y con el Bloque Revolucionario Universitario Cristiano (BRUC), porque veníamos en principio de la Juventud Revolucionaria Social Cristiana, hasta que en el año 69 este grupo se convirtió en el Comité Revolucionario Camilo Torres, un sacerdote colombiano que se hizo miembro del Ejército de Liberación Nacional, quien murió en las montañas, pero como cristiano dio muchos ejemplos y nosotros como jóvenes asimilamos ese símbolo. Luego creamos lo que se conocía en sus siglas (Corecato) Comité Revolucionario Camilo Torres.
7. Fusión política
Nosotros los del Corecato habíamos tenido grandes pérdidas en nuestro proyecto político-militar y descubrimos que ese método no funcionaba. Entonces decidimos fundirnos con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), don Juan así nos aceptó, entonces hicimos una fusión política, la hicimos no como organización, sino como Partido Socialista porque nos dimos cuenta que no sabíamos hacer partido, que lo que éramos era guerreros. Usábamos un método poco político, la contrainsurgencia fue muy fuerte, naturalmente a nosotros no nos vencieron por las ideas. Las ideas continúan, nos vencieron porque nos mataron hasta cierto punto. Toda esa práctica de fusión fue lo que nos hizo plantarnos en el PLD, porque el PLD de ese entonces era lo que más se parecía a nosotros y a la sociedad que nosotros queríamos, una sociedad continuadora de la obra de Duarte y justa.
8. Militancia en el PLD
En el PLD llegamos a ser circulista, hasta llegar a ser miembro de la dirección de las campañas 86 y 90. Conocí a don Juan de cerca, y me apena mucho decirlo, que ni el Gobierno ni el partido han actuado apegados a sus principios. Ese partido dejó de ser un partido de cuadros para convertirse en un partido de masa y donde sus miembros no tienen función, porque ahí lo que funciona es el Comité Político y el Comité Central, que se creen que son los que más saben En el PLD lo que hay son dos grupos y una militancia que no se rebela.
9. Mi creencia
Yo no creo en lo que dicen los hombres de Dios, pero yo sí creo en Él, no me gusta nada de lo que dicen los hombres ni la iglesia de Él porque son puntos de vistas iguales a los míos. Hay muchos que utilizan la religión para engañar gente. Yo no, soy una persona que puedo tener un desarrollo de mi espiritualidad, creo en la herencia del ejemplo que nos dejaron los viejos de uno, reconozco la vejez como un valor, adoro la vejez, cuando escucho un viejito hablando nada más escucho, porque para mí esos son los que más saben.
10. Mi lugar preferido
La Ciudad Colonial es el corazón de esta ciudad. Es el sitio más bonito, es un lugar que está lleno de historia. Por ahí se peleó la Guerra de Abril, hacíamos movilizaciones, quemábamos gomas, también nos enamorábamos, comíamos helados, para mí la Zona Colonial lo es todo. Por eso es que yo y un grupo de creativos organizamos todos los años El Festival de la Calle Hostos, donde reconocemos al ciudadano que con su vida común le ha dado personalidad a este lugar. Para mí es el lugar preferido de todos los dominicanos.
Revolucionario y político
Antes no era fácil ser revolucionario, porque en aquella época había mucho irrespeto a los derechos humanos y un desconocimiento total a estos que son fundamentales, como el derecho a asociación, derecho a reuniones, a disentir.
Antes si eras joven y universitario te catalogaban de comunista y vivían acusando de disparates a uno. Y en la política creo que hay que ser político siempre y todos los días, no solamente para las elecciones. Soy una persona que cree en la concepción con algunos rasgos de la filosofía anarquista.
Anarquista entendida correctamente, no como lo usa la gente que quieren significar anarquía en desorden. Anarquía es el orden perfecto, el reconocimiento del orden es la naturaleza, claro, no reconoce poder ni propiedad, choca con mucha realidad que lo que se basa es precisamente en tener más y más, y para eso si tienen que matar y robar lo hacen. Por mis creencias yo puedo tener una concepción diferente de la organización gubernamental y de lo que debe ser una simple administración, no un gobierno. Los únicos que tienen poder sobre nosotros son la naturaleza y Dios para los creyentes. Me comprometo y participo en acciones políticas desde mi condición como ciudadano.
Mi religión
Creo en el Señor de verdad, porque en esta sociedad hay tantos señores como iglesias”.
Creencia
En el Partido de la Liberación Dominicana lo que hay son dos grupos y una militancia que no se rebela”.
