Cuqui Córdova ha dedicado su vida al deporte

Para quien lo ve lleno de jovialidad y energía, es difícil creer que tenga 83 años. Cuqui Córdova se ha dedicado casi toda su vida a contar la historia del deporte y los deportistas.

Para quien lo ve lleno de jovialidad y energía, es difícil creer que tenga 83 años. Cuqui Córdova se ha dedicado casi toda su vida a contar la historia del deporte y los deportistas. Amante del béisbol, desde temprana edad practicó este deporte, pero su verdadero fuerte estaba en escribir las hazañas de los jugadores. En esta entrevista recuerda sus días de infancia en La Vega, las travesuras que le hacían perder la paciencia a su padre, Manolito. No se arrepiente de haber puesto siempre a su familia por encima de todo, aunque esto le impidió  alcanzar la más alta posición en la empresa Shell, donde laboró por 33 años.

1. Nacer en Nochebuena
Nací el día de Nochebuena, de 1929, antes de la Era de Trujillo. Nací a las 11 y 30 de la noche, media hora antes que el Mecías, porque Jesucristo nació a las 12, según los entendidos. Yo tenía un pleito de toda la vida con mi mamá, porque yo le decía que por qué ella no podía esperar media hora para que yo naciera el mismo día que Jesucristo. Mi mamá también nació un día de Nochebuena, 30 años antes que yo, y mi papá nació el día primero de enero del año 1900, justo al comienzo del siglo 20, es decir que nuestras fiestas se concentraban en Navidad.

2. Si no me dicen Cuqui, no miro
Por nacer en Nochebuena me iban a poner Pascualito o Jesús, pero entonces a mí me sacaron del vientre de mi madre con fórceps. Eso me produjo en la cabeza cuatro hematomas, entonces mi abuelo, cuando me fue a ver, dijo: “Ay es un cuco”, porque yo estaba inflamado y feísimo, y como las madres siempre son bondadosas, mi mamá le dijo: “Ay no, ese es Cuqui, Cuquito.

3. Estudios en el extranjero
Mis padres me enviaron a estudiar a los Estados Unidos, allá  terminé el bachillerato y fui a la universidad en Rhode Island, pero cuando me aceptaron, mi padre se enfermó del corazón y como él tenía una factoría de arroz y una fábrica de hielo, y yo era hijo único, entonces tomé  la decisión de venir. Esa fue, para mí, la decisión más fuerte que he tomado en mi vida, porque yo tuve que elegir entre estudiar Business Administration, (Administración de Negocios) o irme con mi papá, que no tenía a nadie, entonces yo me quedé con mi papa. Duré siete años trabajando con él hasta que en la Shell necesitaban un muchacho joven que supiera inglés. Me quedé 33 años trabajando allá. Fíjate tú, la edad de Cristo.

4. El amor
Con la que aún es mi esposa, llevo 55 años de casado. Duramos siete años de amores. Nos conocimos en La Vega cuando yo llegué de Estados Unidos. Había un grupito que éramos amigos y un día la esposa de Samuelito Moya me dijo: “Cuqui, aquí hay una muchacha que yo quisiera que tú te enamoraras de ella”. Le pregunté cómo se llamaba y me dijo que Mercedita Roca Brache. Yo conocía a su papá y a sus hermanos. Un domingo, no recuerdo porqué yo estaba solo en la iglesia, y veo que viene su papá con ella de mano y la veo caminando por el medio de la iglesia, y me gustó.

5. Una fiesta inolvidable
Un día, dos muchachas me invitaron a un baile y cuando llegamos nos sentamos en una mesita, en eso viene la que hoy es mi esposa con sus dos hermanos, y se sentaron con nosotros. Cuando empezó a tocar la orquesta los dos hermanos de ella invitaron a bailar a las dos muchachas que estaban conmigo y yo la invité a bailar a ella. Ella se la pasó apartándome, y yo tratando de acercarme demasiado mientras bailábamos. Esa noche le dije que era poeta, pero era mentira, y le dije que era cantante y cuando me pidió que le cantara algo, lo que se me ocurrió fue cantarle un spot publicitario que decía: “ compre su carro en Chevrolet…”. Ella se rió muchísimo, debió pensar que yo era un loquito. Esa noche la gobernadora de La vega, Delia García Godoy, me vio con ella y me dijo: “Cuqui, ahora si tú estás bien”.

6. Hora de casarse
Mi novia y yo teníamos 7 años de amores y aunque yo no estaba desesperado por casarme, mi novia pensaba que ya era mucho tiempo de amores. Entonces mi papá me dice: “toma estos 5 mil pesos para que te cases”. Eso fue en el año 1957; ya tú sabes, esa era una fortuna. Con esos 5 mil pesos, amueblé mi casa completamente. A los nueve meses nació el primer hijo, tenemos cuatro hijos, porque yo le dije a San Pedro que me mandara dos y dos y así mismo fue, los dos varones están en los dos extremos y las dos hembras en el centro, esos cuatro hijos me han dado 12 nietos. Siempre le digo a mis hijos que no me manden los nietos al mismo tiempo porque nos desbaratan la casa. Ya se casó uno de mis nietos y otra está por casarse, así que pronto tendré biznietos.

