“Nunca contemplé el arte como una profesión”

Amaya comenzó a crear desde temprana edad. Para ella, hacer arte era un pasatiempo, quizás solo un juego, pero conforme pasaban los años, tanto ella como su familia se dieron cuenta de que esa era su vocación y la carrera que le auguraba éxito…

Amaya comenzó a crear desde temprana edad. Para ella, hacer arte era un pasatiempo, quizás solo un juego, pero conforme pasaban los años, tanto ella como su familia se dieron cuenta de que esa era su vocación y la carrera que le auguraba éxito profesional.

Durante los primeros años de su vida, por cuestiones de estudios, viajó por diferentes países, en los cuales adquirió mayores conocimientos sobre el arte y la forma de expresarlo.

Como artista, Amaya refleja la sensibilidad del ser humano que no es indiferente a la miseria, la pobreza y la tristeza de la gente.
En su obra retrata a la mujer fuerte, segura y luchadora, la mujer que trabaja por alcanzar sus metas, que no conoce límites cuando se trata de lograr sus objetivos.

Este mes, realizó un homenaje a la mujer y lo hizo con uno de sus trabajos más innovadores, construido con nuevos elementos, a los que dio forma y bautizó con el nombre de “Reinvention”, que se exhibe en el primer nivel de Blue Mall.

Aunque para aquellos que a lo lejos ven a un artista plasmar en un lienzo alguna creación artística el arte solo sea un colorido pasatiempo; en realidad, hacer arte demanda la atención, tiempo y dedicación de los demás trabajos.
Es por eso que para ella no puede ser un oficio de medio tiempo, aunque nunca pensó que eso que tanto le gustaba y que consideraba su hobby terminaría siendo más que su profesión, su estilo de vida, su medio para expresar esas cosas que ve, piensa y siente.

1. Infancia feliz
Nací en Santo Domingo, en 1951. Mi madre era mejicana de origen español y mi padre era español. Realicé mis estudios aquí, pasé temporadas fuera, viajaba mucho por motivos de estudios y luego enfocándome en la pintura. Mis padres se llamaban Teodoro Salazar y Bingene Rementería. Éramos una hermana y yo, nacimos muy seguida una de la otra y siempre andamos juntas. Mis padres fueron mi ejemplo. Fueron muy enérgicos. No eran fáciles. Siempre estaban exigiéndonos un poco más. Eran muy unidos y trabajadores. Tuvieron una familia muy unida.

2. Dos hermanas
Como mi hermana Bingene y yo solo teníamos un año de diferencia, todo el tiempo estábamos juntas. Estábamos en diferentes cursos, pero todas las actividades las hacíamos juntas. Ella era traviesa, yo no. Recuerdo una vez que estábamos en un patiecito, subiéndonos en una ventana, para tirarnos de ese patiecito hacia adentro por una ventana y era alto… Eso era divertido.

3. En el colegio
Recuerdo a mis profesores de Matemática, a mis profesoras doña Amelia y doña Juanita, las recuerdo porque eran muy estrictas. Valía la pena estudiar con ellas. Las asignaturas que más me gustaban eran las Ciencias Naturales y la Química. De niña viajaba y pasé tiempo fuera del país.

4. El arte
La pintura surge para mí como un hobby, no fue algo que contemplé. Descubrí mi vocación, yo diría que tarde, porque era para mí un pasatiempo. Poco a poco comencé a recibir clases y cada vez me fui entusiasmando y lo que era un hobby se convirtió en una profesión y una pasión. Esta es una profesión de la que se puede vivir, pero para ello, hay que ser artista. Hay que saber que no importa el contratiempo, uno debe siempre sentir amor por lo que hace. Nunca contemplé el arte como una profesión, era un entretenimiento, pero me fui involucrando, decidí perfeccionarme con más clases, estuve un año fuera, entre Estados Unidos y España y luego regresé y preparé mi primera individual.

5. Inspiración y trabajo
Uno trata de ver y visitar muchos museos y galerías, porque en los museos uno aprende mucho y en las galerías puede ver lo que se está haciendo. Había mucho que ver. En esta carrera lo he disfrutado todo. Poder crear, hacer mi mundo mis imágenes, mis creaciones, estar en el estudio y armar mi mundo y mi arte. Lo más difícil ha sido vender. Vender es muy difícil para mí. Pero ahora mi sobrina Bingene es la que se está encargando de esa parte. Desde que comencé a trabajar, me convencí de que había elegido bien. Cada vez que pasa una exposición y me meto en un trabajo nuevo, siento que voy bien. El artista debe plantearse trabajar igual que lo hace cualquier persona que trabaja, es decir, que debe ser igual que cualquier trabajo. Debe hacerse una rutina con un horario fijo. Eso es lo ideal, porque cada día se aprende algo nuevo. El arte es un trabajo que demanda bastantes horas.

