En RD hay 850 parroquias y cerca de mil sacerdotes

Para desarrollar su labor pastoral, la Iglesia católica dominicana cuenta con casi mil sacerdotes diseminados en toda la geografía nacional y atienden las 850 parroquias que existen en el país, sin contar las capillas de los barrios y

Para desarrollar su labor pastoral, la Iglesia católica dominicana cuenta con casi mil sacerdotes diseminados en toda la geografía nacional y atienden las 850 parroquias que existen en el país, sin contar las capillas de los barrios y comunidades. En el 2010, cuando fue celebrado el año sacerdotal, había 950 sacerdotes entre diocesanos y de diferentes congregaciones, pero el número ha aumentado, asegura el padre Francisco Antonio Jiménez, rector del Seminario Santo Tomás de Aquino. De los  casi mil curas con que cuenta el país, el 75% es dominicano, solo el 25% es de otras nacionalidades, principalmente de España.  
¿Ahora hay menos sacerdotes?

Para el padre Jiménez es todo lo contrario y asegura que en el país se ha dado un crecimiento, en los últimos 50 años, como muchos no se imaginan, y pone como ejemplo que años atrás todos los obispos eran prácticamente extranjeros, pero ahora solo hay dos y son auxiliares, los demás son dominicanos y dirigen las diócesis. Los padres diocesanos están al servicio de la diócesis y obedecen al obispo. Mientras que los curas de las órdenes religiosas, dependen de un superior de la orden a la que pertenecen, que, en muchos casos, no tienen su sede en el país.

Un obispo no puede trasladar a un sacerdote religioso al lugar que quiera, aunque esté en su diócesis, sin contar con la aprobación del superior de esa orden, como ocurrió con el padre Rogelio Cruz.

Después de ser ordenados y hacer sus promesas o votos públicos de castidad, obediencia y, algunos de pobreza, comienzan a servir desde una parroquia o capilla. Los que no hacen votos de pobreza o diocesanos, manejan el dinero que ganan con su trabajo y el que heredan de sus familiares. La mayoría de sacerdotes viven solos. En cambio los de la Orden Religiosas, que reciben recursos por impartir docencia en una universidad, colegio; por vender libros o por cualquier otra vía, viven en comunidad y entregan sus ingresos a la orden, la cual se encarga de proveerles lo que necesitan hasta su muerte. El diocesano José Luis Hernández explica que hay sacerdotes que pasan hambre y otros tienen cantidades enormes de recursos. Considera que los sacerdotes no están llamados a tener muchos bienes, solo lo necesario para vivir con dignidad.

Aclara que hace unos años el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, pidió a los sacerdotes bajo su mando que escribieran sus testamentos y depositaran una copia en el Arzobispado para evitar inconvenientes, porque pueden haber casos de parientes que reclamen los bienes de esos padres. Algunos han hecho sus testamentos, pero otros no.

Centros de trabajo

De acuerdo con el código de derecho canónico, canon 515, una parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en la Iglesia que es pastoreada por un sacerdote-párroco bajo la autoridad del obispo.

Las capillas son iglesias más pequeñas, a veces en feligresía e infraestructuras, que dependen de un párroco.

Una parroquia puede tener varias capillas, dependiendo de la extensión del territorio. Las parroquias dependen del  obispo, que, a su vez, pertenece a una diócesis o determinado territorio eclesial. También puede ser un arzobispo que dirige una arquidiócesis, cuyo nombre se le da por importancia histórica o por la cantidad de feligreses que atiende.

“Toda arquidiócesis tiene diócesis sufragáneas, que son las que están en vinculación directa con ella. Por ejemplo aquí tenemos dos arquidiócesis: la de Santo Domingo y la de Santiago. Entonces las diócesis sufragáneas son las que están alrededor, por ejemplo para Santo Domingo todas las que están en el Sur y en el Este, y para la de Santiago todas las de esa zona”, explica el  sacerdote.

En el país hay 11 diócesis titulares más otra castrense y 20 obispos, cuatro son auxiliares, tres en Santo Domingo y otro en la arquidiócesis de Santiago; cinco son obispos eméritos, que son los que se han retirado de sus responsabilidades en el obispado luego de cumplir 75 años, pero no dejan de ser obispos, aunque tienen menos obligaciones. No tienen función específica, aunque algunos pueden encabezar una de las 46 comisiones de la Conferencia del Episcopado.

Otros obispos se retiran y no tienen ninguna función. Los hay que  se dedican a las ayudas espirituales, a dirigir algunas obras particulares. Tienen derecho a tener fundaciones o pueden ofrecer un servicio de dirección de un colegio, ofrecer retiros, escribir  libros o simplemente a descansar.

Reacciones

El derecho canónico y los  obispos piden que el sacerdote diocesano no viva en la opulencia ni tenga recursos superiores a los de los fieles”.
Jose Luis Hernández, cura salesiano

Solo  Santo Domingo tiene casi 400 parroquias que la dirigen sacerdotes, y a veces diáconos, son personas con cierta capacidad para ello”.
Francisco  Jiménez, rector seminario

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