Napoleón Beras inició su carrera como maestro de ceremonias, una actividad que desempeñaba de manera informal, podría decirse que de forma natural; inspirado por su padre, quien fungía como conductor de los eventos que tenían lugar en su pueblo natal.El veterano comunicador explica que ver a su padre hacer uso de la palabra en concurridos actos, despertó, junto con la admiración por el desempeño del padre, la inquietud por seguir sus pasos.
Aunque su progenitor quería que siguiera en su carrera como agrónomo, fue la parte relacionada a los medios de comunicación y al arte la que logró inspirarlo. Cuando llegó la oportunidad de matricularse en la universidad, luego de haber pasado dos años, casi tres, en el seminario, le llamó la atención la carrera de Derecho, la cual cursó por dos años, pero al final se impuso la fuerte vocación por los medios de comunicación y el llamado arte del buen decir.
A lo largo de su carrera como periodista y maestro de ceremonia, siente la inmensa satisfacción de haber podido aportar a los jóvenes profesionales de diversas áreas, que buscan aprender a utilizar la voz y el lenguaje de manera correcta, en los cursos de oratoria, que por más de 10 años lleva impartiendo.
1. De Higüey y de El Seibo
Toda mi familia es de El Seibo, pero yo nací en Higüey, porque mi papá era agrónomo y fue trasladado allá como encargado del distrito en Higüey y allá nací, pero a los dos años retornamos a El Seibo. Allá fui declarado y bautizado, por eso es que digo que soy de El Seibo. Mi padre era el agrónomo Antonio Beras Morales, él fue músico, tocaba el piano. Era autodidacta en la música, era locutor de todos los eventos de allá, sin haber estudiado locución, pero yo me inspiré en él. Mi papá tenía un gran dominio de la expresión oral y eso me fue motivando. Mi madre se llamaba Carmen Prats, era de origen español.
2. En la locución
Comencé a conducir los eventos culturales y religiosos de El Seibo. Yo era que presentaba todos los espectáculos en la plataforma de la cultura, una estructura que se levantaba allá en el parque, durante las fiestas patronales. Ahí me comencé a desarrollar, me buscaban para los actos y las veladas escolares. En ese tiempo en El Seibo no había emisoras. Mi papá fue mi inspiración en materia del uso del micrófono y la conducción de eventos. Seguí y me desarrollé en la conducción de todo tipo de eventos.
3. El carnet 342
Vine a la capital a examinarme de locutor, aún conservo mi carnet original, tengo el número de carnet 342 de la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía (muestra el documento, una especie de libretita, del 20 de febrero del 1961), fui examinado por un jurado compuesto por Bruno Pimentel, Pedro R. Vásquez, Jorge Tena Reyes y Alfonso Mieses. Recuerdo que fue un examen muy riguroso; cuando me preguntaron que de dónde yo era, y yo les respondí que de El Seibo, ellos, me pidieron que hablara de la Batalla de Palo Hincado y me pidieron que recitara la arenga de Juan Sánchez Ramírez y así lo hice y eso les gustó mucho a los miembros del jurado.
4. A la Capital
En ese tiempo ya tenía que abrirme campo en una emisora. Al principio fue muy difícil porque el que viene del interior, le es difícil entrar a la radio. Yo tenía que vivir de algo, así es que tomé un curso de ventas y entré a la compañía Caribe Grolier, aunque antes había trabajado en una tienda llamada Casa Victoria, ingresé a esa compañía como vendedor. Ahí yo vendía enciclopedias y otras literaturas, religiosas y para niños. Teníamos planes a plazos. Me fue muy bien. Había dos divisiones, una de Leonel Almonte y otra de Luis Fermín, yo pertenecía a la de Luis Fermín. Pero llegó un momento en el cual se saturó el mercado de compañías de enciclopedias y las ventas redujeron, vinieron una serie de compañías ante el auge de la venta de libros.
5. Locutor y periodista
Entré a la radio de manera formal, en el Circuito de Emisoras Unidas, que integraban Radio Reloj y Radio Tricolor. Eso fue como en 1964. Yo trabaja en ambas emisoras. Radio Reloj era del doctor Pedro Julio Santana, ahí cumplí una etapa; y en Tricolor, que era de Hugo Hernández Llaverías, un destacado radio difusor, que conocía muy bien la radio e introdujo una vertiente nueva en la animación, porque él había trabajado como disc-jockey en Colombia. Seguí trabajando, alternando mi trabajo con las maestrías de ceremonias. Le agradezco mucho a muchas personas , pero a dos personas en particular, que me dieron apoyo para mi ingreso formal a la radio y al periodismo, esas personas son: Mundito Espinal, él me dio la oportunidad de ser reportero en “De Todo Un poco”, el programa de farándula más antiguo. Mundito me convirtió en maestro de ceremonias de la Firma Siboney, un ron que producía Cochón Calvo y compañía, él era el relacionador público de esa empresa. En el periodismo le agradezco a José Jiménez Belén, del periódico El Sol, él fue uno de los precursores de la crónica de arte en el país. Comencé con él en radio, en el programa “Bambalina Radial”. Entonces, yo escribía una columna en el periódico El Sol y después me fui expandiendo hasta convertirme en redactor formal. De ahí me fui a El Nuevo Diario, ahí estuve por 26 años, Osvaldo Santana era jefe de Redacción allá y fue quien me llevó al Nuevo Diario. También le agradezco a Persio Maldonado, que actualmente es el presidente y director general, que también me ha dado mucho apoyo. Yo fui editor de Arte y Espectáculos por 26 años. Me he quedado escribiendo una página, semanal.
