Luego de la angustia vivida por cientos de personas que fueron impedidas de visitar a sus presos, el pasado domingo, el penal La Victoria recobraba ayer su normalidad.La primera señal de que el recinto de la cárcel más poblada del país regresaba a la normalidad, se refleja en que el nivel de agua de los ríos La Yuca y Dajao, que suelen inundar gran parte de La Victoria, ha bajado considerablemente. Esta fue la razón que las autoridades del penal presentaron como excusa a las personas que el pasado domingo no pudieron ingresar a la cárcel para visitar a sus parientes privados de libertad, y de paso llevarles comida.
Las autoridades de la cárcel iniciaron desde tempranas horas de la mañana la continuación del operativo que un día antes había sido supervisado personalmente por el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, y el ministro de Salud Pública, Freddy Hidalgo.
Los presos cargaban en carretillas pedazos de escombros y basura de todo tipo, que luego eran descargados en camiones prestados por el ayuntamiento de La Victoria para ayudar en las labores de limpieza del penal. Los reclusos caminaban de un lugar a otro, todo el tiempo custodiados por policías asignados a la seguridad penitenciaria.
Desde que los aguaceros de la tormenta Sandy comenzaron a inundar sus instalaciones, las autoridades de La Victoria dispusieron el traslado de las áreas conocidas como Los Galpones, Alaska y Cosulado. De estos espacios fueron movidos 1,500 reos a lugares más seguros dentro de la cárcel. Sin embargo, en la medida en que la situación se fue normalizando, estos presos fueron regresados a sus celdas de origen. Los responsables de la cárcel aseguran que no se produjo ningún deceso producto del caos que produce este tipo de situación.
Sin embargo, se supo de un preso que falleció el pasado viernes, tras padecer durante varios años de tuberculosis y diabetes, pero que las autoridades se desligan de lo ocurrido como resultado de las lluvias que trajo consigo la tormenta Sandy. Acerca del tiroteo que algunos dijeron se trató de un enfrentamiento entre reclusos, un empleado de la cárcel reveló que la noche del pasado sábado, como estrategia para asustar a los presos que intentaran escapar en medio de los aguaceros y las inundaciones, se dispuso disparar una ráfaga al aire desde la azotea. Esto incentivó el rumor de que bandas rivales se habían peleado y fueron disipadas a balazos, con un saldo de muertos y heridos. La versión se disolvió igual de rápido de como fue difundida.
Salud Pública desarrolla labor sanitaria en cárcel
El doctor Rafael Schiffino, viceministro de Salud Colectiva, dijo ayer que el Ministerio de Salud mantendrá, de manera permanente, un equipo de atención médica, para evitar que los presos se contagien de leptospirosis, malaria, dengue o cólera. “Actualmente, hay cinco equipos de saneamiento ambiental, que también están conformados por epidemiólogos”, dijo Schiffino. Indicó que igual prestan mucha atención al tratamiento del agua.
