“A pesar de que conocían a Dios, no le rindieron honores no le dieron gracias como corresponde. Al contrario, se perdieron en sus razonamientos”. Rom. 1, 21.
En las cosas de Dios, no todo tiene lógica razonable ni explicación científicamente comprobable. En cuestiones de fe es diferente y simple: Dios nos habla a través de su palabra y vivimos una experiencia personal.
En términos humanos difícil, por ejemplo abandonar la Ley del Talión y poner la otra mejilla o entender que con solo decir “levántate y anda” alguien se recupere, o asimilar que “con solo tocar su manto” una mujer quedar sana.
No le busques la lógica, no la tiene, y si por no encontrarla te vas detrás de ídolos, no olvides de que ellos son una expresión de la imperfección y la miseria humana.