Hace unos meses el Despacho de la Vicepresidencia de la República invitó a un conferencista para relatar el éxito de Finlandia. Desgraciadamente no pude asistir a la amable invitación que me hiciera la vicepresidenta doctora Margarita Cedeño de Fernández, pero su Despacho, de una manera que agradezco, me hizo llegar el libro de las 100 Innovaciones Sociales de Finlandia, el cual he agradecido enormemente a nuestra querida vicepresidenta.
Finlandia hace frontera con Suecia al oeste, con Noruega al norte, Rusia al este y Estonia al sur. Tiene una población de más de cinco millones de habitantes. Su industrialización fue lenta permaneciendo como un país agrícola hasta los años cincuenta, pero luego alcanzó un proceso de crecimiento rápido hasta alcanzar un ingreso promedio de su población de cuarenta y seis mil dólares.
Muchas de las experiencias me impactaron positivamente y aprovechando este libro escrito por Ilkka Taipale he decidió escribir una serie de cuatro artículos que espero, de alguna forma, puedan servir para que nuestra sociedad al igual que hicieron los finlandeses pueda erradicar la pobreza y cumplir los objetivos del milenio que son los siguientes:
- El primero es reducir a la mitad entre el 1990 y el 2015 la proporción de las personas con hambre, la proporción de personas con ingresos inferiores a un dólar y conseguir un trabajo digno tanto para mujeres como para jóvenes.
- El segundo es la enseñanza primaria universal, completando el nivel de primaria.
- El tercero es la igualdad de géneros en la enseñanza antes del 2005 y en todos los niveles antes del 2015.
- El cuarto, reducir la mortalidad infantil en dos terceras partes antes del 2015.
- El quinto, reducir la mortalidad materna y el logro del acceso a la salud universal.
- El sexto, combatir sida y paludismo y cualquier otro tipo de enfermedades.
- El séptimo políticas y programas para hacer sostenible el medio ambiente. Reducir a la mitad las personas sin acceso al agua potable. Mejorar las condiciones de vida de los barrios marginales al 2020.
- El octavo y último fomentar la asociación mundial para el desarrollo.
Como podemos ver, prácticamente estamos en el 2015 y estamos muy lejos de cumplir con los objetivos trazados, es por eso que pienso que experiencias positivas como las de Finlandia pueden ser útiles para que podamos si no en el 2015, en el menor tiempo posible combatir el flagelo de la pobreza, la desigualdad y la marginalidad.
¿Qué hizo Finlandia? Mantener una tasa de empleo, impuestos que diferenciaron los niveles de ingreso pero utilizando los mismos de forma adecuada. Crearon el seguro de desempleo del que tanto hemos hablado y nunca hemos hecho nada, sin embargo tenemos altos costos sociales que realmente no benefician a los que menos tienen, creando una carga innecesaria en los que tienen un empleo y reducen la capacidad de crecimiento de una clase media tan necesaria para mejorar la calidad de vida de todos.
Finlandia erradicó la corrupción e incluso ocupa uno de los primeros lugares en el mundo como uno de los países menos corruptos.
Cómo lo lograron, y aquí me voy a permitir citar a Taipale: “El carácter abierto de la administración y el principio extendido de transparencia, la autonomía municipal, la fortaleza de la fuerza policial y del sistema judicial, así como la vigilancia ejercida por los medios sobre los políticos, que al mismo tiempo protegen la libertad de expresión.”
Los medios de comunicación se convirtieron en vigilantes no en analistas ni chantajistas, asumieron la responsabilidad de evitar la corrupción, no utilizaron la libertad de expresión como un medio de coerción ni mucho menos de chantaje.
Hacen énfasis desde la educación para que tanto los policías, los fiscales y los tribunales puedan actuar de forma independiente. Pero sobre todo han dado un apoyo importante a la figura del Defensor del Pueblo.
¿Por qué si Finlandia lo ha podido hacer nosotros no? Tenemos medios de comunicación serios, políticos dedicados a mejorar las condiciones de vida de los demás, policías y jueces entregados, a pesar de los escasos salarios y docentes abnegados. ¿Qué hace falta pues? Para mí, voluntad política y voluntad de todos, porque una sociedad se construye con el aporte de todos y cada uno y aunque no mencionan a los empresarios, estos también tienen una responsabilidad, no solo en generar empleos y pagar impuestos, sino en ejercer una verdadera responsabilidad social.
