“Dichoso el que, con vida intachable, camina en la voluntad del Señor”. Sal. 119.
Cada día me maravillo más de las Sagradas Escrituras. Desde que comencé a leer con mayor detenimiento y certidumbre en mi corazón, entendí que no hay nada que no encuentre guía, instrucción o solución en la Biblia.
El hacer las cosas bien, correctamente, no corresponde a una época, a un momento ni a un tipo de persona en particular.
Así como Dios no discrimina a sus hijos, tampoco discrimina los escenarios del bien-hacer.
La integridad nunca pasará de moda y siempre será como flor fragante para Dios.