Durante todo mayo se celebra en Estados Unidos el Mes de la Sexualidad, un período en el que se promueven iniciativas educativas en ese sentido. Este “festejo” nos ha llevado a preguntarnos: ¿Dónde se educan nuestros niños y adolescentes en lo referente a la sexualidad?
En República Dominicana, hablar de sexo en casa es un tema prácticamente tabú. La situación se ha vuelto generacional: si los padres nunca escucharon hablar del tema, difícilmente sabrán cómo hacerlo con sus hijos. Y así ha crecido como una especie de monstruo, un problema cuyas consecuencias sociales está costando erradicar.
Datos que alertan
Un estudio sobre adolescentes embarazadas, realizado por Profamilia/Cenismi y UNFPA, en el 2011, destaca “que una mejor educación o mayores grados de educación formal, han sido asociados a la reducción de embarazos a temprana edad”. Éste es sólo uno de los grandes problemas identificados por dicha institución estatal, en lo referente a la conducta sexual en los adolescentes.
Pero otros aspectos con tasas preocupantes en este segmento poblacional son las enfermedades de transmisión sexual, abortos y abandono de los hijos, por sólo mencionar algunas de las secuelas de una vida sexual irresponsable, iniciada a temprana edad y con la carencia de una correcta educación sobre el tema.
Un tema importante
“La sexualidad sigue siendo un tema tabú y estoy muy preocupada por la ligereza con la que mucha gente habla del tema en los medios sin ser sexólogo. Esto sólo afecta a la población, que se desinforma más y como consecuencia no sabe manejar las situaciones”, comenta la Dra. Ana Simó, psicóloga y terapeuta sexual y familiar.
Simó inició desde hace tres años un proyecto llamado “Educar en sexualidad es amar”, en el que se traslada a diferentes lugares (liceos, iglesias, comunidades…) donde se requiera ayuda de un profesional para tratar temas de sexualidad, y otros como el manejo del abuso, la prevención, el autoestima y cómo educar a los hijos al respecto.
El Estado también ha entendido que la instrucción es más efectiva que la corrección. Desde el 2001, el Ministerio de Educación de la República Dominicana, ha impulsado el Programa de Educación Afectivo Sexual (PEAS), con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), “basado en los enfoques de educación sexual integral y en las habilidades para la vida”.
Además de incluir la educación sexual en el currículo regular, el objetivo de este programa es “promover el desarrollo integral de la sexualidad en los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos a través de procesos educativos que les permitan desarrollar valores, actitudes y normas de relaciones sociales saludables, para manejar de forma efectiva los riesgos psicosociales”, según se describe en el marco del PEAS, revisado en el 2012 por la Dirección de Orientación, Psicología y Atención a la Diversidad del Ministerio de Educación.
El dilema
El dilema es que muchos padres tienen la idea de que hablar de sexualidad a los hijos es motivarlos a iniciarse en la vida sexual, y evaden el hecho de que si no lo hacen, alguien más lo hará. “La desinformación sólo conlleva a los hijos e hijas a seguir buscando por otras fuentes lo que en casa no se habla”, agrega Simó.
“Los padres deben adaptarse al ciclo evolutivo en que se encuentran sus hijos. En base a éste los niños, niñas y adolescentes demandarán el tipo de información que se debe brindar. Hablar de la sexualidad debe ser un tema natural, claro y preciso. Que no sea tocado con ansiedad ni nerviosismo, ya que es parte de nuestra naturaleza. Y se debe dialogar desde el plano físico hasta el emocional”.
¿Cuál es la edad correcta?
“Muchos expertos creen que los niños están listos para hablar de sexo concretamente entre los 8 y los 12 años. A estas edades el objeto de las conversaciones es saber. A partir de los 12, el objeto debería pasar de ser el de saber para ser saber hacer”, dice Jack Griffin, en su libro “Qué Decir, Cómo y Cuándo”.
No obstante, desde edades más tempranas puede aprovechar cualquier ocasión para hablarles del cuerpo, el pudor, el compromiso familiar, la lealtad y el amor. Con estos temas irá creando los cimientos de una concepción más responsable y sana de la sexualidad.
Educar según la edad
Todas las edades van a requerir alguna información sobre sexualidad. El sexo o acto sexual es sólo una parte de ésta, por lo que la Dra. Simó recomienda:
Del nacimiento a los 2 años: se interesan por explorar las partes del cuerpo (incluyendo los genitales), experimentar placer genital, aceptar como positivo o negativo su propio cuerpo y aprender algunas conductas de niños o niñas (género).
De los 3 a los 6 años: saben con certeza a qué sexo pertenecen (biológicamente), tienen curiosidad por el sexo contrario y quieren verlo, hacen preguntas sobre su origen, observan e imitan las conductas sexuales de los adultos y realizan juegos sexuales de roles (besos, caricias, abrazos, etc.).
De los 6 a los 8 años: siguen con los juegos de roles de connotación sexual, añaden las caricias personales, tienen curiosidad por el embarazo y nacimiento, interés en desarrollar relaciones de amistad con el propio sexo y tener una orientación sexual básica.
De los 9 a los 12: inicia la pubertad, búsqueda de la privacidad, enamoramiento, masturbación, apego a los amigos del propio sexo, tener fantasías sexuales, ideas claras de su identidad sexual y de lo que es la masculinidad o feminidad.
En la adolescencia: se debe tomar en cuenta los cambios físicos y madurativos, crisis de identidad sexual, curiosidad y fantasías sexuales, masturbación, establecimiento de nuevas relaciones con personas del sexo opuesto.
Ya en la adolescencia es buena técnica que los padres le hablen de algunas de sus experiencias, miedos, curiosidades de cuando estaban en la misma edad de sus hijos o hijas. Conversar con ellos y ellas desde la etapa de los cambios corporales, las primeras experiencias de enamoramiento, hasta los sentimientos y emociones intensas que se pueden vivir.
Enséñeles a tomar sus decisiones
Hablar de sexo asociado a los valores, permitirá a sus hijos tener confianza en sus propias decisiones y asumir su sexualidad con responsabilidad. Tenga en cuenta lo siguiente:
- Mencionar desde el plano físico, reproductivo hasta el plano emocional.
- Hablar en base a valores como: igualdad, responsabilidad, equidad y confianza.
- Educar que el sexo debe ser consensuado y que se deben respetar los límites de los demás.
- Reconocer que pueden haber personas con criterios, gustos y experiencias diferentes.
- Enseñar que ellos tiene derecho a decir que NO, en cualquier circunstancia y a cualquier persona.