6. La televisión
Ingresé a la televisión en Teleinde, Canal 13, con José Semorile. Yo hacía noticias allá y hacía un programa que se llamaba TV Farandulera. Ese fue uno de los primeros canales de aquí. José Semorile fue de los fundadores de Color Visión. De ahí pasé a Radio Televisión Dominicana, el director en ese entonces era Bruno Pimentel, le agradezco mucho a él también, allí se transmitía el programa Articosas, que fue un programa que hizo época, eso fue en 1982. Así me fui compenetrando en ambas vertientes, en periodismo y en televisión.
7. Quería ser músico
Yo quería ser trompetista. Entonces Chelo de León, que era el músico de mi pueblo, me asignó un bombardino, pero yo no quería tocar eso. Le dije: “Don Chelo, yo lo que quiero es tocar trompeta”, y me respondió: “Es bombardino lo que hace falta en esta banda de música”. Se buscaba a los músicos en función de lo que hacía falta en la banda. Después tocaba instrumentos de percusión.
8. Seminarista
Fui seminarista. Yo estudié en el Seminario Santo Tomás de Aquino. Ahí pasé dos años, casi tres. Agradezco mucho haber pasado por el seminario, porque eso me dio mucha formación y me enseñó a tener una conducta firme frente a los avatares que uno enfrenta en la vida. Pero sobre todo, me dio mucha disciplina de vida. Sin embargo, durante una charla que realizó uno de nuestros profesores, el padre Mateo, recuerdo que él nos dijo: “yo quiero que ustedes analicen si tienen la verdadera vocación para ser sacerdote. Ustedes van a pasar 12 años aquí”. Ahí me di cuenta de que esa no era mi vocación.
9. Maestro de ceremonias
Fui maestro de ceremonias por varios años, en El Maunaloa. Le agradezco mucho a Edmond Elías, quien falleció en estos días, era un hombre con una calidad humana tremenda. Los artistas iban al Maunaloa y le decían a Edmond Elías que no tenían dinero y él les decía que no se preocuparan, que montaran sus espectáculos. Siempre apoyó a los artistas dominicanos. También le agradezco a la Cervecería Nacional Dominicana, porque siempre me apoyó en todos mis proyectos, desde mis inicios.
10. Curso de oratoria
Le agradezco también a don Homero León Díaz, que me dio mucho apoyo y me ayudó a integrar el pensum del curso “Improvisación, Oratoria y Maestría de Ceremonia”, que es un recuento vivencial de todos mis trabajos en esos órdenes, pero que también incluye presencia, empleo del lenguaje, estado anímico, uso y cuidado de la voz, entre otros. Es un curso que ha tenido mucho éxito. Ha sido llevado a casi todas las provincias y diferentes clubes, incluyendo el Club Naco. El curso dura cinco horas, se imparte en un día. Lo he llevado a Nueva York y lo he impartido en Miami. Ese curso llevo realizándolo más de 10 años.
Presidente de la CNEPR
“Fui presidente de la Comisión Nacional de Espectáculos y Radiofonía, por cuatro años. Ahí tomé muchas medidas que me ocasionaron enfrentamientos y momentos duros, pero yo fui a ese cargo con un grupo de miembros de la comisión y creo que cumplimos. El reglamento 824, que es por el que se rige la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos, es obsoleto, hay que hacerle una reforma; de hecho, nosotros comenzamos a trabajar en una reforma, con el finado abogado Pascal Peña. Eso se quedó a medio talle. Pero tomamos medidas, como hacer cumplir el reglamento de impedir la entrada de menores a los cines.
Pienso que la actual Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía está haciendo esfuerzos por hacer cumplir el reglamento, pero es necesario reformarlo.
Lo que más me enorgullece es el haber hecho aportes. Yo creo que he hecho aportes significativos, más que nada, dando apoyo a la juventud. Son muchos los muchachos que se acercan a mí pidiéndome orientación. Eso me llena de satisfacción de que no he arado en el desierto, de que he ido sembrado y cosechando.
Tengo mi programa de televisión en el canal 26, Cari Visión, se llama “Temario”, se transmite todos los sábados desde las dos de la tarde.
Es un programa de arte, cultura y actualidad nacional. En esta vida me gustaría hacer muchas cosas, pero lo más importante es seguir enseñando desde mi humilde conocimiento, por eso me empeño en seguir impartiendo el curso”.
Familia
Tengo una hija, que se llama Elizabeth. Ella me ha dado nietos y uno de esos nietos me ha dado dos biznietos. La hembra aún no se ha casado. Estoy muy feliz con ellos, en especial con mis biznietos.