En Barro Arriba, su pueblo natal, ninguno de los niños y jóvenes que estudiaron con él en la primaria y la secundaria, imaginaron que “Olivorio”, como le llamaban, al compararlo con quien era considerado un sabio en el pueblo de Palmasola, por su destreza en las ciencias ocultas, se dedicaría a otra cosa distinta que a enseñar Álgebra o Matemática. Estaban seguros de que sería ingeniero o maestro.
Y es que a pesar de haberse graduado de licenciado en Educación, mención Físicas y Matemáticas y de profesor en las mismas disciplinas en la UASD, en el año 1982, un acontecimiento lo hizo cambiar de carrera.
Llegar a la Cámara de Diputados, estar en contacto con las leyes y con temas constitucionales, fue determinante en su decisión de convertirse en abogado.
Es así como nace el jurista y años más tarde, el día 21 de diciembre del año 2011, en un concurso abierto celebrado por el Consejo Nacional de la Magistratura, donde participaron 281 aspirantes, fue seleccionado como uno de los jueces del Tribunal Constitucional, una experiencia que define de enriquecedora.
En el plano personal, siente que ha sido bendecido enormemente, por sus padres, su esposa, sus hijos y nietos.
“Si tuviera la oportunidad de elegirlos nuevamente, los elegiría a ellos.”
1. Barro Arriba
Nací en un campo de Azua, de nombre El Barro Arriba, a 10 kilómetros del municipio cabecera, el 24 de octubre de 1952. Cuando estaba cursando el sexto curso de primaria, la profesora de nombre Clara Ernestina Jiménez de Felipe, puso un problema de matemática, y dijo: levanten las manos quienes lo puedan resolver. La levanté e hice el problema. Un estudiante de nombre Salvador Aristy, hoy ingeniero civil, dijo que yo era como Olivorio, el mesías popular venerado en Palmasola, comunidad de San Juan de la Maguana, considerado como un sabio. De ahí viene ese apodo, que mi generación de estudiantes de primaria y bachillerato recuerdan.
2. Profesionales
Mi padre respondía al nombre de Juan Ramón Díaz Ramírez (fallecido), mi madre al de Austria Colombina Filpo Patricio. Ambos procrearon 10 hijos, de los cuales yo soy el mayor. La nuestra es una familia donde hay médicos, abogados, maestras, técnicos ebanistas, mecánicos de autos y técnicos en ciencias agrícolas. César Díaz Filpo, médico y político (16 años como senador), Luis Díaz Filpo, abogado y político (8 años como regidor), María Estela de los Santos Díaz Filpo, Lic. en Educación, Nelson Díaz Filpo, técnico en Agricultura, Jesús Díaz Filpo, técnico en Ebanistería, Negra Díaz Filpo se dedicó al cuidado de nuestro padres; Hernán Díaz Filpo, técnico en Ebanistería yJosé Díaz Filpo, mecánico. La responsabilidad, trabajo y el respeto a los mayores de la época son de los principales valores que nos inculcaron nuestros padres. Yo era muy travieso, peleaba casi todas las semanas, recuerdo los castigos fuertes de mi padre, a veces me encerraban en un cuarto y no me dejaban salir por una semana, pero mi hermana María Estela, cariñosamente Santa, como mis padres eran comerciantes, tenían un negocio en el mercado de Azua y llegaban después de las 4:00 p.m, ella me abría la puerta para que saliera y regresara antes de que ellos llegaran a la casa. Recuerdo una cosa, que nunca he podido olvidar, era cuando mis padres me querían castigar físicamente, yo me subía al techo de la casa, que era de madera cobijada de zinc, tenía un cielo raso de cartón y madera, ahí yo me escondía para que no fuera golpeado por mis padres, por todas las travesuras que hacía. Mis abuelos: Juan Ramón Díaz (Bello), Victoria Ramírez, José Altagracia Filpo (Pipín) y María Patricio, todos fallecidos.
3. Herencia de amor
Mis padres fueron los mejores del mundo, aun sin tener una formación académica, se preocuparon porque todos sus hijos fueran profesionales o tuvieran una carrera técnica para poder vivir dignamente, su mejor enseñanza fue la educación y el amor al trabajo, por eso se sacrificaron. Fueron unos padres que se ocuparon de que no faltaran los libros, los uniformes, la comida, los buenos consejos y una disciplina férrea por parte de ellos para con todos sus hijos, sobrinos y demás familiares. Si volviera a nacer y pudiera elegir mis padres, los elegiría a ellos un millón de veces. Son los mejores padres que un hijo pueda desear tener.
4. Equipo de béisbol
Recuerdo que en esa época el baseball era el deporte por excelencia de Azua, yo no era bueno en ese deporte, jugaba segunda base, como no me ponían a jugar, formé mi propio equipo, compré guantes, pelotas, bates, etc., para poder jugar de manera regular la segunda base, tengo dos hermanos que en ese tiempo eran muy buenos jugando pelota (César y Hernán).
5. Profesores inolvidables
De mis profesores tengo muy buenos recuerdos, de Atenea Matos Suriñach, Bienvenido Jiménez (Babache), Mercedes Eudosia, etc., Altagracia Concepción (Graciosa), la directora que era famosa por dar unos reglazos y pellizcos a los estudiantes que se portaban mal y por su famosa frase que todavía hoy retumba en mis oídos “mira, mira, miraaaa”.
