Cuando algo es rutinario, se vuelve costumbre, y aunque hay hábitos que se convierten en algo positivo al realizarse como patrón, otros, sencillamente pueden acabar siendo el detonante de situaciones problemáticas. Así es como la rutina, o un encuentro sexual basado únicamente en lo convencional, pueden arruinar hasta la más feliz de las relaciones. Y atención chicos, según la experiencia de la terapeuta sexual y de pareja del Centro Vida y Familia, Virginia Pérez, los hombres son los que más suelen apegarse a la rutina. “Al hombre le gusta ir a lo seguro por temor a algún fallo en la intimidad”, nos expresa. En otras palabras, pueden acomodarse a la forma más sencilla y a veces egoísta, de ellos alcanzar el placer. Así lo reflejan los números. De acuerdo a una encuesta realizada por Salud Nacional y vida social en los Estados Unidos, el 75% de los hombres logra el orgasmo durante el sexo, frente a un 29% de mujeres.
Estabilidad= rutina= desinterés
Las relaciones que se vislumbran como las más estables, también pueden llegar a ser las que se envuelvan con mayor facilidad en la monotonía. “Se puede suponer que el carácter y los gustos de la pareja son invariables, y por lo tanto, el cambio sea imposible”, dice Andrew G. Marshall, autor de Haz el amor como un animal.
Entonces, el primer paso a dar de acuerdo a los especialistas es asumir una actitud abierta al cambio y desinhibida. Es decir, si usted es de los que es muy expresivo durante el acto sexual, intente un encuentro sin palabras. Si quizás es pasivo, intente intercambiar roles e inicie las relaciones. ¿Nunca ha hecho uso de las fantasías? Quizá sea el momento de emplearlas, aunque sean las etiquetadas como cliché, ejemplo; la del paciente y la enfermera. El segundo paso es la comunicación cara a cara con la pareja, donde se describa qué factor novedoso le gustaría incluir como nueva apuesta de placer.
Algo pasa
Una baja en el deseo sexual, el desinterés por la intimidad y evitar por completo los encuentros con la pareja son señales de que el aburrimiento los está arropando.
Aunque el número de encuentros semanales dependerá de qué tan activos sean ambos miembros de la pareja, la especialista expresa que el equilibrio está en tener relaciones al menos dos veces por semana. “Por supuesto, todo variará de acuerdo al estilo de vida, privacidad y disponibilidad que éstos puedan tener”, apunta.
Día a día
Mientras se da el gran paso, los detalles diarios –a veces un poco cursi– pueden ser la apertura idónea para nuevas formas de seducción. No hay que irse al plano sexual para generar un sexo diferente y mejor con la pareja. La sensualidad, el juego amoroso, es también importante. “Puedes dejarle un pedacito de papel pegado al espejo del baño recordándole lo mucho que la quiere o un mensaje de texto inesperado. Estos son pequeños pero valiosos detalles que con la práctica mejoran a largo plazo la intimidad e invitan al hombre a ir saliendo de su zona de confort, apunta Pérez.
Sencillo pero efectivo: Mejor la postura básica
De acuerdo al libro Mejor sexo: acaba con la rutina y mejora tu vida sexual de Elisabeth Wilson, la más sencilla pero positiva modificación de la postura del misionero es la técnica de colocar varias almohadas o cojines debajo de la cadera para elevar la pelvis, pues aumenta la estimulación clitorial.
Para no caer
Dejar atrás algo que ya es costumbre no es imposible. Sólo necesitas tomar la decisión y detener el ciclo. Toma nota:
– No delegues el tomar la iniciativa en tu pareja porque creas que ella no tiene deseos de ti. Muchas veces las mujeres asumen una actitud pasiva cuando el hombre también lo hace, convirtiéndose en un efecto boomerang.
– Incorpora nuevos elementos en los juegos previos, siempre y cuando ambos estén de acuerdo. Las fantasías serán tus grandes aliadas.
– Los masajes eróticos tienen doble efecto terapéutico: ayudan contra el cansancio, además de mantener el deseo activado por mayor tiempo. ¡Empléalos!
– Usa la imaginación. Como dice Elisabeth Wilson en su texto, una buena idea puede cambiar tu vida. Esto también aplica a la creatividad en la alcoba.
– Por lo menos una vez a la semana dedícale tiempo al estar sólo con tu pareja, ya sea que la invites a cenar o ir al cine. Dichos momentos a solas pueden ayudar a que fluya mejor la comunicación logrando compartir con mayor facilidad lo que les agrada cuando están “a puerta cerrada”.