Los empresarios quieren “reducir el gasto del Gobierno”, “eliminar las exenciones fiscales”, “reducir las empresas informales” (Asociación de las Empresas Industriales de Herrera); y cuatro economistas hablando casi sin decirlo por CONEP “reducir gastos, exenciones y deuda pública “.
¿Eso qué significa? ¡Dejar vigente modelo fiscal regresivo!
El PLD ha gobernado para lograr estabilidad y crecimiento macroeconómico. Desde 1996 hasta la fecha el Producto Interno Bruto (PIB) se llevó de 18 mil millones a 66 mil millones de dólares.
Toda esa riqueza ha beneficiado a los empresarios. El país, además, ha desarrollado una infraestructura material que ha impactado a toda la población y sostenido al mercado.
Las disposiciones fiscales que sostienen el presupuesto nacional, no tocan prácticamente los beneficios de los grandes grupos empresariales; esas medidas fiscales, a su vez, conceden exenciones impositivas a renglones económicos que sobre pasan los 200 mil millones de pesos anuales.
El Gobierno proyecta una recaudación fiscal de menos de 10 mil millones de dólares; si lo llevamos a pesos hacen 460 mil millones de pesos, pero el presupuesto anual es de 667 mil millones, la diferencia es de más de 200 mil millones de pesos. Esa diferencia se cubre con préstamos o bonos, si no se logra es un déficit presupuestario.
Cada año crece la deuda y se hace imposible superar el déficit. A su vez, el gasto del Gobierno se origina porque la política económica ha sido expandir el gasto para mover la economía y evitar que los efectos de la recesión económica mundial afecten a los empresarios.
Sin embargo, la población dominicana carga con medidas fiscales regresivas. La presión tributaria es el 14% del PIB, la más baja del continente, excepto la de Guatemala, y el promedio de América Latina es 21% del PIB.
Pero ese 14% no lo pagan en su totalidad los empresarios, sino que al pueblo se le aplica una cuota importante. Por ejemplo, el ITBIS es el impuesto más odioso y regresivo, porque después que se gravan los salarios e ingresos, también se les aplica ITBIS para comer, vestir, recibir servicios y otros.
Tan regresivo como el ITBIS lo es el anticipo; este mata al nacer a pequeñas y medianas empresas. El anticipo es pagar impuestos sobre beneficios no recibidos.
Castiga al pequeño empresario poniéndolo a pagar el año siguiente lo que se supone va a recibir. Hacer un pacto fiscal para reducir gastos y déficit, sin generar ingresos, es bajar la capacidad del Gobierno a mover la economía. Para reducir las empresas informales se requiere revocar el anticipo y eliminar el ITBIS en vez de ampliarlo. Las exenciones deben ser reducidas en escala, para no afectar sectores sensibles en la economía dominicana.
Ahora bien, el 31 de enero, cuando se proclamó la candidatura presidencial de Danilo, éste produjo un discurso asegurando que trabajaría, entre otras cosas, para priorizar la superación de la exclusión social. En la reunión siguiente del Comité Político fui el primero en felicitarlo. Sabe, empero, que sin recursos fiscales no puede honrar su palabra. Los empresarios hablan de pacto fiscal, lo cual significa acuerdos entre las partes.
Danilo, este es el momento de consagrar objetivos del PLD, sin medidas regresivas, lograr ingresos impositivos para superar la desigualdad social y dejar atrás deudas, déficit, gastos y exenciones. l