No ha dejado de sorprender el acercamiento que el presidente Barack Obama ha impulsado con naciones con las que Estados Unidos no ha tenido relaciones armoniosas por largo tiempo, y a las que, incluso, ha mantenido dentro de su lista de promotoras del terrorismo.
Llama la atención la apertura hacia naciones socialistas como Cuba y Vietnam, así como la república islámica de Irán, y otras frente a las cuales Estados Unidos ha cedido en su política de “no negociar con terroristas” y, sorpresivamente, ha sido receptivo a propiciar el deshielo de las relaciones bilaterales.
Estados Unidos mantuvo un distanciamiento diplomático con Cuba de casi 55 años, imponiendo un bloqueo económico que aún perdura y propiciando todo tipo de acciones contra el régimen, incluyendo la planificación de la muerte de Fidel Castro.
En Vietnam tiene al único país frente al cual Estados Unidos ha perdido una guerra, con más de 58,000 soldados americanos muertos y unos 1,700 desaparecidos, así como la muerte de más de un millón de vietnamitas, entre combatientes y civiles.
Y con respecto a Irán, Obama logró limitar momentáneamente el programa nuclear de Teherán, a cambio del desbloqueo de las sanciones impuestas por las Naciones Unidas y una mayor apertura de las relaciones comerciales con Estados Unidos, incluyendo la venta de armas, lo que afianza la influencia iraní en Medio Oriente.
Asimismo, ha impulsado el diálogo en Oriente Medio, lo que le valió el Premio Nobel de la Paz, y sí es como, a pesar de las rabietas de su aliado Israel, visitó Palestina y se reunió en Cisjordania con el presidente Mahmud Abás. En la ocasión acusó a Israel de bloquear un entendimiento para la existencia de un Estado palestino, el cual defiende. Ya antes se había reunido con Abás y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu en Amán, Jordania.
De Japón a Latinoamérica
Obama también ha visitado naciones con las que Estados Unidos mantiene buenas relaciones, tuvo el gesto de visitar Hiroshima, ciudad sobre la cual a las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945 el cancerbero del Diablo, el bombardero B-29, Enola Gay, dejó caer la Little Boy, como se le llamó en secreto a la primera bomba atómica en ser usada en una guerra.
Igualmente ha visitado China, donde se reunió con el presidente Xi Jinping y con el premier Li Keqiang, además de su participación en la XXVI Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico. Tampoco se quedaron fuera de la agenda de Obama países como México Brasil y Argentina, las tres principales economías de América Latina, y que mantienen estrechos lazos comerciales con China y Rusia.
Los objetivos de Obama
Pero, ¿qué busca Obama con estos viajes? A nivel global, el presidente estadounidense busca consolidar sus triunfos en política exterior de forma tal que un nuevo presidente no pueda o se le haga muy cuesta arriba echar esos logros hacia atrás.
Igualmente, estas visitas se enmarcan dentro de la estrategia de fortalecer la presencia estadounidense a nivel global y a debilitar la influencia económica de naciones como Rusia y China, y en cierta medida, de Europa, todo dentro de la estrategia de consolidar el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, y que involucra, además, a Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, y los latinoamericanos México, Perú y Chile.
En el caso de América Latina, la visita de Obama a Argentina marca el comienzo de un nuevo ciclo menos antagónico y más pragmático en las relaciones con la región, más con los giros hacia la derecha que se dan en Brasil y Venezuela, al igual que en Bolivia y Ecuador, donde soplan vientos de cambio.
Obama dejará al final de su mandato una Latinoamérica más pro estadounidense que hace siete años, cuando estaba dominada por gobiernos populistas con un discurso antiyanqui, a pesar de que nunca le prestó atención especial a la región.