6. Años de la secundaria
Hice el bachillerato en tres años, cuando terminé el segundo curso, me inscribí en el verano para hacer el tercero en vacaciones, porque tenía un amorío con una joven que me llevaba un curso y para poder llegar juntos a la universidad, contraté un profesor de matemática, quien me daba clases todos los días a las 8:00 a.m. y en horas de la tarde a las 5:00 p.m., yo le explicaba esa clase a un amigo de nombre Juan Amador, quien era mi mejor amigo en el bachillerato, ambos presentamos el tercero en vacaciones, y así llegamos al cuarto de bachillerato. Recuerdo que estando en cuarto de bachillerato, cuando faltaba un profesor de matemática o física, me mandaban a sustituirlo.
7. El Derecho
A partir del 1982, cuando fui diputado, me di cuenta que tenía que estudiar Derecho, porque casi todo lo que veía en el Congreso estaba relacionado con leyes y con la Constitución de la República, este fue el empuje que tomé para estudiar Derecho, después de haber sido graduado de profesor en Educación, mención Físicas y Matemáticas y Licenciado en Educación, mención Físicas y Matemáticas en la UASD. Es una profesión que tiene sus pros y sus contras.
8. Tribunal Constitucional
Llego a través de un concurso abierto en oposición, celebrado en fecha 21 de diciembre de 2011, por el Consejo Nacional de la Magistratura, donde participamos 281 aspirantes, evento que se realizó frente a las cámaras de televisión nacional, para la escogencia a las altas cortes. Pienso que ha sido una rica experiencia tratando los temas de mayor importancia y trascendencia para el fortalecimiento de la sociedad dominicana, asuntos como el control de constitucionalidad, los temas de los derechos fundamentales de la sociedad, el celo para proteger la Constitución, los tratados internacionales, control preventivo y los conflictos de competencia que surgen entre los organismos del Estado Dominicano.
9. Futuro
Ver desarrollada la República Dominicana por senderos de prosperidad, que mi país pueda erradicar la pobreza, que cese la violencia, que haya seguridad social, que se enfrenten los niveles de insalubridad, que se mejoren los servicios de salud principalmente para los más necesitados, que reine la paz, que las familias se formen en valores y principios y que se respeten los derechos de todos los dominicanos. Espero que mi familia se siga desarrollando como personas útiles y de bien para la sociedad.
10. Padre y esposos
Estoy casado con la Lic. Dolores Josefina Ureña, procreamos dos bellos hijos, Joel Díaz Ureña y Jonathan Díaz Ureña, 35 años de matrimonio, creo que es la mejor mujer que Dios le haya podido dar a un ser humano, si me volviera a casar me casaría con ella de nuevo; solidaria, buena esposa, buena madre, y fiel amiga. Es católica, Dios es su guía y salvador, y su mayor satisfacción es hacer el bien, sin mirar a quien y sin esperar recompensa. La conocí siendo ella estudiante del Instituto de Señoritas Salomé Ureña, era la mejor estudiante de su promoción. En mi vida han ocurrido tres cosas muy importantes: mis padres, si volviera a nacer y me dieran la oportunidad de elegir no tengo dudas que los eligiera a ellos como mis padres, y volviera a elegir a Dolores como mi esposa, si volviera a tener hijos también eligiera a Joel y a Jonathan como mis hijos, y dos hermosos nietos que son parte de la razón de ser de mi vida, Joel Díaz Gutiérrez, de 8 años y Ana Gabriela Díaz Gutiérrez, de 3 años.
Lo bueno y lo malo de ser abogado
Lo mejor de ser abogado es que permite que personas, o familias, donde el Estado, un particular, o una empresa le haya violentado un derecho, logre que a través de diligencias o procedimientos legales se puedan restaurar sus derechos vulnerados, esa es una de las grandes satisfacciones que recibimos los profesionales de esta materia, cuando logramos este objetivo. Lo peor es que para la mayoría de la población, los abogados tienen un descrédito tan grande que los asocian a la irresponsabilidad, extorsión e incluso algunos los tildan como delincuentes, a pesar de que la mayoría de los abogados son personas honorables. Cada día le doy gracias a Dios por poner a disposición de los seres humanos la ciencia jurídica, la cual permite un mejor entendimiento en la sociedad.
El TC
Ha sido una rica experiencia tratando los temas de mayor importancia y trascendencia para el fortalecimiento de la sociedad”.
La justicia
Cada día le doy gracias a Dios por poner a disposición de los seres humanos la ciencia jurídica, para un mejor entendimiento en la sociedad”.
Profesión
Cuando fui diputado me di cuenta que tenía que estudiar Derecho, porque casi todo lo que veía en el congreso estaba relacionado con leyes”.
Valores
La responsabilidad, trabajo y el respeto a los mayores de la época son de los principales valores que nos inculcaron nuestros padres”.
Padres
Fueron unos padres que se ocuparon de que no faltaran los buenos consejos y una disciplina férrea por parte de ellos para con todos sus hijos, sobrinos y demás familiares.