Con el modernismo ha llegado una serie de hábitos dañinos, como el exceso de comodidad y el entretenimiento acelerado. La Internet, las consolas de juegos y celulares inteligentes nos arropan, al punto de desplazar costumbres tan saludables como el juego físico. Crecer en la época del 2.0 es una nueva experiencia, lamentablemente repleta de enfermedades debido a la falta de actividad física en los infantes.
Espacios físicos reducidos, el peligro de las calles y las agendas de estudio agotadoras pueden apartar a los niños de uno de sus derechos inherentes como lo es el juego. La inactividad en un niño es causa de enfermedades tales como: infarto agudo al miocardio, diabetes, hipertensión, trombosis cerebral y osteoporosis, entre muchas otras enfermedades de la edad adulta.
Soluciones
La creciente ola de obesidad infantil ha motivado que muchos padres decidan poner cartas en el asunto. Pese a esto, es prudente saber que los niños necesitan otro tipo de tratamiento a la hora de ejercitarse. Al respecto, Valerin Fernández, propietaria del Gym 4kids, en Santiago, expresa que lo más importante es introducir a los pequeños en hábitos saludables. “Trabajamos desarrollando las destrezas motoras, y a través de eso, el niño fortalece su autoestima, genera más seguridad en sí mismo, aprende a proyectarse ante situaciones distintas y sabe cómo responder ante ellas. También aprende a asumir riesgos de manera prudente”, explica.
Otro factor a combinar es la alimentación. Fernández señala que no es prudente que un niño esté a dieta, ya que al estar en pleno proceso de desarrollo se necesitan todos los nutrientes; sin embargo, se puede crear una alimentación más inteligente. “Nuestra nutricionista se encarga de analizar los hábitos alimenticios de los niños y niñas, y luego les crea una dieta base a las madres para que se guíen y aprendan a poner límites” añade.
Con el surgimiento de gimnasios especializados se hace más fácil para los padres lograr que sus hijos entren en un ambiente saludable y motivador, en donde podrán disfrutar de clases en las diferentes disciplinas físicas y también estarán en un ambiente seguro en donde halla menor riesgo de lesiones.
Si bien es cierto que la idea es que los menores pierdan peso –en caso de necesitarlo– lo principal es que se convierta en un hábito y los mismos niños creen la costumbre de ejercitarse. Sin duda sería la clave para crear adultos más saludable y activos.