El 27 de marzo se celebra el Día Mundial del Teatro y es la misma fecha marcada en el calendario dominicano para festejar el teatro criollo. En sus investigaciones, Marcio Veloz Maggiolo ha establecido que “el verdadero teatro dominicano comenzó luego de la Independencia Nacional”.
En los archivos nacionales no aparece ningún registro de actividad teatral, salvo algunas realizadas en el siglo XV, pero luego hubo un largo receso hasta que se presentaron otras en el siglo XIX. Para algunos entendidos, el teatro dominicano inició luego de la Independencia Nacional, pero, sin embargo, diferentes autores explican que durante la ocupación haitiana, en especial en los últimos años, comenzaron a producirse expresiones artísticas, que podrían considerarse como los primeros pasos del teatro en el país.
Las primeras obras teatrales se vieron influenciadas por las actividades de los patriotas que luchaban por lograr la independencia. De hecho, la sociedad “La Filantrópica”, surgió para la realización de actividades teatrales. Esta sociedad compuesta por los mismos miembros de la Sociedad Secreta La Trinitaria, llegó a presentar tres obras de teatro, todas de carácter patriótico.
Las tres obras presentadas por La Filantrópica, a juzgar por la apreciación de los críticos, carecían de valor artístico, por lo que en sí no se consideran como teatro, pero puede considerarse como los primeros pasos en esa área.
Es en la primera mitad del siglo XIX cuando aparece el llamado teatro de Los Trinitarios, con fines políticos.
Los trinitarios eligieron las obras de Alfieri y Martínez de la Rosa. “Roma Libre” y “La Viuda de Padilla”, así como, “Un día del año 1823 en Cádiz”, de la autoría de Eugenio de Ochoa. Obras que describen en sus escenas la situación por la que atravesaba el pueblo dominicano bajo la dominación haitiana.
El día 27 de marzo fue declarado en 1980 por el presidente Antonio Guzmán, como “Día del Teatro Dominicano”, en reconocimiento al trabajo de los actores, actrices y dramaturgos que han dedicado sus vidas a la representación teatral.
Desde los inicios de nuestra historia aparecen manifestaciones artísticas escenificadas, como fueron los areítos, mitotes y taquis, que eran representadas por los aborígenes. Según el escritor Marcio Veloz Maggiolo, en el teatro dominicano se registran dos grandes épocas. Explica que entre 1920 y 1945 las obras que se presentaban en su mayoría eran extranjeras, realizadas por actores extranjeros. En 1946 comienza la segunda gran época del teatro dominicano y se prolonga hasta nuestros días.
Primera época
En esta etapa, es bueno recordar a quien es considerado como el primer autor de teatro criollo, Félix María del Monte (1819-1899). Poeta y orador. Sus primeras obras fueron presentadas en el Teatro La República.
Su primer gran trabajo, titulado “Duvergé”, fue escrito en honor al patriota Antonio Duvergé, quien fue asesinado por Pedro Santana.
Félix María del Monte escribió esta obra con la intención de criticar y condenar el crimen.
Entre sus obras más famosas podemos citar: “El Mendigo de la Catedral de León” y “El Premio de los Pichones”. La última obra de Del Monte, la zarzuela titulada “Ozema o La Virgen Indiana”.
En este periodo se destacan también, Javier Angulo Guridi (1816-1884), poeta y periodista. Nacido en Cuba, era hijo de una familia dominicana que había emigrado a esa isla. Guridi, inmortalizó su nombre con su obra cumbre, titulada “Iguaniona”, en la que deja ver su odio hacia la dominación española.
Otro autor, cuyas representaciones desfilaron por el Teatro La República, fue el poeta Arturo Pellerano Castro. Pellerano Castro escribió el drama en versos “Fuerzas Contrarias”, que trata sobre el descubrimiento de América.
Ulises Heureaux (hijo del dictador del mismo nombre). Estudió en Francia. Es considerado como el más destacado escritor teatral de la primera época. Escribió muchas obras que fueron representadas con gran éxito.
Algunas de sus obras más sobresalientes son: “El Grito de 1844”, (drama patriótico). “El Jefe”, “La Fuga de Clarita” y “La Muerte de Anacaona”.
Rafael Damirón escribió “Una Fiesta en el Castine” y “Los Yanquis en Santo Domingo”. Recibió la cooperación de Arturo Logroño. El último autor teatral de la primera época fue Bienvenido Gimbernard. Escribió obras cómicas.
Segunda época
En 1944, en plena Era de Trujillo, se funda el Teatro Escuela de Arte Nacional (TEAN), ahí se formaron los principales dramaturgos nacionales y con la apertura de esta entidad se despertó un gran interés por el teatro.
En la actualidad, los principales autores teatrales son: Franklin Domínguez, considerado como una de las principales figuras del teatro dominicano. Estudió teatro en los Estados Unidos y sus obras fueron premiadas en 1952 y 1957. Domínguez escribió “Espigas Maduras”, en honor a los héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo. Domínguez tiene el mérito de ser el que más obras teatrales ha escrito de todos los egresados del TEAN.
El poeta Héctor Incháustegui Cabral, escribió “Prometes”, en honor a los héroes antitrujillistas, Otras de sus obras son: Éxodo, El Vuelo de la Paloma, Hombres y Relojes, El último instante, Bailemos ese tango y otras. Héctor Incháustegui Cabral escribió otras tres obras de inspiración griega: Prometeo, Filoctetes e Hipólito. En las que retrata la fuerte represión y el terror de la Era de Trujillo. La misma línea que tiene su guión de cine, titulado “La Silla”.
Otros autores teatrales de la época contemporánea fueron Manuel Rueda que escribió “La Trinitaria Blanca” y “Entre Alambradas”. Rueda era músico, pianista y poeta. Máximo Avilés Blonda estrenó la obra, “La Otra Estrella en el Cielo”, también era poeta y autor; Iván García, se ha dedicado más de lleno al trabajo teatral, es autor de “La Fábula de los Cinco Caminantes”.
También durante la época colonial
De acuerdo a un trabajo, sobre la Cronología del Teatro Dominicano, escrito por Carmen Heredia de Guerrero, “la primera representación teatral en nuestro país, desde la perspectiva griega, tiene lugar en la Catedral de Santo Domingo el 23 de junio de 1588 en ocasión de las festividades de Corpus Christi, cuando los estudiantes del Colegio Universidad de Gorjón llevan a escena el Entremés de Cristóbal de Llerena De Rueda.
El Entremés se sitúa en la defensa de los aborígenes al censurar la violencia de las autoridades de la Colonia, que provocó la ira de los oidores y la expulsión de la isla del propio Llerena. El Entremés recoge “el latido débil del arte moribundo de nuestros primeros pobladores”.
De acuerdo con este estudio, durante los siglos XVII y XVIII la actividad teatral en la Colonia no fue significativa. En esos años surgió un teatro religioso muy vinculado a lo litúrgico y un teatro más inclinado hacia lo profano. Estas manifestaciones se basaban en costumbres, expresadas con cantos, bailes, pero con un pobre contenido dramático.
Historia
En el año 2009, el productor y director Jimmy Sierra realizó el primer documental sobre la Historia del Teatro en el país”.
Producción nacional
La obra costumbrista más representativa es “Alma Criolla”, de Rafael Damirón, y “La Criolla”, de Mélida Delgado Pantaleón.
En la Era de Trujillo
En los primeros años de la Era de Trujillo la actividad teatral se ve disminuida. Aparece el grupo de teatro del Instituto de Señoritas Salomé Ureña”.