Como historia viva que se mantiene desde hace casi 400 años, miles de devotos del Santo Cristo de Los Milagros de Bayaguana acudieron ayer en peregrinación a su santuario, para agradecer milagros y hacer peticiones por sus necesidades físicas y espirituales.
El pueblo cobra dinamismo y alegría que se manifiestan en la cantidad de visitantes y en el jolgorio de sus pobladores, católicos o no. Se hacen fiestas de palos, perico ripiao, cánticos religiosos, se venden bebidas, imágenes de santos y comida, en una mezcla de cristianismo y paganismo propios del sincretismo religioso de los dominicanos. En esta ocasión otros solo aprovecharon la festividad para juntarse en un colmadón a bailar y tomar, con el patrocinio de una casa licorera.
Motivados por la fe, hombres y mujeres, en su mayoría adultos mayores, procedían en algunos casos a pie desde zonas tan distantes como Cotuí, Higüey, Hato Mayor, El Seibo, San Pedro de Macorís, La Romana y la Capital.
También hubo españoles, norteamericanos, italianos y haitianos, quienes acostumbran peregrinar hasta el “Cristo de Bayaguana”, como suelen llamarle muchos.
Desde la madrugada la gente hace filas alrededor del templo para imponer sus manos ante el cristal que cubre la imagen de Jesús en la Cruz y participa de las misas oficiadas durante casi todo el día. El espacio resulta pequeño para la cantidad de peregrinos, pedigüeños, vendedores y curiosos.
Pese a la pobreza, que en esa zona parece más marcada que en muchos otros lugares de la región Este, la gente acude con sus ofrendas y lleva al Cristo desde frutas, víveres, dinero, velas, flores hasta ganado. Carlos Nolasco hace 12 años que no podía caminar y gracias a un milagro que pidió al Cristo de Bayaguana superó el problema y desde entonces va todos los años a dar gracias.
Mélida Rosa también tiene años yendo al santuario para cumplir con una promesa, pero aclara que el Cristo verdadero está en el cielo, al igual que doña Juana que tiene tres años cumpliendo promesas por su salud, que según dice ha mejorado bastante.
La jerarquía
La cúpula de la Iglesia católica se hizo representar por el obispo auxiliar, monseñor Pablo Cedano, quien ofició una misa. Dijo que la fe crece en el pueblo dominicano y que los tres principales santuarios, el de Bayaguana, el Santo Cerro y la Basílica de Higüey están siempre llenos de creyentes.
Llamó a fortalecer la familia y dentro de ella a cultivar los valores que se van perdiendo y que por tradición han sido parte de la formación de los humanos creados por Dios. “Si hay buenos padres y buena educación, habrá buenos hijos y como dijo el papa Benedicto XVI, es a los padres que les corresponde, en primer lugar, comunicar su fe”, dijo.
Para el sacerdote Manuel Ruiz, nativo de Bayaguana y párroco de San Juan Bautista de la Salle en la capital, la fiesta del Santo Cristo de los Milagros es la vivencia de la gente y constituyen la principal riqueza de esa tradición. “La fe es el centro de una población que tiene una pobreza espantosa y para la Iglesia las peregrinaciones al santuario del Cristo es una manera privilegiada de la fe de la gente y de la presencia de Dios en medio de su pueblo”, dijo el cura.
Un nuevo santuario
La cantidad de peregrinos que cada 28 de diciembre acude al santuario de Bayaguana, ha motivado a la iglesia local a iniciar la construcción de un nuevo santuario en las afueras del pueblo, con capacidad para 1,500 personas.
La construcción está en su etapa inicial y de acuerdo con el párroco Gregorio Berroa Bello, ya se han invertido RD$40 millones, pero faltan RD$200 millones, parte de los cuales facilitará el presidente Danilo Medina, según se comprometió. Afirma que la necesidad de la gente a expresar su fe obliga a mantener la tradición que data de 1606 y para ello se requiere de un espacio mayor, como el que se construye.
El ritual de las Tres Cruces y las ofrendas
Uno de los momentos más significativos de la jornada es cuando se juntan las peregrinaciones procedentes de distintas zonas con sus ofrendas en ganado, en el espacio denominado las “Tres Cruces”, se hace un ritual y se entrecruzan unas banderas blancas con la figura de Cristo en la cruz en medio de fuegos artificiales.
Recorren algunas calles del pueblo a caballo y a pie entonando cánticos religiosos hasta llegar al santuario, donde se agradece por las ofrendas. Este año se recibieron casi dos docenas de becerros y vacas que serán vendidas en subasta pública el 1 de enero, y de los fondos recaudados 40% se destina al seminario, 10% a los comisarios y lo restante para gastos de la parroquia. En la tarde la gente recorre las calles en caballos con atuendo de ganaderos.
Comisarios
Son hombres y mujeres comprometidos con la Iglesia católica que desde octubre se encargan de difundir la devoción al Cristo de los Milagros y buscar ofrendas.
Peregrinos
Personas que por fe y amor a Dios ofrecen sacrificios como caminar a pie largas distancias para venerar imágenes religiosas.