“Cuando uno es joven suele estar lleno de inseguridades. He descubierto que esta es la etapa de mi vida en que mejor me he sentido. Estoy consciente de mi cuerpo, de lo que quiero; y adicional, tengo el mismo ánimo que a los 20”. Es increíble cómo la beldad graduada de Consultoría de Imagen en el FIT (Fashion Institute of Technology), de Nueva York, logra maniobrar entre todas sus facetas y disfrutarlas a plenitud. Para ella, la clave está en la organización y en hacer lo que te hace feliz. “Hay un trabajo o vocación para cada personalidad. Yo encontré el mío”.
P ¿Cuáles son esos complejos que debiste esquivar? Sufrí de bullying en mi adolescencia por ser muy alta. Y el tema de la cicatriz de mi operación del corazón abierto a los 11 años también me atormentaba. La realidad es que nunca me sentí tan acomplejada por la cicatriz. Nunca me importó hasta que entré en el mundo de la belleza; buscaba la forma de ocultarla. Después entendí es una marca que me recuerda que soy vencedora. Ahora nunca la maquillo.
P Cuéntanos de tu faceta de Miss. Cuando entré al Miss República pensé que el proceso iba a ser más fácil. Tenía la idea errónea de que todo se resumía en ser bonita, modelar y sonreír. La gente no sabe el trabajo que requiere estar allí hasta que uno está adentro. Una reina tiene que aprender a desenvolverse sola. Además, aprendí a exponer áreas de mi rostro y mi cuerpo que nunca consideré bonitas. También me enseñó a disciplinarme, a levantarme temprano; fue una buena escuela.
P ¿Crees que debido a tus rasgos, que se acercan a nuestras raíces taínas, has perdido la oportunidad de trabajar con ciertas marcas? Lamentablemente así es. Entiendo que hemos progresado bastante, pero la realidad es que he sentido esa discriminación que se ve mucho en el mundo de la belleza y la moda.
P ¿Es necesario tener una imagen correcta para triunfar? Actualmente la imagen es muy importante. Entonces sí, hay que vestirse de lo que uno es. Tu sola presencia, a través de tu imagen, dice a los demás hasta dónde quieres llegar y qué quieres que ellos vean de ti.
¿Qué encontramos en tu estuche de maquillaje?
Muchos pintalabios. Estoy obsesionada con Twig de Mac, un labial en tono marrón que va un poco a rosa; es una opción para el día a día.
P Además, de todas las ramas de tu trabajo en las que te desenvuelves, también eres madre a tiempo completo. ¿Cómo logras mantenerte tan bien y además sacar tiempo para tus pasiones y tu familia? No es fácil, pero todo es cuestión de organizarse. Tomo 20 minutos para arreglarme diariamente. Tengo una técnica, y es que dejo la ropa de la semana en un ropero y ya no tengo que pensar en eso. En un día hago las combinaciones, y ya luego me las voy poniendo. Saco tiempo para hacer ejercicios y me alimento bien, y eso me ayuda a sentirme bonita sin la necesidad de ponerme muchas cosas.
P ¿Cómo te cuidas la piel? Soy bastante indisciplina. Pero nunca me falta el jabón Effaclar de la Roche Posay. Me desmaquillo con los wipes de mis hijos (risas): Soft & Gentle, de Pampers. ¡Lo máximo!
P ¿Haces algo para conservar tu cabello largo? Siempre lo he llevado así, me crece bastante. Lo que nunca he tenido es mucha cantidad, así que busco productos que aporten volumen. Uso uno de Sebastian, Thickefy Foam. Me lavo la cabeza, dejo que se seque al aire, y luego lo aplico. Tengo otro que es de Tigi, que es también para generar volumen.
P Llevas el efecto de coloración Ombré, que puede maltratar mucho la hebra. ¿Cómo haces para cuidarlo? Sólo voy al salón a teñirme y trato de cortar mis puntas regularmente. Casi no me paso el blower. En general, mi cabello lo cuido yo. Sé que hay quienes no tienen el tiempo de hacerlo, y por eso acuden a ayuda profesional, pero en mi caso, cuidarlo yo misma es lo que me ha funcionado para mantenerlo en buen estado.
P ¿Inventas con los nail arts?
En cuestión de uñas soy muy clásica. Me hago nail arts de vez en cuando; no soy muy de flores y colores estridentes.
P Hay quienes tienen en su mesita de noche un ritual para la belleza. ¿Tienes tú algo en especial sobre ella?
Siempre tengo un vaso de agua. Desde que me levanto lo tomo. Es un ritual de salud más que de belleza.