Tony Raful reveló su vocación de literato a muy temprana edad. En los años de la escuela primaria, siempre obtenía la máxima calificación en el tema de composición, en Gramática. Con la caída de la dictadura de Trujillo, muchos libros que antes estaban vedados fueron dejados al alcance de los dominicanos, algo que a sus escasos 10 años, aprovechó al máximo.
Graduado en Derecho y Ciencias Políticas, Raful se considera por sobre todas las cosas, un poeta, que ha incursionado en otras áreas de la literatura y que de manera circunstancial se ha visto involucrado en la vida política, desde donde ha ocupado diferentes posiciones públicas, todas, vinculadas a la cultura, renglón al que aspira que el Estado destine mayores recursos, que le permitan cumplir con su cometido en la vida nacional. En este diálogo, el exministro de Cultura recuerda el valor de la educación en valores que recibió de sus padres, los buenos ejemplos que éstos le dieron y el dolor que le dejaron cuando cerraron sus ojos.
1. Hijo de comerciantes
Nací el 28 de abril del año 1951, en la vieja ciudad de Santo Domingo, que se llamaba Ciudad Trujillo. Nací en el barrio San Carlos. Soy el segundo hijo del matrimonio de don Pedro Raful y Carmen Tejada Jiménez de Raful. Somos tres hermanos, José, el mayor, Pedro y yo. Mi padre era comerciante, teníamos un negocio en la zona del Mercado Modelo de la avenida Mella, luego en la Benito González, casi llegando a la zona de San Carlos. Era un negocio, primero de exportación de frutos y luego se convirtió en una colchonería, pionera en la producción de colchones en la República Dominicana, se llamaba Colchonería Nacional, después pasó a otras manos.
2. Buenos ejemplos
Mi padre era comerciante, dedicado por entero al comercio, con una cultura que venía del Líbano. Un hombre respetuoso, decente, nunca involucrado en ninguna actividad que no fuera la producción y el trabajo. Mis padres fueron gente que se desarrollaron y se forjaron a través de la inmigración, del culto al trabajo, no del culto al lucro. Culto al trabajo para producir lo necesario y vivir decentemente, y para garantizar los peldaños necesarios para el desarrollo de los hijos, y para una educación digna. Mi padre era ordenado, respetuoso, con reglas muy claras.
Quizás no tenía la cultura que tenemos nosotros desde el punto de vista de la nación dominicana, pero se adaptaba. Ahora, los mismos valores universales que en Oriente y América perduran y sobreviven, que son los valores básicos de respeto y amor, esos sí los tenía. Mi madre era del Cibao, nació en Moca, vino muy joven a la capital, era una mujer sumamente religiosa, yo diría extremadamente religiosa, con un culto claro a la religión católica, la practicaba.
Ella desarrolló una relación de mucha ayuda con nosotros sus hijos, era una relación de instrucción, de apoyo a todos los desafíos que, en ese proceso de crecimiento tiene un joven en la República Dominicana y, sobre todo, en la niñez, en las postrimerías del trujillismo, que fueron tiempos muy difíciles. Estamos muy orgullosos y los recuerdos que tenemos de ellos son muy gratos, porque nunca vimos ninguna transgresión a un principio moral.
3. Vocación literaria
Mucha gente me ha preguntado que cómo yo he podido conciliar la literatura con la política y yo les digo que es que la política es después, es circunstancial, coyuntural; mientras que la literatura es mi vocación primordial, fue primero. Desde niño, los profesores notaron esa inclinación mía. Son ellos los primeros que detectan la inclinación del alumno a una determinada vocación. Además, yo recuerdo siempre que en los cursos de primaria y de intermedia había un tema en Gramática que era composición y que valía 20 puntos en el examen general. Yo siempre sacaba los 20 puntos, es decir, que evidenciaba ya esa tendencia.
4. Estudios superiores
Al ingresar a la universidad, me integré al Movimiento Cultural Universitario-MCU- que lo había dirigido Jimmy Sierra y que luego pasó a dirigirlo Mateo Morrison; que registraba todas las actividades culturales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Previamente yo fui a España, e hice un año de Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid, que era mi vocación inicial, entonces al regresar al país estudié Ciencias Políticas y Derecho. Soy tanto politólogo como abogado, graduado en la facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Luego, fui profesor titular de la universidad, estuve 18 años como profesor universitario. Ya no estoy allá por razones de tiempo, pero amo entrañablemente a la UASD porque ella fue una especie de madre de ideas, de cultura, y además aguzó el sentido de sensibilidad humana, el amor entrañable a la literatura y en especial al género de la poesía.
5. Ante todo poeta
He incursionado en géneros, como el ensayo, tanto literario como histórico. He sido diverso en la creación literaria y eso me ha permitido tener gran espacio de comunicación con la gente. Por supuesto, que la política aunque ha sido muy importante en mi vida, no ha interferido en la producción literaria. Yo nunca he ligado la política con la literatura, no podrá aparecer ningún texto, ningún verso mío, ni ninguna producción literaria en que se elogie o se decrete una participación con partido u organización política alguna. Con sensibilidad social sí. Entiendo que hay que deslindar esos campos, pero en realidad, yo lo que soy es escritor. Si me fuera a definir, yo me definiría como poeta, eso es lo que soy, lo otro es complementario, ocasional; por supuesto, le debo a la política la proyección de mi nombre, y en un momento estelar en la lucha por la democracia, haber jugado un papel importante.
