Danny Rivera nos recibió con la misma amabilidad que lo caracteriza, esa que lo ha convertido en un artista tan querido por los dominicanos.
Luego, nos invitó a acomodarnos en el espacio de nuestra preferencia, en el restaurante Casa Don Luis, mientras nos deleitaba entonando: “En un cuarto dos amantes, conversaban de su amor…, mientras sus caras mojadas de llanto humedecían el dolor.
Cuanto siento macharme, tenemos que despertar, pues tú sabes que me esperan en casa, mañana te llamaré… y decirte que tú eres importante en mi vivir, que aunque tarde hayas llegado a mi vida, siempre te amaré…”
El intérprete de “Gracias mi amor por todo lo vivido” y “Cada vez otra vez”, expresa que su deseo, mientras vida tenga, es poder alcanzar un balance absoluto para servir con honestidad, sinceridad y desapego a quien se tope en el camino, y ayudarle.
Sobre sus sueños, comenta que todos se han cumplido, se han hecho realidad, pero que no podemos detenernos si alguno no se materializa, que hay que seguir en el sueño realizable, que es el momento presente, luchar por conseguir lo que uno quiere lograr en la vida.
El cantautor, que el próximo 11 de febrero se estará presentando en el Palacio de Bellas Artes con su espectáculo “Amada amante: Recuerdos…”, manifiesta que ve a su país de origen, Puerto Rico, actualmente, pasando por una gran crisis humana, como una extensión de lo que está ocurriendo en todo el planeta, una crisis social, espiritual y política, de la cual espera que salga airoso y fortalecido. Que este proceso le sirva de crecimiento y lo ayude a encontrar un buen camino.
1. Mi niñez
Fue una niñez llena de atributos filiales, de amor, cariño, ética familiar, natural y espiritual. Carecíamos de todo, vivíamos en un lugar muy pobre de Santurce, era un lugar, podríamos decir, como el sector de Los Mina, no el Los Mina moderno de ahora, sino el de hace 30 años.
Ahí me crié, no obstante a todo eso tuve una niñez muy buena, era un niño travieso y juguetón, lleno de inquietudes y respetuoso de mis padres, porque había un trato con relación a eso; y era que mi mamá era evangélica desde el vientre de su madre, me llevaba a la iglesia y eso creaba una ética de respetar a los mayores, a las mujeres y eso se quedó grabado en mi memoria.
2. Mis padres
Mi padre, Ismael Rivera, era pintor de brocha gorda, pintó muchos edificios en Puerto Rico, pero, además, sabía pintar el arte pictórico, hizo obras muy interesantes y murió a los 98 años. Era un gran ser humano, aprendí de él la fraternidad, la solidaridad y a ser muy cariñoso.
Y mi madre, Sabina Méndez, quien era analfabeta, de ella aprendí la ética, la ética del respeto hacia los demás, ella murió más joven que mi padre, ambos fallecieron cantando en sus respectivos momentos, se fueron cantando de la vida.
3. Mis estudios
Estudié hasta la High School, en esa época trabajaba con la orquesta de César Concepción, famosa en Puerto Rico, y un día saqué un momento para ir a coger el examen final para ingresar a la universidad.
Recuerdo que llegué a la escuela luego de tocar de un baile, en ese tiempo me había comprado un carrito con 75 dólares. Dormí un poquito frente a la escuela hasta que amaneció, tomé mi examen y, por supuesto, que me colé.
No pude ingresar a la universidad y si lo hubiera hecho hubiese estudiado en la universidad de Oxford, habría estudiado religiones comparadas, filosofía y letras, hoy en día lo hago de forma autodidacta o mejor dicho, por mi cuenta. Estudio mucho, especialmente a mí mismo, que es un proceso difícil y complejo, entonces intento, a través de mí, ver si puedo comprender a los demás.
4. Mi llegada a la música
Yo diría que la música llegó a mí, ella fue quien me escogió. La música me eligió para que yo la representara de una manera u otra, y ahí estoy yo cantando, siempre supe que cantar era parte de mi vida.
La música es mi ser, mi respuesta, mi lenguaje. Mi corazón late, y eso es música; las ondulaciones que pasan por mi cuerpo en todo el proceso de toda la biología del cuerpo, son sonidos.
Todo lo que es mi cuerpo es música, por tanto, yo comprendí la música después que empecé a estudiar lo que yo estaba haciendo, no quise quedarme solamente como cantor, quise estudiar qué es eso de la música en mi persona, y encontré que los seres humanos somos música, sonido, somos una sonoridad de la grandeza, de lo que es la divinidad y todo el cosmos.
5. Momentos difíciles
No puede existir en la cuota de la vida la experiencia de las pérdidas, son las pérdidas las verdaderas ganancias, no perdemos nunca nada, es un mito que nosotros perdemos cosas, nosotros lo que hacemos es vivir la experiencia de lo que es el proceso natural de vivir, lo que se va se queda en nosotros, en un legado. Como por ejemplo, el gran Facundo Cabral, que se fue de una manera tan extraña.
