“El que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor”. Mt. 20. 26.
Madre teresa de calculta. Vivió para los enfermos, los más pobres; viajaba por el mundo buscando dinero para sustentarlos, los amó y murió junto a ellos.
Juan Bosco. Vivió para los jóvenes de la calle, los protegió, los educó, jugaba con ellos como un muchacho más y murió sirviéndoles.
Jesús. Dios mismo hecho hombre. Vivió en gran humildad, se hizo rodear de hombres sumamente pobres y trabajadores y con ellos trajo un nuevo pacto, el que nos ha permitido ser perdonados y libres.
¿Y yo? ¿Y tú? Dios no nos exige nada. Dejar la familia, el trabajo, los bienes es opción personal. Pero con lo que tenemos, podemos ser generosos, amar y servir a los demás, dar, incluso, entregarnos para que otros tengan vida.