La producción intelectual de Juan Bosch, fundamentalmente en las áreas de la Literatura y las Ciencias Sociales ha sido valorada de manera positiva por muchos intelectuales alrededor del mundo. En esta oportunidad, abordamos su condición de biógrafo, lo que, a nuestro juicio; le abrió la puerta para convertirse en el gran cuentista social que conocemos y valoramos.
Juan Bosch, como maestro de la Literatura, escribió cuatro grandes biografías: “Hostos el sembrador”, (1939); “Judas Iscariote, el calumniado”, (1955); “Bolívar, biografía para escolares”, (1960); y “David, biografía de un rey”. Los antecedentes de la primera biografía aparecen en “Mujeres en la vida de Hostos”, (1938). Su retrato-semblanza sobre Simón Bolívar lo amplia luego en “Bolívar y la guerra social” y “Simón Bolívar, el de las luchas portentosas.”
Sobre Máximo Gómez, Juan Bosch también escribió “El Napoleón de la Guerrilla” (1976). Publicó biografías informales, entre ellas; “Juan Vicente Gómez camino del poder”, (1982); “Perfil político de Pedro Santana”, (1982); y del dictador Trujillo, en varias de sus obras, en especial en “Rafael Leónidas Trujillo, La carta dominicana”.
En “Mujeres en la Vida de Hostos”, Bosch habla de las mujeres, que de una u otra forma, tuvieron alguna relación con el apóstol panamericanista, lo que dio lugar a “Hostos, El Sembrador”, publicado en Cuba, “después de haber conocido a profundidad las ideas del pensador, “pues le tocó supervisar el traslado a maquinilla de todos los originales de la obra del maestro antillano. Este trabajo le dio a Bosch el privilegio de conocer de forma in extensa el pensamiento de Hostos, además de darle la oportunidad de ponerse en contacto con sus sentimientos y acciones”.
Juan Bosch logra describir a un Hostos lleno de esperanza por alcanzar el ideal que siempre había soñado; pero sobre todo logra enfatizarlo como una persona llena de sentimiento, humildad, coraje y decisión. Dio a conocer “…la parte de la vida de un Hostos que no se veía, la que navegaba bajo la superficie de las aguas, la parte en que se hallaban los sentimientos y las ideas que hicieron de él lo que fue, no lo que hizo,”
En “Judas Iscariote, el Calumniado”, reeditado en nuestro país en 1977, se dedica al estudio de la vida del polémico personaje y de las acusaciones que se le hicieron en torno a su relación apostólica con Jesús de Nazaret.
En el prólogo original, Bosch se preguntaba: “¿Cómo se originó la acusación de traidor contra Judas? O mejor aún: ¿Por qué se originó? ¿Cómo se explica que durante dos mil años esa acusación haya sido aceptada sin un análisis serio? Y es que en esa acusación jugó un papel importante, un factor de índole político, usado instintivamente por todos aquellos que se lanzan a la conquista del poder, ya sea en una sociedad, o en una organización. Cualquier idea requiere ser divulgada en sentido positivo y en sentido negativo, si es que ha de ser impuesta.
El autor se basó en los Evangelios y el Libro de los Hechos de los Apóstoles, para presentar a Judas como un hombre “calumniado” por la historia. Su propósito no es justificar la conducta de ese personaje o buscar pruebas de su inocencia, sino conocer las verdaderas causas de los hechos, y demostrar que de los propios documentos en que se acusa a Judas, surge la verdad sobre su conducta. Se trata de un análisis político que no pretende ser confrontativo con la Iglesia.
Bosch argumenta que los cinco libros analizados por él, fríamente, sin voluntad previa de hallar al discípulo referido culpable o inocente, lo llevan a conclusiones inesperadas: “Judas no traicionó a Jesús, no le vendió, no le besó, no cobró su infamia y por último no se ahorcó”. Atribuye a la acusación de traición un matiz de contenido político “usado instintivamente por todos aquellos que se lanzan a la conquista del poder, ya sea en una sociedad o en una organización”. El autor establece que la primera acusación contra Judas la hace Simón Pedro y que la supuesta traición fue inventada por los celos que despertó la designación del único de los apóstoles que no era galileo. Judas manejaba las finanzas del grupo, y sus compañeros pueden haber pensado que quería encabezar la agrupación y ser el hombre más poderoso de ella. Bosch plantea así la hipótesis de que la acusación a Judas puede haber sido parte de una disputa por el liderazgo.
En el caso de “Simón Bolívar, Biografía para Escolares”, publicado en Caracas en 1960 y que se inscribe en la literatura infantil de Bosch; el Maestro hace una adaptación para los niños de la vida del libertador suramericano, a quien presenta como “un hombre de aciertos y desaciertos, que logra vencer todos los obstáculos para poder alcanzar sus metas”.
Mientras que en “David, Biografía de un Rey”, publicada en República Dominicana en 1963, y para cuya concepción Bosch viajó desde la Habana, al propio Israel a finales de la década de 1950; el autor aborda la vida del Rey David, el célebre rey de los israelitas, de manera amplia y diversa, tanto desde el punto de vista religioso, como político, cultural e histórico. Bosch destaca en su obra que “si David tiene importancia histórica es gracias a que llegó a ser un rey excepcional, el rey que logró la unidad de Israel, el que organizó a su pueblo en Estado e hizo a ese Estado poderoso y respetado”.
Tal y como podemos apreciar, estudiar los escritos biográficos de Bosch, muchos de los cuales no incluimos aquí por razones de espacios, resulta importante, porque nos permiten contextualizar cada episodio de la vida de sus personajes y estudiar con rigor los procesos históricos en los que vivieron.