7. Visita a Balaguer
En una ocasión yo fui donde Balaguer a hacerle una visita para  presentarle a un gerente de la Shell, cuando yo trabajaba allá. Y cuando él voltea la cara me pregunta: “¿ usted es abogado?” y yo le dije que no, que yo era Cuqui Córdova, que era de La Vega. “Soy gerente y relacionador público de la Shell, yo vengo a presentarle a este señor, soy hijo de Estela Pereyra, que fue la reina de los Juegos Florales de 1924 y fue quien le entregó el primer galardón que usted obtuvo por su labor literaria. Mi mamá le entregó ese galardón, por ser la reina de los juegos”. Cuando le dije eso, me tomó la mano tan fuerte que le dije: “Espérese que yo soy un hombre grande, pero mis manos son delicadas”. Se acordó que esa fue la primera vez que había recibido un premio literario, por un trabajo que él escribió sobre Héctor García Godoy.

8. Hombre de muchas facetas
Soy Rotario, pertenezco a Los Rotarios desde 1959, llevo 54 años siendo Rotario, he sido cuatro veces presidente de clubes, una vez en Santiago y tres en la capital. Tengo el mayor emblema que se le otorga a un Rotario, que es un botón Paul Harris, que fue el fundador del Club Rotario y que tiene un costo de mil dólares. El lema del Rotario es dar de sí antes de pensar en sí. Yo digo que si Dios me ha favorecido tanto, me ha dado una esposa que me ha querido tanto, me ha dado buenos empleos, cómo tú le agradeces a Dios, si no es a través del rotarismo. Los Rotarios lo que hacen es ayudar a los que necesitan.

9. Inmortal del deporte
Soy inmortal desde 2003. Yo había sido por 10 años presidente del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano y ahí nadie se atrevía a ofrecerme ser inmortal, porque no se puede ser juez y parte. Después que yo renuncié, a los tres o cuatro años, me hicieron inmortal. He tenido muchos momentos significativos, yo tuve 10 años inmortalizando a otros, era algo que no esperaba, pero recuerdo que uno tiene que decir unas palabras al recibir el reconocimiento. No recuerdo palabra por palabra lo que dije pero comencé diciendo: “Quiero aprovechar este momento, por si alguien se ha sentido herido conmigo, si me he expresado mal le pido perdón”. Eso cayó fantástico y lo dije de todo corazón, recuerdo que Cuchito Álvarez escribió una cosa bellísima sobre esto.

10. Cinco hermanas
Yo tengo cinco hermanas de padre, a las que quiero muchísimo. Son de diferentes mujeres y mamá nunca lo supo. Cuando mi papá murió, ella estaba sentada en una mecedora y venía una muchachita y le decía: “Doña Estela, yo soy hija de Manolito”. Y ahí mismo había que echarle fresco. Cuando se estaba reponiendo de una, ahí venía la otra. Eran menores que yo, menos una, que cuando mi papá se casó con mi mamá le dijo que tenía esa hija, era la mayor, pero mamá nunca la conoció hasta al cabo de muchos años, y yo la vine a conocer cuando tenía 15 años. A todas las quiero. Cuando mi papá se murió las reunimos a todas y les prometimos que en su memoria le continuaríamos pasando la mensualidad que él les daba, aunque no las reconoció, pero fuera de ahí, siempre las ayudaba en lo que podía.

Periodista e historiador

A mí toda la vida me gustaron los deportes, yo jugaba pelota, bateaba bien, pero no tenía muy buenas manos. Yo llegué a tener un equipo cuando mi papa tenía la fábrica de hielo, se llamaba Hielo Cristal, yo era el mánager del equipo, entonces en los años 1944 y 1945, comencé a escribir y comencé a enviar lo que escribía al periódico La Información, de Santiago, y un periódico que se llamaba La Opinión, que salía todas las tardes aquí en la capital y ellos me lo publicaban, sin conocerme. Hubo un momento en que suspendí esos escritos porque me fui a los Estados Unidos. Cuando regresé y comencé a trabajar en la Shell, en 1956, me case al año de trabajar en la Shell, Luis Ramón Cordero y Rafaelito Molina Morillo, que  eran los jefes en El Nacional, especialmente Luis Ramón, que iba a mi casa a escuchar los juegos de pelota, me dijo: “pero tú siempre estás al tanto de todo lo de la pelota,  ¿por qué tu no escribes? “. Ellos me invitaron a escribir en Publicaciones Ahora. Ahí estuve hasta que en 1974, ese año, Moisés Pellerano me llamó y me dijo que me fuera  para el Listín Diario, que me iba a pagar más, y hasta hoy ahí estoy. Ahora escribo dos columnas. No sé cómo me convertí en periodista, porque yo lo que soy es historiador deportivo.

Castigo
Mi papá siempre fue un hombre muy disciplinado, fue muy fuerte conmigo. Una vez me dio una pela con una jáquima de caballo”.

Satisfacción
Por 33 años trabajé en la empresa Shell, donde creé los Premios Shell Dominicanos Primero, en el invierno de 1970”.

Dar de sí
Yo digo que si Dios me ha favorecido tanto, la mejor forma de agradecerle es ayudando a quienes lo necesitan, como lo hacen los Rotarios”.

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