Lo viste en La Tormenta en el 2005; en Zorro, la espada y la rosa (2007), en Doña Bárbara junto a Edith González en 2008, y el año pasado en La Malquerida. Y sí, chicas, les confieso que luce tan buenmozo como lo vemos en las telenovelas. A sus 44 años se percibe como un hombre maduro, afable y con mucho sentido del humor, que sabe que el talento prevalece por encima de tu imagen.
¿Llega un momento en la vida de un artista donde si ya la gente no le aplaude su trabajo puede llegar a sentirse mal?
Pues si es lo único que hace, supongo que sí. Porque hay otros artistas que hacen varias cosas, son empresarios, por ejemplo. Al momento dicen porque me cansé o porque ya no me quieren, pero ahora pues sigo atendiendo mi restaurante, banco o cualquier otro negocio. Pero creo que cuando el artista es bueno, la gente nunca se cansa de él. Es decir, la gente nunca se cansará de Brad Pitt, Leonardo DiCaprio. No es que me esté comparando, pero nunca te cansarás de quien admires.
Eres padre de dos adolescentes, ¿qué te dicen cuando las mujeres se te acercan o te dejan comentarios subidos de tono en las redes sociales?
La verdad es que no les he preguntado. Pero han crecido con eso, no se espantan. Lo toman como mucho humor, como algo normal. Sí cuando mis hijas eran más pequeñas eran más celosas, ahora ya no.
¿Crees en el poder del aroma? Dicen que hay quienes recuerden más una fragancia que la experiencia sí.
Sí creo en eso. Tengo aromas que me recuerdan a momentos o épocas de mi vida. Por ejemplo, hace 4 ó 5 años iba con alguien a la playa y sacó su bronceador, y el olor me hizo recordar cuando iba a la playa a los 7 años con mi madre. Cuando vi el producto, se trataba del bronceador que mi madre usaba cuando yo era un niño.
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