Fue una vez un astronauta y un neurocirujano, muy reconocidos, quienes se encontraron dialogando y luego comenzaron a discutir. Mientras opinaban sobre la existencia de Dios, de forma muy personal y acalorada, el astronauta argumenta: tengo una convicción, no creo en Dios, he estado en el espacio varias veces y nunca he visto ni siquiera un ángel.
¡Entonces el neurocirujano sorprendido, disimuladamente mientras piensa unos instantes, le comenta: bueno, por mi parte puedo decirte que he operado muchos cerebros y nunca, nunca he visto un pensamiento.
¡Jesús es la diferencia entre creer o morir, amar y querer, ser o estar, conocer o saber. Mientras sus ojos desfallecían en la cruz, el alma ciega de la humanidad despertó a la vida eterna!