Hace mucho, aunque me di cuenta hace poco, no estaba segura de lo que significaba sentir, pedí con todo mi corazón enamorarme, y así sucedió. Sólo que no lo supe hasta varios años después. Así aprendí que el formularte una imagen en la cabeza de cómo las cosas deben suceder, no significa que eso sea lo correcto. En entender está frase está el que asumamos bien o mal nuestras fallas y fracasos, incluyendo temas del corazón. Así transcurren las etapas del amor, algunas muy dolorosas, la mayoría, enriquecedoras. Pero sucede que solemos enfocarnos tanto en lo que queremos que sea, que nos perdemos de saborear el momento.
Quizá la etapa que viviste te serviría para darte cuenta de que no te convenía esa situación por más empeño que le pusieras; pero te enfocaste tanto en reforzar algo tóxico que acabaste destruyéndote. O por el contrario, estabas creando experiencias valiosas, pero decidiste resaltar todo lo que no te gustaba y acabaste obviando lo bueno. Quizá te quedaste enganchada en una relación desgastante, pero dijiste, mi familia, mi trabajo, mi religión o mi estatus no permitirían una separación, y decidiste ser medianamente feliz al lado de alguien. O, de repente, sentiste la chispa de la rebeldía del corazón, y te aventuraste a vivir tu momento “come, reza, ama”.
En fin, en algún momento, entre el yo y el nosotros, seguro te “topaste” con una de las etapas del amor. Esta edición promete conectarte con alguna de ellas nuevamente o por primera vez; sea para curar una herida, hacerte conciente o para ayudarte a sentir con un corazón “infantil” otra vez.