“No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo donde quiera que vayas”. Josué. 1. 9.
Las cosas no siempre salen bien; al menos, no siempre salen como esperamos. Incluso, en la vida de fe no siempre vemos los resultados esperados en el plazo que nos propusimos.
A veces, tenemos razones de sobra para ver decaer nuestro ánimo, hasta llegamos a decir “ya, ¡qué importa!”, tiramos la toalla. No dejemos que ese desánimo, esa frustración nos dure mucho, no la calentemos, no le demos tiempo a que tome control de nuestra actitud.
Cuando vemos que vamos cayendo en ese declive, pidamos al Señor denuedo para perseverar, para seguir adelante. Dios siempre abre nuevas puertas.