Uno de los factores que más retrasa el desarrollo humano sostenible es la desigualdad de género. Para el año 1990 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) inicia la formulación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODMs), incluyendo como un punto independiente la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres con el propósito de promover la igualdad y autonomía de las mujeres como medio para contribuir a la erradicación de la pobreza extrema, el hambre y la desigualdad.
Sin lugar a duda que para lograr éxito en la lucha contra la pobreza, la desigualdad, y el desarrollo sostenible, resulta imprescindible lograr la igualdad plena entre hombres y mujeres.
La Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible, celebrada en Rio de Janeiro, en el año 2012, ratificó que las mujeres tienen funciones centrales y transformadoras en el desarrollo sostenible, por lo que la igualdad de género debe ser una prioridad en áreas como la participación y el liderazgo económico, social y político.
Me detengo a puntualizar que en el año 2012, América Latina y el Caribe cerraron en un 69% su “brecha de género”, según el informe que publicó el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). En el caso de Latinoamérica y el Caribe, el documento destaca los buenos resultados en educación y en salud.
La ONU considera que en todas las regiones en desarrollo se están eliminando las disparidades en la matrícula estudiantil de niños y niñas; en tanto que en el aspecto político para enero de 2014 había 46 países en los que el 30% de parlamentarios eran mujeres. Actualmente hay más mujeres al frente de los Ministerios considerados duros como Defensa, Relaciones Exteriores, Medio Ambiente. También tenemos presidentas en varios países, entre los que sobresalen Chile, Brasil y Argentina; pero la disparidad sigue siendo muy extendida, con techos de cristal demasiado vulnerables para las mujeres en los niveles más altos, según nos lo muestra el Mapa 2014 de las Mujeres en Política, lanzado por la Unión Interparlamentaria (UIP) y ONU Mujeres.
En el Poder Ejecutivo, el porcentaje de mujeres en puestos ministeriales ha alcanzado el 17.2%, frente al 16.1% en 2008. En enero de 2014, había 36 países con el 30% o más de mujeres ministras, encabezando Nicaragua la tabla global de ese segmento poblacional en el Poder Ejecutivo, seguida por Suecia, Finlandia, Francia, Cabo Verde y Noruega.
Los datos sobre las mujeres en política muestran avances. Según datos de la UIP el porcentaje de mujeres parlamentarias se encuentra ahora en un nivel récord de 21.8% a nivel mundial, con un número creciente cada año. También hay 46 países con más de 30% de parlamentarias en al menos una cámara, frente a 42 países en enero 2013.
Desde 2012 el número de mujeres Jefas de Estado o Jefas de Gobierno ha disminuido ligeramente de 19% a 18%. América es la región con el mayor número de mujeres en el nivel político más alto, con cinco Jefas de Estado o Jefas de Gobierno. El Pacífico es la única región que no cuenta con mujeres en estas posiciones.
El porcentaje de mujeres Presidentas de Parlamento apenas ha aumentado del 14.2% en 2012 a 14.8% en 2013. En comparación, el porcentaje de mujeres Vicepresidentas de Parlamento es significativamente mayor, de 26.5%, lo que sugiere que este es a menudo el techo de cristal para las mujeres parlamentarias.
América cuenta con el mayor porcentaje de mujeres Ministras con 22.9%, seguida de África con 20.4%, Europa 18.2%, aunque los países nórdicos tienen un 48.9%, el Pacífico 12.4%, Asia 8.7% y la región árabe 8.3%.
Todos los países de África y América tienen por lo menos una mujer en una posición ministerial. La República Dominicana que tiene varias y acaba de elegir a una presidenta del Senado que fungirá además como Presidenta de la Asamblea Nacional, por primera vez en la historia de nuestro país. Sin embargo, hay que reconocer que a nivel general, los dominicanos estamos lejos de cumplir los compromisos, ya que el porcentaje de mujeres legisladoras se sitúa en 19.7%, y un 3.1% en el Senado; las mujeres Ministras son un 14.3% y un 9.7% Gobernadoras.
El promedio mundial de mujeres en el parlamento ha registrado un aumento anual de 1.5% alcanzando el 21.8% al año 2014.
América mantiene su liderazgo como la región con el promedio más alto de mujeres parlamentarias de 25.2%, mientras que el mundo árabe ha sido testigo del mayor aumento regional, pasando de 13.2% a 16%.
Un progreso constante continúa en África y Europa (de 2.1 y 1.4 puntos porcentuales respectivamente, a 22.5% y 24.6%. Asia y el Pacífico se redujo 18.4% y 16.2%.
Tal y como afirmara ONU-Mujeres en uno de sus últimos informes, pese a grandes logros, la desigualdad de género es todavía uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Alimentada por una discriminación profundamente arraigada contra las mujeres y niñas; es dañina y costosa, pues interrumpe el progreso económico, menoscaba la paz y limita la calidad del liderazgo. Su eliminación debe ocupar un lugar relevante entre las metas mundiales y nacionales.