Él no se fue, porque dejó un legado, uno se va, pero deja a sus hijos y ellos continúan lo que has hecho, uno siempre va aparecer en sus proyectos de vida, por tanto, tú continuas en los hijos de tus hijos, no perdemos nada, ganamos la oportunidad de haberlos tenido y esa es la realidad, vivir junto a ellos. La muerte es el gran proceso para seguir en otra trascendencia de la vida.
6. Mi familia
Tengo cuatro hijos, la más pequeña tiene nueve años. Los hijos son la proyección de lo que uno ha querido ser. Mi esposa, Damaris Reyes, es un ser humano especial, lindo y lleno de atributos, es novelista y poeta y le gusta la literatura.
Trabaja con SM, una editorial que se dedica a preparar los libros para las escuelas y colegios en Puerto Rico. Ha sido una compañera que me ha abierto puertas con su juventud y, a su vez, tiene mucha sabiduría y me ha ayudado a verme mejor y a sentir que la vida tiene muchas cualidades maravillosas y que uno puede aprender mucho con la compañera que tiene a su lado.
7. Hermosa labor
Hace 18 años que realizo una actividad aquí en el país, y es repartir regalos el Día de la Vieja Belén, siempre lo hago en diferentes lugares, esta vez lo hice en el trabajo que estoy haciendo con una escuelita en la comunidad de Tireo Arriba del barrio Paraguas, en Constanza, que en febrero 22 se le entregará a la comunidad. Construí esta escuelita a través de mi Fundación Arte de Paz.
La actividad de entrega de juguetes la hago porque entendí que la tradición de la Vieja Belén se estaba perdiendo, y yo la conocí aquí, y me dije a mí mismo: “déjame seguir con esta hermosa tradición”.
8. Mis días en la cárcel
Muchos dicen que soy revolucionario, yo creo que no lo soy, lo que he tratado de exigir es lo que mi alma y mi conciencia me han dictado, y en un momento dado me he puesto al servicio de cosas y causas que eran necesarias hacer y que tenía que ser solidario con ellas, como es el caso de la isla de Vieques.
Fue una experiencia única, especial, traumática, linda, excitante y atrevida. De esa experiencia nació un nuevo Danny Rivera, porque cuando tú estás en el encierro, el encierro te obliga a varias cosas, una de ellas es a rehuir el momento en que estás viviendo y a convertirte en lo que la cárcel y todo el sistema quiere que tú te conviertas, o nace un nuevo ser en ti, principalmente porque estás en contacto contigo mismo y entonces empiezas y encuentras a saber quién eres, si es que usas ese momento para conocerte. Como ya conocía la técnica de la meditación, cuando llegué allí me dediqué a meditar y a conocerme más.
9. Creo en la amistad
Creo en ti, en mí, en nosotros y en que la vida provee todas las circunstancias para nosotros crecer y ser cada día mejor persona. Lo mismo digo de la amistad, es un gran proceso del amor, es como el enlace o uno de los enlaces que existen para tener una convivencia mejor, gracias a Dios tengo muchos amigos, también están los que han llegado disfrazados, ellos mismos se desvelan y se quitan sus disfraces, no yo, sino las circunstancias del momento y cuando llegan, entiendo yo qué tan importante es un amigo como un enemigo, porque ambos te enseñan algo, o sea, que no es descartable un amigo y un enemigo porque ambos pertenecen a la experiencia.
10. Pasatiempos
Me gusta la escritura y hacer cosas cotidianas, no muy alejadas a las que les gustan a las demás personas, y visitar lugares como el Tíbet, Jarabacoa, Aguas Blancas y Valle Nuevo en Constanza, este último es uno de los sitios más hermosos de la tierra. Yo digo que Valle Nuevo es el Tíbet de la India, le llamo el Tíbet del Caribe. l
“Esta nación me ha acogido y aceptado”
República Dominicana es una de las casas maravillosas caribeñas donde me han acogido, aceptado, querido y amado, y porque es parte de ese Caribe formidable que los grandes próceres de la historia caribeña lucharon en su afán por la independencia, la soberanía, por la dignidad y la justicia.
Y yo soy uno de esos humildes que cree que somos una familia y que tenemos que conservar y promover la hermandad caribeña.
República Dominicana es mi casa, al igual que el Caribe, yo soy caribeño, pero también soy latinoamericano, y cuando empiezo a hurgar más allá, me dio cuenta de que soy como las muñecas rusas, mejor conocidas como “bábushka”, y te das cuenta de que ya no es un Danny Rivera puertorriqueño, ni dominicano, ni latinoamericano, sino un ser humano del planeta.
Entonces, hay que darle respetabilidad a esa conciencia, que cuando uno se da cuenta de que uno no es eso, primero estaba pensando que yo era esa muñequita pequeña y si sigues abriendo te vas a encontrar con muchas sorpresas y te das cuenta de que el pasaporte no es la realidad nuestra, ni la realidad con que naciste y te inscribieron, que es uno de los pasos para la compresión total de lo que verdaderamente somos.