El respeto al derecho de propiedad inmobiliaria ha sido históricamente garantía de la paz pública en República Dominicana y en otras naciones, así como promoción para la inversión e instrumento de desarrollo y de bienestar económico.
También es motivo de violencia y hasta de muertes de quienes luchan por mantener o conseguir un solar, una parcela o pedazo de tierra donde vivir y producir como lo establece la Carta Magna.
El numeral dos del artículo 51 de la Constitución establece que: “El Estado promoverá, de acuerdo con la ley, el acceso a la propiedad, en especial a la propiedad inmobiliaria titulada”.
Los conflictos por el reclamo de propiedades son históricos y en algunos casos han causado enfrentamientos con saldos de muertes de algunos miembros de familias u organizaciones.
Una muestra fue la muerte de tres personas y las heridas graves causadas a otras cinco, durante un enfrentamiento a tiros y machetazos en julio del pasado año, por la disputa de dos consorcios azucareros que reclaman la propiedad de unos terrenos en el Batey Alemán de San Pedro de Macorís.
También las heridas causadas a trece personas en octubre del pasado año, incluido el diputado Juan Hubieres y un mayor de la Policía Nacional, en un enfrentamiento durante el desalojo de un grupo que mantenía una disputa entre el cabildo y particulares por unos terrenos en el sector Brisas del Este, en Santo Domingo Este.
En algunos casos, las tragedias son generadas por ocupaciones motorizadas por negociantes, personas y entidades como oficinas de abogados que ubican terrenos del Estado y privado, organizan a grupos sin casas ni parcelas y ocupan los terrenos.
Durante años se ha denunciado a bandas que sacan provecho de la situación promoviendo las ocupaciones para luego vender parte de los predios invadidos.
Caso Zona Colonial
Fideligna Cáceres es una de las afectadas. Tiene propiedades inmobiliarias en la Zona Colonial, pero no sabe qué hacer con personas que han ocupado por décadas sus propiedades valiéndose de títulos falsificados, de financieras mal dirigidas que adjudican falsa hipotecas colocando a los legítimos propietarios como los invasores.
Afirma que logran falsos decretos constitucionales, poniéndolos en manos del Estado y de personas privadas, alterándole las escrituras, basándose en acción y obligaciones que caen dentro de la comunidad matrimonial y muchas veces diciendo que pertenecen a los Vicini para apoyarse en un amparo.
“Eso ocurre mientras verdaderos propietarios, con sus derechos asentados en su genealogía de propiedad en el Registro de Títulos, por muchos años no han disfrutado de lo que les pertenece”.
El Proyecto de Estrategia Nacional de Titulación de Inmueble, que someterá el presidente Danilo Medina al Congreso Nacional, no se refiere a las bandas de invasores existentes que se dedican a ocupar espacios públicos, propiedades estatales y privadas.
El valor sentimental de la tierra
César Bienvenido Martínez nació en la comunidad de San José de Ocoa y para él las tierras que heredó de sus padres y las que ha comprado están por encima del valor económico porque son el fruto del sacrificio de sus padres.
Aunque dice que no se opone a vender, pero en caso muy necesario, lo pensaría porque su vida son esas tierras, en ellas se crió y de ellas ha sacado los recursos para mantener a su familia.
“Esa tierra no es fácil venderla, mejor compro…son importantes y necesarias porque uno tiene ese amparo. Yo soy amante a la tierra y lo que uno hereda de su papá como que no es fácil zafarse de eso”, dice.
De la vista gorda
El agrimensor Luis González, gerente de la empresa “Norte Topográficos, SRL” considera que ante la problemática de invasión de tierra, el Estado ha auspiciado esos hechos, o se hace de la vista gorda, lo que ha traído como consecuencia la inseguridad jurídica de los terrenos registrados y los que no están registrados.
Entiende que el Estado debe facilitar a los propietarios de los terrenos invadidos los medios para que puedan recuperar sus propiedades. Está de acuerdo con el proyecto de titulación que anunció el presidente Medina.
Disputa por la tierra: más allá de lo nacional
Los conflictos históricos por la tierra no han sido una lucha exclusiva de la sociedad dominicana, sino que la acción trasciende al ámbito internacional. Fue el enfrentamiento entre policías y campesinos que reclamaban tierras y que dejó un saldo de 17 muertos, lo que finalmente causó la destitución del presidente paraguayo Fernando Lugo.
Acompañar a los campesinos en sus reclamos por el derecho a la tierra, en El Salvador, le costó la vida a monseñor Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, quien durante la celebración de una misa el 24 de marzo de 1980 fue baleado por opositores a su lucha.
Conflictos por la tierra también han ocurrido en Venezuela, Bolivia, Honduras y otras naciones de América Latina.
Usucapión
Es un medio de adquirir o de extinguir una obligación, por el transcurso de cierto tiempo.
Saneamiento
En el caso de la tierra es demostrarle al Estado el derecho de propiedad que se tiene del inmueble.
