En el 2015 no todo ha sido diversión y alegría. Las notas tristes también causaron conmoción en la República Dominicana por el fallecimiento de varias personalidades del arte y el espectáculo nacional.
La triste lista inició el 30 de enero cuando el país se conmovió por la muerte de Lope Balaguer, una de las leyendas de la música romántica. “El Cantantazo” falleció a los 89 años de edad, en su residencia.
El mundo del cine despidió a una joven promesa, el actor dominicano Carlos Quezada, quien perdió una batalla contra el cáncer, el pasado 10 de julio. Quezada, quien desde hacía un año padecía leucemia, murió en The Mount Sinai Hospital, Estados Unidos. Se inició como actor de cortometrajes en proyectos propios y de otros compañeros. Con el corto “Récord” ganó cinco premios en un festival en la Universidad Autónoma de Santo Domingo –UASD-.
También trabajó en las películas “El sótano”, “En medio del dolor”, “Biodegradable”, “El gallo” y “Quiero ser fiel”
Dos días después, la sociedad en general despidió al famoso pintor, muralista, dibujante y grabador, Ramón Oviedo, Al momento de su deceso tenía 92 años. Oviedo nació en 1924 en Barahona y fue reconocido por el Congreso Nacional como el “Maestro Ilustre de la Pintura Dominicano”. Llegó a ganar varios premios y reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos, la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella (otorgada por el gobierno dominicano en 1997) y la Condecoración Chevalier de l’ ordre des Arts et des Lettres que emite el Ministerio de Cultura y Comunicación del Gobierno francés.
Otra nota que conmocionó a los dominicanos y extranjeros fue el fallecimiento de Fernando Echavarría, quien por paradojas del destino la muerte lo sorprendió minutos antes de hacer lo que más le gustaba, cantar para el público, en el centro comercial Galería 360, como parte del concierto “De dominicana pa’l mundo”, junto a la cantautora Henya.
El fundador de La Familia André murió a causa de un infarto fulminante cuando estaba en el camerino del establecimiento, el 10 de octubre. Tenía 62 años de edad.
Meses después, el teatro dominicano sufriría una sensible pérdida con la muerte del director Enrique Chao, la madrugada del 14 de septiembre, producto de un infarto. Su deceso se produjo en la clínica Independencia, donde fue llevado aquejado por un dolor. El teatrista, quien tenía 70 años de edad, sufría de hipertensión. Hace pocos días se denunció que su tumba había sido saqueada por desconocidos para robarles las varillas.
Otra luminaria de la clase artística dominicana que perdió la batalla contra un cáncer fue el merenguero Benny Sadel. Su deceso se produjo el 5 de noviembre a las 7:00 de la mañana en compañía de su esposa e hijos en la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos. Este entierro fue el más polémico, ya que sus familiares no se ponían de acuerdo sobre el lugar de entierro de los restos del intérprete. Finalmente recibió cristiana sepultura en su natal Tamayo, y no en New Jersey donde residió por muchos años.
La clase locutoril
El número más alto de fallecimientos en el mundo del entretenimiento se produjo en la clase locutoril dominicana. Fallecieron figuras como el reconocido locutor Darío Estévez, quien perdió la vida el 15 de enero, a los 89 años de edad. Estaba aquejado de salud y su deceso se produjo en su residencia.
También causó profunda pena el deceso de Lino Minier, quien tenía fuertes lazos con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).Falleció en la madrugada del 25 de marzo, por causas que no especificaron los familiares.
Tres días después, el espectáculo recibió otra noticia gris con la muerte del presentador de televisión y expresidente de Acroarte, J. Eduardo Martínez.
Desde hacía unos meses estaba aquejado de salud a causa de complicaciones en las vías respiratorias y se le había aconsejado realizarse un cateterismo.
La más sensible despedida en la clase locutoril se produjo con el fallecimiento de la leyenda del micrófono Juan Nova Ramírez, el 5 de mayo, tras padecer problemas cardíacos a causa de insuficiencia respiratoria. El deceso del veterano comunicador se produjo a las 5:40 de esa fatídica tarde en el Centro de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), de la Plaza de la Salud. Otros profesionales fallecidos fueron Ricardo Gil Morales (31 de julio) y Willian Tavárez (7 de agosto), quienes dejaron sus huellas en la radio dominicana.
La población acompañó a artistas en el dolor
Cuando la muerte afecta a los parientes cercanos de los artistas, el dolor transciende a la población, como sucedió en el caso del merenguero típico Krisspy, quien a principios de agosto perdió a su hijo de 11 años, Krissspy Jr., a causa de una bacteria pulmonar. La muerte de la progenitora de Wason Brazobán, Flérida Guzmán, también entristeció a los dominicanos, al igual que el fallecimiento del padre del merenguero Fernando Villalona, Ángel Ramón Villalona Reyes, a causa de un infarto.