6. Servicio público
La literatura me ha dado más satisfacciones, me habría dedicado solo a la literatura, aunque no habría tenido el renombre, no me hubiese conocido gran parte del pueblo dominicano, porque la política evidentemente que proyecta. Los cargos que yo he detentado a nivel gubernamental, siempre han sido cargos culturales. Fui director cultural de lo que entonces se llamó Radio Televisión Dominicana, fui Ministro de Cultura, presidente de la Junta Municipal de Cultura, del Ayuntamiento del Distrito Nacional. Tengo un engranaje, un empalme directo con la cultura en República Dominicana y me siento militante de las actividades culturales de nuestro país.
7. Cambiar el mundo
Siempre he creído que es posible cambiar el mundo, que es posible modificar el mundo. Desde que uno viene al mundo, recibe un mundo injusto, lleno de desigualdades; por eso, siempre tenemos que tener la intencionalidad válida de cambiar el mundo, de hacer un mundo mejor y si no lo podemos hacer de manera colectiva, porque los obstáculos y los intereses son demasiado poderosos, debemos hacerlo por lo menos en el pequeño mundo en el que habitamos que es la familia, nuestros amigos y las personas que amamos.
8. Páginas tristes
Lo más triste que me ha sucedido es la muerte de mis padres. Nunca estamos preparados para la muerte, aunque la podemos entender o, por lo menos, la podemos definir; pero no estamos preparados, aunque la muerte termine un proceso biológico, digamos normal desde el punto de vista físico, que no fue el caso de ellos, sobre todo de ella, porque ella murió primero y a muy temprana edad, y al ser inesperado nos causó un vacío muy grande. Luego, también la muerte de mi padre y todos nuestros seres queridos. Los momentos más tristes y dolorosos por los que puede pasar un ser humano es la muerte de sus padres y de un familiar muy cercano, la muerte de un hijo debe ser algo devastador.
9. Padre y esposo
Estoy casado con Grey Del Carmen Soriano. Tengo seis hijos, cuatro varones y dos hembras. Estoy muy orgulloso de todos mis hijos, todos son profesionales. De los cuatro varones, dos son abogados, otro es ingeniero de Sistemas y el otro es comunicador social. Uno de los abogados está en Bruselas, realizando una maestría. Las dos hembras son abogadas, aunque Faride, también es comunicadora social y se ha sentido atraída por la comunicación y ha incursionado en los medios de comunicación, es básicamente abogada. Se graduó a los 20 años, tiene varias maestrías en Derecho Internacional. Farah, tiene maestría en los Estados Unidos y trabaja a tiempo completo el Derecho.
10. Aspiraciones
En gran medida me siento realizado. Aunque desde el punto de vista profesional y humano, no estoy totalmente realizado, aun soy un ser incompleto e insuficiente todavía, tengo objetivos y metas que cumplir, pero todas giran primero en mi trabajo como escritor, y segundo a mi vocación de servicio social. Pienso que me debo al país y a la sociedad, por eso debo seguir colaborando y trabajando por ella. Creo que aún me falta mucho por dar, tanto desde el punto de vista profesional como humano.
Una alta distinción y un compromiso
“El Premio Nacional de Literatura es lo más grande, es el más alto galardón que se le puede otorgar a un escritor dominicano; primero porque es un reconocimiento de por vida a su obra de escritor, segundo porque es un premio de prestigio, es nuestro pequeño premio Nobel de Literatura, claro, guardando todas las diferencias y distancia, pero me estoy refiriendo a nuestro país. Es un premio que lo otorga la Fundación Corripio y el Ministerio de Cultura, con un jurado integrado por siete rectores de las principales universidades del país, es decir, gente de suficiente crédito para evaluar y decidir. Entonces, para mí esa es una enorme satisfacción, pero para mí no es un premio de clausura, sino un acicate para nosotros seguir adelante. Ahora estoy más comprometido para producir más obras, para escribir más, o sea para hacer más, para fortalecer más la literatura nacional, la cultura nacional. Me siento un ente con mucho mayor nivel de compromiso. Recibí ese premio con gran satisfacción y con mucha humildad, desde el primer momento dije que lo agradecía a Dios y que lo ponía ante la memoria venerable de Juan Pablo Duarte, porque me lo habían dado el 26 de enero que es el día del natalicio del patricio”.
Creyente
Todo lo que emprendemos, sin que Dios propicie el desarrollo de nuestros proyectos, no tiene ninguna salida o se frustra”
Aprendizaje
La vida es un proceso de aprendizaje continuo, cuando más vivimos, más nos damos cuenta que no sabemos nada ”
Misión
Debemos tener la intencionalidad válida de cambiar el mundo, hacerlo por lo menos en nuestro pequeño mundo, que es la familia”
Orgullo
El Premio Nacional de Literatura es lo más grande. Es el más alto galardón que se le puede otorgar a un escritor dominicano”