6. En diferentes escenarios
He participado en muchas exposiciones en el país, en diferentes espacios, he tenido la oportunidad de presentar trabajos en los Estados Unidos, en ferias, también en Canadá y en colectivas, en el país. Se me conoce principalmente como pintora, mayormente yo trabajo óleo, la figura femenina sin rostro, mucha maternidad. Antes, la escultura era como un complemento, hoy van pareja la escultura y la pintura. Hasta hace poco eran esculturas en bronce, luego traté con hierro y ahora utilizo materiales nuevos, como la resina.

7. La primera obra
No sé si hay una primera obra, hay más bien una evolución, uno iba como identificando la línea, lo que quiere. Cuando estuve en mi primera academia aquí, con Julia Guerra, trabajaba muchos paisajes, flores, bodegones y poca figura humana. Cuando salí del país fue distinto. Comenzar a trabajar la figura humana fue para mí como un descubrimiento, es lo que de verdad me llevó por el camino que quería seguir. Mi obra es muy figurativa porque hay mucho dibujo, pero es una obra realista.

8. Primera individual
Mi primera exposición la realicé en 1981, fue en el Voluntariado de las Casas Reales, de ahí como que hice un compromiso conmigo misma y con la gente que creyó en mí en esa exposición. Yo me dije que tenía que seguir. Fue una experiencia muy estimulante. Una buena experiencia que me creó un compromiso para seguir y hacer las cosas cada vez mejor. Este es un trabajo que me llena.

9. Despedidas
Lo más triste que me ha pasado es la muerte de mi madre. Ella y yo éramos muy unidas. Es un recuerdo triste. Hace solo un año. Teníamos una linda relación. Ella, mi padre y mi hermana siempre fueron un gran apoyo para mí, ellos me incentivaron a dedicarme al arte, incluso, cuando me fui alejando de los bodegones y recurriendo a las figuras y a colores diferentes mi papá me decía que le gustaba el flamboyán, pero eso que hacía ahora le gusta más.

10. Profesora
Me gusta investigar, usar materiales y técnicas nuevas para trabajar. Implementar la tecnología. En la UNPHU, cuando Prast Ventós dirigió la escuela de arte que tenía la UNPHU en los años 90, me invitó para que fuera la profesora de dibujo y ahí estuve cinco años. Esa experiencia me gustó mucho.
Fue muy motivador interactuar con los estudiantes, porque uno veía que tenían muy buena disposición y uno trataba de motivarlos. 

El alma de la artista y del ser humano

Como provengo de una familia luchadora, he tratado de presentar a la mujer dominicana. En mis obras, en la silueta fémina que trabajo, he ido identificando a esa mujer dominicana, esa mujer que es luchadora, trabajadora, valiente, creadora de esperanzas. Con mis obras busco presentar  una mujer valiente. A esta profesión le debo ser una persona más segura. Es muy gratificante que mi arte lo puedan apreciar muchas personas. Me alegra ver que les llega de alguna manera. Me gusta que las personas cuando vean mis obras expresen que sienten que le transmiten paz y luz, que se sienten atraídas. Me da pena que haya tantos adelantos por un lado y tanto atraso por otro. En el mismo país hay cosas que están en el siglo pasado; sin embargo, hay otras que están en auge, a la altura de un país moderno, y  luego hay otras muy atrasadas… Yo me digo, por qué no pueden ir las cosas un poco más parejas. Me siento feliz, en un estado perfecto. Tengo dos sobrinos que amo. He estado muy ligada a ellos. Mis sobrinos se llaman Teodoro y Bingene, a los que amo como si fueran mis hijos. Soy una tía, que además tengo dos sobrinas nietas de 10 y siete años, estoy vuelta loca con ellas, pero también exijo, no soy tan suave. A ellas les gusta el arte”.

Arte
“En esta carrera lo he disfrutado todo. Poder crear, hacer mi mundo, mis imágenes, mis creaciones, estar en el estudio y armar mi mundo y mi arte”.

Profesora
“Fue muy motivador interactuar con los estudiantes, porque uno veía que tenían muy buena disposición y uno trataba de motivarlos”.

Estilo
“Comenzar a trabajar la figura humana fue para mí como un descubrimiento, es lo que de verdad me llevó por el camino que quería seguir”.

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