Los términos empleo y trabajo son sinónimos, ciertamente se utilizan en el mismo contexto en una frase, para expresar una idea o simplemente para referirnos al lugar al cual acudimos cada día por ocho o más horas, donde pasamos la mayor parte de un día laboral compartiendo con personas que no son nuestros familiares, pero con los que convivimos como una familia.
Con ellos lloramos, reímos, compartimos el almuerzo, un café. Esas cosas que por falta de tiempo no podemos hacer con nuestros familiares, pues algunos no podemos volver a la casa hasta tanto no terminemos nuestra jornada.
Es común ver en cualquier centro de trabajo cómo, poco apoco se van reuniendo los compañeros en torno a alguno o alguna que tiene algún problema o está atravesando por alguna situación difícil. Las muestras de solidaridad en el lugar donde laboramos están a la orden día; y aunque realmente no todos son muy sinceros, en el momento ayudan.
Lo que pasa es que la gente cuando suele hacer juegos de palabras, diferencia el trabajo del empleo, y afirman que no son lo mismo. En realidad, es la connotación con que digamos la palabra.
Esto así porque cuando algo nos da mucha dificultad, decimos que nos está dando mucho trabajo. Cuando atravesamos por situaciones duras, de carencias y necesidades, decimos que estamos pasando trabajo. Quizás por eso, el término suena y se asume como algo duro, no así con la palabra empleo, la cual supone una posición distinta.
Tanto es así, que quienes realizan las funciones pesadas, poco o muy mal remuneradas, afirman que tienen un trabajo. Sin embargo, dicen de aquellos que desempeñan sus funciones en otras condiciones que éstos tienen un empleo.
Fuera del tipo de tarea que se realice y del entorno en el cual se desempeñe, es bueno contar con un empleo; es una bendición en un país con un elevado índice de desempleo.
Así es que, sea lo que sea, empleo o trabajo es nuestra obligación realizarlo, y si vamos a pasar tantas horas en un mismo lugar tratemos de adaptarnos y cuando las cosas se tornen insoportables, no viene mal un paseíto, tomar un respiro y regresar a laborar, que para eso nos pagan. l