Con una cuenta bancaria registrada a nombre de una entidad de beneficencia, un cómplice en la calle y un celular desde su celda en la cárcel de Cotuí, un reo logró organizar una red fraudulenta de “sanes múltiplos” a través de los cuales estafó a alrededor de cinco mil personas con más de 20 millones de pesos en distintos puntos del país.Pero cuando gran parte de las personas afectadas descubrió el engaño de la “sociedad de ayuda mutua” que ideó el recluso Antonio Manuel Cruz ángeles, el lío degeneró en un secuestro de una joven del sector Los Mina, en Santo Domingo Este, por cuyo rescate sus raptores exigían el pago de un millón de pesos.
Esther Castillo Germán, la víctima del rapto, resultó también ser una víctima de la estafa. Ella fue contratada como “promotora” de los “sanes múltiplos”, que consistían en depositar cada día una suma de dinero doble a la anterior hasta llegar a los 30 días, al término de los cuales la persona recibía la cantidad de dinero ahorrada.
Para que mordieran el anzuelo, la persona que llevaba el “san” cobraba con normalidad el primer mes, pero cuando “reengachaba” para un segundo, regularmente con más dinero diario depositado y con más gente inscrita, la red fraudulenta los dejaba “esperando a quien no quedó de llegar”.
Previo a alzarse con el dinero de los chiriperos, la “sociedad de ayuda mutua”, que también ofertaba los servicios de seguros funerarios, sustituía a los “promotores” iniciales por personas vinculadas a la mafia del reo Cruz ángeles, los cuales esperaron hasta el último día del “san” para desaparecer del escenario.
La mafia operaba, principalmente, en barrios marginados del Distrito Nacional, Santo Domingo Este, San Juan de la Maguana, Cotuí y San Pedro de Macorís, entre otras ciudades.
En los sectores La Zurza y Capotillo, por ser habitados en su mayoría por hombres y mujeres chiriperos del Mercado Nuevo de la avenida Duarte, fueron el caldo de cultivo para la expansión de la “sociedad de ayuda mutua”.
En esos dos sectores, Esther encontró cientos de clientes para los “sanes múltiplos”, incluyendo chiriperos haitianos que se ganan la vida vendiendo por las calles frutas de estación o tarjetas telefónicas prepagadas.
Cada día la cuenta bancaria de Cruz ángeles recibía miles de pesos en depósitos. él, a través de su celular número 829-421-0212, sabía incluso el monto depositado por sus “promotores”, los cuales eran contratados por un tal Domingo, sindicado como pieza clave en las operaciones fraudulentas del grupo.
A juzgar por los “promotores” reclutados, Domingo es un hombre que “vende ideas comunitarias y cooperativistas”. Al menos, con esa imagen incursionaba en reuniones de los barrios haciendo hincapié “en la necesidad de ahorrar que debe tener la gente en tiempos de crisis”.
El secuestro
Cuando en La Zurza y Capotillo la estafa de los “sanes múltiplos” abarcó a decenas de sus moradores, mucha gente reaccionó indignada y más de uno de los afectados trató de establecer contacto con los “promotores”, a quienes responsabilizan de la estafa.
En realidad, los “promotores” eran las únicas personas visibles. Domingo, el cómplice del reo Cruz ángeles, hacía tiempo que había desaparecido de las inmediaciones y se había marchado a otros lugares, incluyendo a San Juan de la Maguana, a poner en movimiento otra orquestación fraudulenta.
En realidad, la mafia actuaba en dos y tres lugares a la vez. Justo antes de cumplirse el segundo mes para la entrega del “san”, la red se marchaba del lugar.
Danilo Reynoso Soto, alias Pío, y su mujer Juana Guzmán, junto a las haitianas María y Linda Joseph ubicaron el 26 de octubre la vivienda de Esther Castillo y al día siguiente, en compañía de Evelyn, Yomaira,Yulida y Dadá, ésta última también de nacionalidad haitiana, secuestraron a la joven y la trasladaron en un bote a la ribera oriental del río La Isabela, donde la mantuvieron por varios días hasta que apareciera la cantidad de un millón de pesos que el grupo demandaba por el rescate.
Fue entonces cuando entró en acción la Unidad Antisecuestros de la Policía Nacional, alertada por la denuncia de Jacinto de los Santos, alias “El Peregrino”, quien recibió una llamada de su amiga Esther, enterándole de la situación por la que atravesaba.
El grupo dio un plazo de 48 horas para que la familia de la secuestrada buscara el dinero, mientras los investigadores interceptaban las llamadas de los raptores.
A las doce del mediodía del 29 de octubre pasado se convino, en una operación dirigida por la Policía, en que “El Peregrino” entregaría en un sobre manila color amarillo la suma exigida por los secuestradores. El sobre y el color era la seña para identificar a la persona que llevaría el dinero a la intersección de las calles Duarte y Pedro Livio Cedeño, donde, al efecto, fueron apresados dos de los raptores.
Danilo y Linda Joseph no tuvieron reparos en admitir su participación en los hechos, pero negaron que tuvieran en su poder a la joven secuestrada.
Horas después de los primeros arrestos, en el barrio El Túnel del sector Capotillo, se llevó a cabo la operación que culminó con la liberación de Esther y el apresamiento de Linda y María Joseph. Los demás implicados en la acción de secuestro fueron identificados sólo por los apodos de Yomaira, Eveyn, Yulisa y Dadá, inmigrantes haitianas residentes en la calle Dr. Betances del sector Capotillo, y fueron declaradas prófugas.
A cada una de las cuatro personas acusadas del secuestro, se les impuso tres meses de prisión preventiva en la cárcel de Najayo, una decisión que las organizaciones comunitarias del sector Capotillo considera abusiva y arbitraria, alegando que los imputados actuaron de manera desesperada tras ser estafados con los “sanes” del reo Cruz ángeles.
Protagonistas
Antonio Manuel Cruz ángeles
Guarda prisión en la cárcel de Cotuí, desde donde organizó una entidad encubierta en una supuesta “sociedad de ayuda mutua”, la cual registró legalmente y a cuya cuenta era depositado el dinero producto de la estafa.
Esther Castillo Germán
Por ser “promotora” de los “sanes múltiplos”, a través de los cuales fueron estafadas decenas de personas en los barrios La Zurza y Capotillo, fue objeto de un secuestro por parte de personas que se consideraron engañadas.
Danilo Reynoso Soto
Residente en el sector La Zurza, es uno de las personas víctimas de la estafa, pero la Policía lo sometió a la justicia acusado de secuestro junto a otras tres mujeres, incluyendo a su concubina y dos haitianas.
Juana Guzmán
También estafada con los “sanes múltiplos” de la denominada “sociedad de ayuda mutua” del reo Cruz ángeles, fue sometida a la justicia tras ser acusada de participar en el secuestro de la joven Castillo Germán.